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Los refugios de animales quedan en situación crítica tras el paso de Filomena

22 de enero de 2021 06:01 h

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- ¿Cómo ha sido la ola de frío?

-  Está todo destrozado. Yo apenas duermo, nos pasamos todo el día aquí.  

Así resume Leticia Reyes la grave situación que están atravesando las protectoras de animales durante el histórico temporal que ha afectado especialmente a la Comunidad de Madrid. Los desprendimientos de árboles, las carreteras cortadas y las caídas han atraído todas las miradas, pero esos no han sido los únicos efectos. Los animales también han sufrido las consecuencias de la gran nevada y para mujeres como Leticia ha supuesto ver derrumbarse su sueño. Ella es la responsable de la protectora Amig@s por los animales (AXLA) y en los últimos días ha visto cómo se venía abajo el trabajo de dos años. “Teníamos una gatera que nos costó mucho trabajo levantar y la noche de la nevada quedó destrozada”, lamenta.

Primeros días: daños materiales

Leticia no pudo acudir el primer día de la nevada, pero una compañera suya con un todoterreno consiguió acceder y le comunicó el desastre que ya se esperaban. Entonces, varios voluntarios y personas que acudieron a la petición de ayuda, intentaron minimizar los efectos del temporal. “Lo primero que hicimos fue meter en casa a los animales y rescatar a los que se habían escapado”, relata. También pusieron chapa en los agujeros, arreglaron las casetas y pusieron mantas a los animales para que no pasaran frío. Gracias a este trabajo, los 200 animales acogidos se encuentran ahora fuera de peligro. “Tenemos a los gatitos en una habitación y a las gallinas en el baño”, cuenta Leticia.

Los perros no han podido disfrutar de la nieve porque se resbalan con el hielo y el barro. Además, muchas puertas están atrancadas y los animales tienen más nervios y estrés que de costumbre. Esto ha sido especialmente significativo en el santuario Salvando Peludos, como comenta Adrián Prieto, un residente del mismo. “Por el estrés y el frío, una vaca embistió a dos caballos y les ha dejado heridas graves”, asegura. Por eso, a los pocos días tuvo que ir una veterinaria de urgencia y curar las lesiones que quedaron.

A pesar del aviso de la borrasca, muchas protectoras no se esperaban quedar incomunicadas ni temperaturas tan bajas. Eso ocurrió en Animal Rescue España (ARE), según cuenta su director, Fran Díaz. “Se han roto árboles y parte de las instalaciones, han estallado los grifos de agua de los animales, las tuberías están congeladas…”, explica. Los primeros días fueron los más duros, pero ahora celebra el buen estado de los animales, a pesar de que alguno se ha resfriado.

Cuidados que no pueden parar

Para los refugios es impensable no pasar en varios días a atender a los animales, ya que algunos necesitan cuidados diarios. En AXLA tienen a varios perros con erliquiosis, enfermedad causada por la picadura de garrapata, leishmaniosis, causada por la de los mosquitos, y otras enfermedades que requieren de medicación diaria y seguimiento continuo.

Asimismo, otros animales que viven en la calle han quedado completamente abandonados durante el paso de Filomena. Este es el caso de las colonias de gatos. AXLA también lleva el control de algunas colonias que han reducido su población a menos de la mitad tras la nevada. “No sabemos si se han escondido o qué ha pasado. Sabemos que los más pequeños han fallecido”, lamenta. Fran cuenta un relato similar, según el cual los gatos se han metido en casetas y zonas bajas por el frío, quedando muchos sepultados por la nieve. Además, la alimentación durante esos días también ha sido un reto. “Con la helada, la gente que salía a darles de comer, que suele ser la gente mayor, se ha quedado en casa”, explica. Aunque también destaca que esto se ha tratado de cubrir con los voluntarios que se han ofrecido.

Igualmente, la fauna urbana ha sufrido el impacto del temporal. En algunas zonas en las que echaron el cerrojo, como el parque del Retiro, ha sido imposible atender a los animales. “A los patos los tienen para adornar los lagos, pero cuando pasan estas cosas se olvidan”, denuncia Fran. Desde ARE y AXLA se están encargando de dar comida a palomas, gorriones y otras aves de la zona. Otra cuestión que preocupa a Fran es la gestión que se ha hecho en las perreras municipales. “Me imagino que habrán tardado en acceder dos o tres días como mínimo”, opina.

Del coronavirus a Filomena

La precariedad en la que se encuentran sumidos los refugios de animales viene de lejos. Más allá de la crisis del coronavirus, su trabajo siempre ha estado marcado por la lucha incesante por conseguir ingresos para subsistir y seguir rescatando. De igual modo, siendo los animales los grandes olvidados en situaciones límite, como ha sido este temporal, las personas responsables de los refugios también han tratado siempre de mostrar la importancia de su causa y de las vidas que defienden contra viento y marea.

La emergencia sanitaria y social agravó aún más su situación económica. “Hemos sobrevivido con las pocas donaciones de particulares que tenemos”, cuenta Leticia. Desde ARE, coinciden con esta experiencia: “Sin adopciones y sin ingresos no podemos rescatar todo lo que nos gustaría”, dice Fran.

El problema de las adopciones ha sido otro de los grandes desafíos. Al inicio de la pandemia se detectó un aumento considerable, según la investigación de Affinity, pero las protectoras optaron por ser prudentes. “Si hubiéramos querido, habríamos dado a todos los animales, pero no eran adopciones de calidad”, aclara Fran. Y es que, al capricho de tener un perro por Navidad, este año se ha sumado el de querer un perro para la cuarentena. De acuerdo con esto, las protectoras tienen más animales que otros años y menos adopciones, lo cual les ha hecho tener mucho más trabajo con la llegada de la borrasca Filomena.

Necesidades actuales

Los refugios de animales siguen intentando solventar los efectos de la nevada. Ahora, lo que más necesitan son mantas, edredones, productos de limpieza, medicamentos, voluntarias/os para reparar los desperfectos y apoyo económico para continuar con su trabajo. Organizaciones como AnimaNaturalis ya han iniciado una recogida de mantas en beneficio de estos refugios en varios puntos de Madrid. Además, Salvando Peludos se ha propuesto mejorar las instalaciones para que este desastre no se vuelva a producir y por ello sus necesidades ahora son cemento, vallas y otros útiles de construcción. “Toca prepararse para las próximas”, apunta Adrián.

Pero sobre todo lo que piden estas organizaciones es dejar de ser “las grandes olvidadas”, como explica Leticia. Esperan que tanto ayuntamientos como personas particulares se impliquen en la defensa del bienestar animal. “La solidaridad de la gente es lo único que tenemos”, dice con tono de desesperación. Así, estos refugios siguen protegiendo la vida de cientos de animales mientras su espacio mediático es mínimo y la inacción de los ayuntamientos indigna a los responsables de los mismos.

- ¿Cómo ha sido la ola de frío?

-  Está todo destrozado. Yo apenas duermo, nos pasamos todo el día aquí.