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Opinión - Errejón y los etcétera. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

La cacería se acelera y la jauría aprieta

El director de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez.
21 de octubre de 2024 22:04 h

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El ejercicio de la caza puede realizarse con armas de fuego, arco y flechas, perros de caza, o cetrería. Las modalidades de caza mayor son montería, rececho, espera o aguardo, batida y cetrería.

Página web de la Real Federación Española de Caza

Jauría: Conjunto de quienes persiguen con saña a una persona o a un grupo.

Diccionario de la RAE, segunda acepción de la palabra

Con todo, desde las escopetas Benelli al halcón peregrino. Cualquier arma y cualquier método sirven para lograr el auténtico leitmotiv de nuestra existencia, la estrella que guía todos y cada uno de nuestros actos, la heroica labor a la que hemos sacrificado vidas y haciendas, bendice señor nuestra cacería, que seguro que allá en el otro mundo en vez de infierno encontraremos gloria, justo premio a nuestra labor salvadora, al rescate de una sociedad destrozada por “tiranos, estalinistas y caraduras”, que dijo Isabel Díaz Ayuso, qué verbo tan fluido, mientras el azor Miguel Tellado nos ilustraba con una brillante pancarta de luces de neón: “Nuestra obligación en estos momentos es echar a Sánchez del Gobierno lo antes posible y lo vamos a hacer con todos los medios a nuestro alcance. Y si los medios son judiciales, también lo vamos a hacer. Creemos que Sánchez es una amenaza para la democracia en España y nuestra obligación es echarlo lo más pronto posible”. He ahí la síntesis de las dos voces más infames, al tiempo que zarrapastrosas, de este PP tan centrista y liberal. 

Digamos la santísima trinidad de la derecha española más recalcitrante: la política, la judicial y los medios de comunicación. La cuarta, o quizá sea la primera, que el orden es muy difícil de asegurar, la económica, la de los dineros, esa va por libre y mejor que la cara la pongan otros, que nosotros preferimos estar aquí ocultos, en las cajas fuertes de los bancos y en las grandes inversiones, fuera de la melé, que exponerse a los focos es cosa de ministriles. Porque no lo duden, todas las ramas del majestuoso baobab ya se han puesto de acuerdo. La cacería está en marcha y el duelo es a primera sangre. A lo mejor Sánchez saca los Presupuestos y esa prórroga, quizá de tres años fuera del poder, no la puede soportar esta derecha montaraz, tan segura de ser la dueña de España. 

No creo que a estas alturas del partido necesiten ustedes mayores explicaciones sobre la bajeza de los métodos repugnantes del cenáculo de Génova, esa sede pagada con dinero negro de la corrupción, incluida esa vergonzosa querella contra el PSOE rechazada por la Audiencia Nacional. En caso de que necesitaran ustedes ampliar el conocimiento sobre esas deleznables maniobras, lean todas las mañanas elDiario.es y tendrán información, de la fetén, sobre las abundantes fechorías de los pelayos y margaritas de nuestra retrógrada oposición. ¿Quieren, además, que incluyamos a Vox para que el cuadro resultante se parezca aún más a una novela de Stephen King, puro terror? Pues sea. Sumemos a Abascal, a Buxadé, a Garriga, a la corte de los milagros, que el conjunto, ahora que los observo, queda mucho más pintoresco. Y amenazador, a qué negarlo. Miedo, no, pavor. 

Ah, las togas. Han decidido que son ellos, los propietarios de las puñetas, los únicos y verdaderos depositarios de los valores de la España eterna -¿la de Azaña o la de Franco, la de Foxá o la de Machado?- y tendrán que pasar por encima de nuestro cadáver -proclaman con mentón alzado- para que triunfe la chusma izquierdista. Ese Manuel Marchena, faro de nuestra espiritualidad, cómo va a consentir que un simple Congreso de los Diputados, que al fin y al cabo sólo representa al pueblo español, artículo 66 de la Constitución de 1978, se imponga al superior criterio de todo un presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, tocado por la varita del dios todopoderoso en el que ellos creen. Así que obnubilados ante el rey Sol, el resto de la jauría, políticos y periodistas de cámara, se enzarzan en cruentas batallas por ver quién lame mejor y con más brillo los lustrosos zapatos del excelentísimo señor presidente de Sala. 

Al tiempo, oscurillos jueces de primera instancia ven lo que hacen sus mayores y gritan ¡ésta es la nuestra!, os vais a enterar, rojos y masones. Ahí tienen lo que pasa en Madrid, ese Estado dentro del Estado, con presidenta autónoma que hace y dice lo que le da la real gana, que para ello cuenta con la sombra protectora del consigliere Miguel Ángel Rodríguez, experto en retorcer el brazo de quienes osen enfrentarse a sus designios. ¿Bulos? Bulos. ¿Llamadas intempestivas? También. ¿Eslóganes de barra de bar con restos de bocatas de gallinejas y huesos de aceituna por los suelos? A decenas: “Me gusta la fruta”, “Que te vote Txapote” y ahora “Va p’alante” No les extrañe entonces que en este Madrid de capa y espada, los jueces del Tribunal Supremo amparen lo indescriptible y tengan el santo arrojo de la chulería en el redactado de los autos. ¿Se lo dibujo o ustedes solos ya dan con los autos que señalamos? 

