Iker Pou supera su máximo nivel de escalada deportiva a los 41 años
Que los hermanos Pou no saben lo que es estar quietos lo sabe todo el mundo, lo que quizás nadie esperaba es que el pequeño de los hermanos alaveses sorprendiese a sus 41 años (casi 42) superando su propio nivel dentro de la escalada deportiva, con la primera ascensión de Artaburu en las rocas tarraconenses de Margalef (Cataluña).
Según el mismo: “es la vía de escalada deportiva más difícil que he hecho nunca. Además, la que más me ha costado. Han sido seis años, y aunque es verdad que la dedicación no ha sido plena, porque entre medio ha habido muchas expediciones, viajes y trabajo, se me ha hecho muy duro mantener la motivación durante tanto tiempo”.
Y teniendo en cuenta que quien lo dice tiene vías escaladas tan famosas como Action Direct (9a), segunda repetición mundial en el 2000, Demencia Senil (9a+), primera repetición mundial en 2010, Nit de Bruixes (9a+), primera ascensión mundial en 2012, o Big Men (9a+), primera ascensión mundial (aun sin repetir) en 2014, es para tenerlo en cuenta.
Los Pou suelen decir que, buscando el símil con el atletismo, la escalada deportiva serían los 100 metros (pura potencia), mientras las expediciones serían un maratón (resistencia física y psicológica). Imaginaros por lo tanto lo que puede ser para una persona de 41 años superar su propio nivel en el apartado más físico de la escalada.
En cuanto a la propuesta de la dificultad de la ruta Iker prefiere ser cauto: “a mí la vía me ha costado mucho; infinitamente más que mis 9a+ anteriores, pero no tengo referencia con vías que estén por encima de este grado, con lo que prefiero que sea el consenso de las repeticiones futuras las que le acaben de fijar un grado concreto. Lo único que puedo decir es que la ruta es buenísima y que creo que será un referente de dificultad en los próximos años”.
Artaburu es un techo perfecto, bueno no del todo perfecto, ¡porque va en inclinación incluso descendente!, de alrededor de 15-20 metros, donde predominan los agarres de uno y dos dedos; una auténtica fiesta por lo tanto de monodedos y bidedos sobre un techo que solo de verlo da miedo. Muy pocos pies y los que hay muy malos, con lo que hay que volarlos constantemente de una presa a otra, convirtiéndose en una escalada extremadamente física sobre agarres en extensión.
Fue en el 2012 cuando Iker, con la visión en la búsqueda de vías de vanguardia que le caracteriza, se encontró con esta línea por primera vez. Fueron tres días de arduo trabajo para equiparla y muchísimos más para sacar los métodos primero y las secuencias después. Posteriormente vendrían intentos y más intentos hasta sacarla con dos caídas, después con una, hasta finalmente conseguir llevársela este otoño.
Pero entre medio de estos cinco años, en la cabeza de Iker no solo ha estado Artaburu, los Pou han visitado medio mundo como atestiguan la ascensión del Cerro Torre (Patagonia) y la primera en libre a Tarrago (Cataluña) en el 2013, el intento al Baghirathi en el Himalaya del 2014, las cuatro vías abiertas en Siberia (Círculo Polar Ártico) en el 2015, la primera en libre a Marejada Fuerza 6 en el Naranjo de Bulnes en el 2016, o, las aperturas de Aupa 40 (Patagonia), Yakumama (Amazonia) y Zerain (Cordillera Real Andina), además de la primera en libre a Quio Vado Ancora del 2017.
Hasta llegar a este 2018, que los hermanos vitorianos no dudan de tacharlo “como el mejor de su trayectoria”. Empezaron escalando en hielo en Noruega, después vendría la apertura de la vía Agur (8 a+/400 m) en el Atlas Marroquí, en verano abrieron y escalaron en libre Leve Leve (8b+/400 m) además de liberar Nubivagant (8b/400 m), ambas en la isla africana de Sao Tomé, posteriormente las aperturas y primeras en libre de Kolpez Kolpe y Babe Magnet en Mallorca, así como la apertura de Eneko en solitario y desde abajo de Polvorilla (7b+/170m) también en la isla balear, para acabar con esta escalada futurista de Artaburu.
Para este próximo 2019 -que esperan que sea tan bueno como el anterior-, de momento marcharan en enero a la Patagonia argentina, mientras preparan el que será el plato fuerte, que no será otro que el apartado “Tierra” dentro de su proyecto “The North Face 4 Elementos”, con el que esperan poner la guinda a este interesante macro proyecto que iniciaron en enero del 2017.
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