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Iñurrategi, Vallejo y Zabalza suben hasta los 6.200 metros en la fase de aclimatación

El equipo de la expedición WOPeak 2017, formado por Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza, se encuentra de nuevo en el campo base tras pasar dos noches, una a 5.500 metros, y otra en el C-1 a 5.900 metros. Ayer subieron hasta un punto cercano a los 6.200 metros “pero el tiempo era muy malo y hemos decidido bajar al campo base. Además, las previsiones no eran buenas para estos próximos días y es mejor estar en el campo base descansando. Para ser la primera toma de contacto con la montaña ha estado bien. Todos estamos muy bien y con ganas. Dan bueno para este fin de semana. Así que volveremos a subir con la idea de pasar unas noches a 6.500 metros” declara la cordada desde el campo base situado a 5.050 metros.

La expedición WOPeak 2017 ya está en plena fase de preparación en busca de su objetivo en los Gasherbrum (en balti “montaña hermosa”), un conjunto de montañas situado en la zona noreste del Glaciar Baltoro, en la cordillera del Karakórum. Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza han comenzado su aclimatación para después abordar, a mediados de julio, el desafío de enlazar las cumbres del Gasherbrum, G-I (8.068 metros) y el G-II (8.035 metros), de forma continuada por el collado que las une y sin descender al campo base. Emplearán el estilo alpino y sin recurrir a las rutas alpinas habituales.

Los tres alpinistas han llegado a estar aproximadamente a menos de 20 grados por la noche, y a unos 30 grados de día por el sol, por lo que salían temprano para evitar la peligrosidad de la nieve. También han comprobado cómo el glaciar de aproximación era peligroso, con mucha grieta.

Esta preparación previa será, sin duda, clave para el momento de la verdad, ya que les aguarda una travesía que estará al límite de sus posibilidades físicas. “Queremos dedicarle a la aclimatación unos 20 días. Y a partir del 10 de julio estaremos pendientes del tiempo para intentar el objetivo. Hacer dos ochomiles sin bajar de los 6.500 metros exige un esfuerzo físico tremendo. Ninguno de nosotros tiene claro que seamos capaces de conseguirlo, y eso lo convierte en algo desconocido, en algo nuevo” sostienen los tres alpinistas