Escalada con niños, consejos útiles para su práctica deportiva
El verano es posiblemente la estación más recomendable para la práctica de los distintos deportes de montaña con niños. Mucho tiempo libre, buen tiempo para su práctica y días más largos. Una combinación que se antoja casi perfecta.
Sin embargo, para practicar cualquier disciplina con niños, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que debemos adaptar la actividad a la edad de los participantes (infantiles, adolescentes, si hacen mucho deporte, etc.), respetando sus distintas etapas de crecimiento y sin forzar, ni cargarles con demasiado peso en las marchas. ¡Ojo!, debemos llevar ropa acorde a la actividad que van a realizar teniendo en cuenta que en montaña puede haber un cambio repentino del tiempo. Es también muy importante vigilar que se hidraten correctamente y coman bien. Otro punto a tener en cuenta es que debemos intentar hacerles participes de la actividad que están realizando, y al mismo tiempo responsables de los distintos peligros a los que se pueden enfrentar de manera que los entiendan. Deben conocer cual es el material que necesitan según la actividad, así como ser capaces de prepararlo ellos mismos, aunque siempre bajo supervisión. Antes de comenzar cualquier actividad hay que enseñarles las distintas normas y cuidados por las que se deben regir en la montaña: protegerse del sol, ir bien equipado, no molestar a la gente con la que nos crucemos, etc.
No hay que olvidar que cualquier actividad en la montaña requiere de la supervisión de un adulto que se desenvuelva bien y que trasmita los conocimientos oportunos a los futuros montañeros, de manera que tomen conciencia de lo que hacen y por qué lo hacen. Tal vez los niños más pequeños no lo entiendan, pero si te lo ven hacer a ti, ellos también lo harán. De manera que también tendremos que tratar de evitar hacer cosas que para ellos sean peligrosas, ya que seguramente querrán imitarnos.
Dentro de los distintos deportes que se practican en la montaña, la escalada es una de las actividades más apropiadas para el desarrollo de los niños. Además, si hace mal tiempo, ésta también se puede practicar en los rocódromos.
Para iniciar a un niño en esta actividad lo mejor es practicarlo con más niños, ya que verá que es una actividad divertida, y aprenderá mucho mas fijándose en los demás. Además, el simple hecho de rodearse de más chavales con sus mismas inquietudes ya es positivo. Les explicaremos el material que necesitan repetidas veces y en distintas ocasiones para que se lo vayan aprendiendo. Haremos lo mismo con el uso del mismo. Con los más pequeños nos limitaremos a que escalen, aprendan, se diviertan y vayan superando sus pequeños retos. Con los mayores podremos ir haciéndoles partícipes del manejo del material, que se aseguren unos a otros bajo supervisión y que poco a poco hagan las cosas de manera más autónoma. En esta etapa de la vida es muy importante que aprendan a superar retos y que vean de qué son capaces, así como que aprendan las reglas y se motiven con cada mejoría.
Escalar con los más pequeños
Cuando escalemos con los más pequeños necesitaremos un material de menor tamaño adaptado a ellos: un arnés integral para que no se puedan colar en caso de darse la vuelta, un casco de tamaño pequeño para que no se les caiga ni se estrangulen con el cierre, etc. Su cráneo está en pleno crecimiento y todavía es muy blando, por lo que tendremos que protegerlo bien. También necesitará unos pies de gato, aunque si está empezando puede utilizar de momento unas zapatillas blandas y de suela lisa.
Antes de escalar una vía conviene que suban algunas piedras (bloques) a modo de juego y aprendizaje, así podrán conocer mejor sus posibilidades y cómo enfrentarse a ellas. Si ven que pueden, lo harán.
La escalada con niños tiene que ser siempre en polea (top-rope, yo-yo, con la cuerda por el descuelgue) y mantenerla siempre tensa, sobre todo al principio de la escalada debido al dinamismo de la cuerda (podría llegar a tocar el suelo por la elasticidad de la misma). En caso necesario también podremos echar una mano en los pasos más difíciles. La primera vez que escalen una vía conviene que se bajen desde distintos puntos durante su progresión para ir superando el miedo a la altura y explicarles de manera más cómoda cómo tiene que colocarse para bajar de una vía (no queremos que se golpeen con la pared).
