Los chicos del Equipo Español de Alpinismo se trasladaron hasta Ordesa la semana pasada para mejorar su perfil de escalador, sin duda una de las cualidades más importantes para un alpinista. Ordesa es indiscutíblemente una de las zonas más emblemáticas de escalada en terreno de aventura en España con inmensas paredes desequipadas, desplomadas y difíciles, muy difíciles, en un entorno de los más vírgenes y preciosos de la península.
La concentración fue excelente y como en anteriores ocasiones el aprovechamiento del tiempo y los recursos fue al máximo nivel. Los chicos no pararon en toda la concentraciónyendo de proyecto en proyecto y solo pasaban por el refugio para recuperar fuerzas para enfrentarse a otra actividad al día siguiente. Lo realizado fue excelente en cantidad, calidad y estilo como suele ser habitual en la manera de hacer de los equipos de alpinismo. La escalada en roca supone el epicentro de la formación de un buen alpinista y Ordesa supone una de las mejores aulas donde uno puede titularse. El equipo realizó varias aperturas en las murallas de Mondaruego y una en el Gallinero, también llevó a cabo numerosas repeticiones de vías entre las que destaca la escalada en libre de la variante del Espolón Zaratustra (8a/8a+) y otras de alta dificultad como Racs, Mononeurona o Sistitrato.
En el Gallinero el equipo se trasladó con la idea de abrir el último diedro evidente a la izquierda de la vía Racs y allí se encontró material. Se abrieron algunas variantes más directas y evidentes que lo ya abierto, evitando el uso de expansivos y consiguiendo salir por arriba en el día en una bonita aventura alpina. La vía resultó ser un intento inacabado hasta encima de un gran techo a mitad de pared.
En las murallas de Mondaruego, el Equipo encontró un escenario perfecto para explorar y abrir vías magníficas y evidentes. Por unos días los miembros del EEA se sintieron como Jesús Gálvez a comienzos de los años 80 cuando llegó al valle y tenía todo por hacer. Aquí se pudieron abrir cinco itinerarios limpios de entre 150 y 250 metros, tan solo unos pocos pitones son testigo de su paso. Las dificultades mantenidas casi siempre en el 6b/c en una escalada atlética y a menudo desplomada.
En definitiva, una excelente concentración de escalada en terreno salvaje y de autoprotección típica de Ordesa. Un lugar único en donde la logística, la intuición de buscar el itinerario, el manejo de la doble cuerda y la fortaleza mental son vitales para salir airoso de sus impresionantes murallas.
Cuarta concentración del año para el EFA
La última concentración del Equipo Femenino de Alpinismo también se realizó en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, entre los días 28 de mayo y 04 de junio, junto al Equipo Masculino. Como siempre con un ambiente fantástico en el que ambos equipos han podido encontrar algo de tiempo entre proyecto y proyecto para intercambiar experiencias y opiniones.
El Equipo Femenino, dirigido por Marc Subirana, se instalaron en la pequeña localidad de Torla. Sin duda, un magnífico campo base para acceder a las paredes de Ordesa: Mondaruego, Tozal del Mayo, Libro Abierto, Gallinero, Pared de la Cascada y Fraucata.
El Equipo Femenino ha centrado su actividad en escalar vías clásicas de autoprotección, siguiendo el estilo típico de Ordesa, verticalidad y exigencia física para superar el mar de bloques suspendidos al vacío en equilibrios imposibles, un escenario natural digno de ser visitado y por supuesto escalado.
Aunque la meteorología amenazó con algunos chubascos de tarde a principios de semana, las cordadas pudieron escalar numerosas vías:
Tozal del Mayo
- Vía Ravier (350m, 6a+, MD).
- Combinación Brujas - Franco española (400m, 6b+, ED-).
- Vía Anthropos (350m, 7a, ED-).
- Vía Despiau (240m, 6b, MD+).
- Vía Áliga (200m, 6b, MD).
Libro Abierto
- Vía del Sexto (350m, 7a, ED).
Gallinero
- Vía Rabadá - Navarro por su variante directa (400m, 6c, MD+).
- Diedro del 73 (300m, V+, MD).
Pared de la Cascada
- Vía Heroína (350m, 6b+, ED-).