El 7 de enero de 2015 asesinaron una parte de nuestra libertad. La intolerancia disparó balas contra personas cuyas armas siempre han sido lápices, pinceles y rotuladores. El fanatismo derramó una sangre que solo había atacado prejuicios e injusticias a través de la tinta, la irreverencia y el humor.
Atentando contra el satírico francés ‘Charlie Hebdo’, los asesinos han querido matar la libertad de expresión. Y, aunque no lo conseguirán, con su vileza han contribuido a silenciar, además, a los otros animales, víctimas de una violencia sistemática que los legendarios dibujantes asesinados Cabu, Charb, Wolinski y Tignous también reflejaron y denunciaron en sus viñetas.
‘Charlie Hebdo’ es la única publicación francesa que dedica cada semana un espacio a los derechos de los animales, principalmente a través de la crónica 'Les Puces', de la periodista y activista animalista Luce Lapin (que se ha salvado del atentado), y de los dibujos de Cabu, Charb, Wolinski y Tignous, así como de la caricaturista Coco, que sobrevivió al ataque. Luce Lapin se ha hecho eco en 'Les Puces' de diversas investigaciones de la ONG española Igualdad Animal. Y todos ellos han denunciado el maltrato a los animales en sus diversas formas y han difundido el vegetarianismo y el veganismo desde las páginas de 'Charlie Hebdo'.
Solo un día antes de ser asesinado, Cabu había enviado un dibujo al colectivo animalista ‘L214 Éthique et Animaux’, en colaboración con su campaña contra la cruel producción de foie-gras.
Con la muerte de estos grandes dibujantes, comprometidos y valientes, perdemos todos. También los animales, de quienes fueron la voz.
Disparando contra los miembros de 'Charlie Hebdo' han atacado a todas las personas que rechazamos la violencia. En esta viñeta contra la caza, Charb nos deja para siempre la convicción de que a todos los idiotas les da por disparar:
El 7 de enero de 2015 asesinaron una parte de nuestra libertad. La intolerancia disparó balas contra personas cuyas armas siempre han sido lápices, pinceles y rotuladores. El fanatismo derramó una sangre que solo había atacado prejuicios e injusticias a través de la tinta, la irreverencia y el humor.
Atentando contra el satírico francés ‘Charlie Hebdo’, los asesinos han querido matar la libertad de expresión. Y, aunque no lo conseguirán, con su vileza han contribuido a silenciar, además, a los otros animales, víctimas de una violencia sistemática que los legendarios dibujantes asesinados Cabu, Charb, Wolinski y Tignous también reflejaron y denunciaron en sus viñetas.