Debemos intentar buscar maneras divertidas de escalar, que se relacionen con niños que ya escalen para que ellos también se motiven y que vean la actividad como algo divertido. Si por el contrario no les apetece, no conviene obligarles. Es preferible que sean ellos lo que lo pidan, aunque sería interesante que lo vean y estén por los alrededores para que les pique el gusanillo. No queremos dejarles el recuerdo de un mal día y que luego lo aborrezcan.También podemos subir por una vía fácil con ellos para que vayan tomando contacto y tomen sus propias conclusiones.
A medida que crezcan tienen que empezar a aprender las técnicas básicas de la escalada como los movimientos de los pies, escalar en X, adherencia, fisuras, secuencias dinámicas, etc. Tener en cuenta la táctica en función de la vía, el ritmo de la vía, planificar los movimientos, descansar sin manos en los reposos que vea, etc. Asimilar la capacidad de diferenciación, de orientación, de equilibrio, de reacción y de ritmo.
Durante la escalada es necesario, no solo que suban hacia arriba, sino que también bajen. Es decir, que destrepen asegurados, experimenten que son capaces y conozcan mejor su cuerpo y funcionamiento. Esta es una técnica muy enriquecedora dentro de la escalada.
Cuando se practica cualquier actividad se tienen que ir aprendiendo las costumbres buenas y necesarias, tales como calentar primero, respetar los tiempos de descanso durante la actividad y estirar al terminar. Todos ellos hábitos que cuando sean mayores agradecerán.
Con los adolescentes tendremos que desarrollar nuevos retos, así como una mayor continuidad en su práctica y manejo. Tendrán que aprender las distintas emociones, situaciones límites, momentos de miedo y gran presión, convivir y superarlos. Es importante disponer de opciones de actuación alternativa para superar situaciones de emergencia y aplicar distintas soluciones. Al escalar también es importante conocer las distintas reglas sociales para sus relaciones con los compañeros, formar parte de una comunidad de aprendizaje y experimentar la necesidad de trabajar en común.
El Rápel
Además de escalar es necesario conocer otras técnicas necesarias para la escalada, lo que le supondrá nuevos retos y un mayor aprendizaje. Una de estas técnicas es la del rápel, necesaria para bajarse de un sitio. Lo primero será conocer los distintos aparatos de descenso que pueden utilizar, los que frenan de manera automática y los que no, a los cuales les tendremos que colocar un sistema de freno (sistema de frenado mediante un cordino corto y nudo autobloqueante “Prusik”). Una vez aprendida las maniobras tendrá que experimentar a bajarse desde distintas alturas, rápeles volados donde no entren en contacto sus pies, etc.
Escalada en el medio natural
Cuando salgan a escalar por primera vez debemos hacer una visita previa a la zona donde van a escalar para que sepan cómo llegar, reconozcan las distintas líneas de las vías de escalada de un sector y cuáles creen que son más fáciles o más difíciles a simple vista. Intentaremos que aprendan a convivir con los distintos participantes de la actividad y las reglas del lugar en que se encuentran, así como no ponerse debajo de las vías sin casco por si se cae algo y no mezclar el material con el de otros grupos. Es bueno que se empiecen a manejar con la guía de escalada y que reconozcan las vías que han escalado e incluso que se apunten sus propias conclusiones (si les ha gustado, como les ha parecido, etc).
Elegiremos en un principio vías muy fáciles e iremos aumentando la dificultad progresivamente para que desde el primer momento escalen, y poco a poco vayan conociendo sus límites sin que sea desde el principio una frustración para ellos. A la hora de escalar los pondremos con niveles y edades parecidas, para que puedan desarrollar sus habilidades acorde con su nivel sin dejar de aprender. Si van a escalar de primero y no están muy acostumbrados, sería recomendable que repitan una vía varias veces y la balicen con soltura, practiquen el chaparse y se les explique cómo hacer el descuelgue. Una vez practicado todas las maniobras y la vía se pondrán a escalar de primero siempre bajo supervisión, por lo que es recomendable que se pueda escalar por otra vía paralela para ir viendo el desarrollo de la misma y vigilar que todo trascurre correctamente. Una vez superado esto repetidas veces podrán comenzar a escalar de manera más autónoma progresivamente.
1