Hasta las palabras tienen otro significado cuando se pronuncian en Madrid. Dice Abc, verbigracia, que “Marchena deja la Presidencia de la Sala Segunda del Supremo (…) después de dos mandatos marcados por su talante dialogante y moderado y, sobre todo, su dignidad”. ¿Moderado, dignidad? Es el mismo juego de trileros con las palabras que utilizaron los manifestantes de la derecha y la extrema derecha -si es que tal diferencia pueda comprobarse científicamente- este último domingo en Madrid. Casi son más las asociaciones, tunas y ochotes que convocaron el acto, hasta llegar a la centena, que los asistentes, y disculpen la hipérbole. Los más conocidos, Foro Libertad y Alternativa, que preside Alejo Vidal-Quadras, Neos, que lidera Jaime Mayor Oreja, exministro del Interior de los gobiernos de José María Aznar; la Unión 78, de la exlíder de UPyD Rosa Díez; Denaes, la fundación que presidió Abascal; o Pie en Pared, del ex dirigente de Ciudadanos y actual eurodiputado de Vox Juan Carlos Girauta, bien respaldados por el PP, Vox y el grupúsculo de Alvise, que algunos de sus dirigentes andaban por allí tan ufanos, Núñez Feijóo huido. Y que no se nos olvide el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que ya les vale a las llamadas fuerzas del orden. El lema de esta gloriosa marcha era “Por la unidad, la dignidad, la ley y la libertad. ¡Elecciones generales ya!”. Pomposos y fulleros, qué sabrán ellos de respeto a las leyes o de libertad, franquistas reconvertidos y algunos hasta sin reconvertir. 

¡Qué grande es la prensa de Madrid! ¡Qué tipos pululan por sus rancias páginas! El Ojo los conoce muy bien, los lee desde hace años y es capaz de recitar sus nombres, apellidos y filiación, que con grave amenaza a su salud ha recogido en papel y ordenador miles de sus barbaridades. En 2011 ya publicó un libro sobre estos personajes. ¿Blancos preferidos entonces de nuestros amigos, muchos de ellos hoy brillantes articulistas en El Mundo, OKdiario o Libertad Digital? Zapatero y Rubalcaba, claro. Al primero le siguen odiando y al segundo, desgraciadamente fallecido, las hienas roen sus huesos para apropiarse de su sustancia, buitres carroñeros como son. Esa prensa es repugnante, grosera, zafia. El complemento ideal, como la salsa kimchi en la cocina moderna, o el pimentón en la clásica, de esta derecha política que grita como grita, que entra a degüello como entra, y de esos jueces que hacen de su toga un sayo. Aunque a veces, y no son pocas, uno no llega a saber si no son esos personajes quienes mandan, tan amenazadores, sobre políticos y togados. Cuidadín, cuidadín, les dicen, no se os ocurra ablandaros y caer en el buenismo, que aquí estamos juntos, como único objetivo, no se olviden, para acabar con la fierra corrupia que okupa La Moncloa.

Y entre todos ellos -¿verdad que saben el significado de omertá?- se tapan las vergüenzas unos a otros. Un solo caso, que nos alargamos en demasía. Alberto González Amador, novio de la reina del vermú y acreditado comisionista, dos millones de euros se llevó en plena pandemia, reconoció por escrito que había defraudado a Hacienda más de 350.000 euros, sirviéndose de una grosera trampa de presentar facturas falsas en 2021 y 2022. O sea, conviene que no olvidemos que el defraudador, confeso, es González Amador, y sus encubridores, Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez. Tras diversos avatares, en este diario se lo han contado todo con pelos y señales, permítanme tan sólo un apresurado resumen, entra en funcionamiento la máquina de fabricar bulos de MAR y la mismísima presidenta, “es falso que sea él quien debe a Hacienda 350.000 euros por fraude y no solo no le debe nada, sino que es Hacienda quien le debe casi 600.000 euros”, tuvo el cuajo de decir en público la muy deslenguada. ¿Qué hizo entonces Rodríguez? Servirse de sus compinches de El Mundo, El Debate, Libertad Digital o Vozpópuli. Qué linda esta nueva versión de los desahogados amantes de Teruel, tramposo él, que encima se permite el lujo, como bizarro asustaviejas que es, de querellarse contra el presidente del Gobierno, y tramposa la reina del vermú, que se niega a ir a La Moncloa para verse cara a cara con aquel al que llamó, nunca lo olviden, “hijo de puta”, porque sólo sale de su suntuosa casa, pagada con dinero de las mascarillas, para ir a ver a Nacho Cano. Pues bien: a esos jueces que encausan a García Ortiz, no se les ha ocurrido pensar -¡qué despiste tan tonto!- que quizá la filtración que tanto les preocupa venga de quien ha demostrado ser un filtrador profesional, esto es, del inefable Rodríguez. O, quizá, del mismísimo defraudador o de sus abogados. Pues no, claro, que la justicia y la prensa en Madrid están a otra cosa, que ya ordenó José María Aznar, el reconocido mentiroso de Irak y el 11-M, “que el que pueda hacer, haga”.

Y hacen. Vaya que si hacen. 

¿Cómo actuar ante ellos, cómo defenderse de la saña de la jauría, me preguntan? Véase, si así les parece, el Ojo de la semana pasada. Gracias. 

 

Adenda. Qué vergüenza Meloni, que vergüenza Europa ante la inmigración. Por eso habrá que destacar la postura del Gobierno español oponiéndose a esa degradante política de expulsión de los inmigrantes, mera transposición del odio xenófobo inoculado por la extrema derecha. Como ha hecho bien en mantener su posición frente a Israel, tanta muerte y desolación. ¿Se imaginan ustedes a un gobierno en La Moncloa del PP y Vox -es la única posibilidad de recambio, no lo duden- frente a ambos problemas? Pocas dudas: sí a mandar inmigrantes al fin del mundo en barracones o barcos como cárceles y apoyo incondicional a Netanyahu, dígame, ¡oh, gran estadista!, cuántas armas necesita que aquí nos tiene, genuflexos. 

No, todos no son lo mismo, lo diga quien lo diga. 

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