Con el título de MotoGP matemáticamente decidido en favor del italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) todos sus rivales buscarán en los tres grandes premios que restan por disputarse, con el de Australia este fin de semana, una victoria que les permita cerrar la temporada de la mejor manera posible.
La victoria de Rossi en Motegi (Japón) le garantizó matemáticamente el título y eso, después de dos años de sequía, seguro que ha provocado en el equipo del italiano una borrachera de éxito de la que deberán sacudirse este fin de semana si no quieren que sus rivales se crezcan en exceso.
Tanto el australiano Casey Stoner (Ducati Desmosedici) como el español Daniel Pedrosa (Honda RC 212 V) sin quienes más necesitados se encuentran de obtener una nueva victoria antes del final de la temporada para congraciarse con sus equipos, con sus patrocinadores y, en general, con ellos mismos, después de un año en el que los objetivos que se habían marcado eran mucho más distintos de los que al final han conseguido.
Uno de los centros de atención en la 'Isla de Felipe' volverá a ser la constatación final de un campeonato monomarca -Bridgestone- en lo que a fabricantes de neumáticos se refiere para 2009.
Serían necesarias al menos ocho motos con un determinado tipo de neumático durante toda la temporada para que no se pudiese establecer directamente un campeonato monomarca, pero pese a todos sus esfuerzos, Michelin sólo consiguió siete motos “negociadas”, entre ellas, sorprendentemente, las Ducati, que comenzaron su singladura mundialista con Bridgestone.
Pero ya en Motegi Casey Stoner reconoció que para vencer a Valentino Rossi necesitaban tener algo diferente y la promesa de Michelin de esforzarse al máximo para conseguir unos neumáticos muy competitivos, eran el estímulo necesario, pero faltaba una moto, que debía ser la Kawasaki del nuevo equipo de Jorge Martínez Aspar.
Sin embargo, el ex campeón mundial valenciano ha visto como su proyecto volvía a estancarse ante las dudas de Kawasaki de estar en disposición de fabricar una moto más de MotoGP.
Retrasar su decisión hasta Australia, no es un buen augurio para Aspar en sus pretensiones de contar con una de las motos del fabricante de Akashi, quien al establecerse un campeonato “mono neumático” ya no tiene ninguna necesidad de esa tercera moto.
Dudas disipadas
En Australia muchas de estas dudas pueden quedar disipadas pero, en la pista, tanto Casey Stoner como Daniel Pedrosa o Jorge Lorenzo buscarán doblegar al campeón mundial de 2008, Valentino Rossi, quien seguro que intentará cerrar la temporada de su retorno a lo más alto de la clasificación con el máximo de victorias posibles.
Eso hará mucho más difícil a sus rivales los objetivos que, a buen seguro, se han planteado desde ahora y hasta el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, a finales de octubre, pero también más interesantes las tres carreras que faltan por disputarse.
El italiano Marco Simoncelli (Gilera) y el francés Mike di Meglioo (Derbi) también lo tienen un poco más fácil, sobre todo el primero con su laboriosa victoria en Motegi, en tanto que el segundo debió conformarse con el segundo peldaño del podio entonces, superado por el joven alemán Stefan Bradl (Aprilia).
Sus respectivas ventajas no les permiten todavía pensar en un triunfo matemático en Phillip Island, aunque en función de los resultados de sus rivales todo podría acaecer.
Simoncelli se mostró firme en su lucha con Álvaro Bautista (Aprilia), quien más peligro parece representar para los intereses del italiano, junto a Alex Debón (Aprilia), pues la grave lesión de Héctor Barberá en Motegi -tres vértebras fracturadas- le dejan irremisiblemente en el dique seco por lo que resta de temporada.
Ellos, Bautista y Debón, serán los únicos que podrán retardar el título mundial, el primero, del pupilo de Valentino Rossi, aunque en esa pelea pero sólo pensando en la victoria parcial, se podrían inmiscuir unos cuantos pilotos más, como el finlandés Mika Kallio (KTM), los japoneses Yuki Takahashi (Honda) e Hiroshi Aoyama (KTM), o incluso el español Julián Simón (KTM), que necesita más que nadie algún podio que le devuelva plena confianza.
En el caso de Mike di Meglio, le basta con administrar lo más lógicamente la renta de puntos que ahora tiene desde Phillip Island hasta el Ricardo Tormo de Cheste pasando por Sepang, aunque tras él se encuentran hasta tres pilotos con posibilidades matemáticas de doblegarlo: Simone Corsi, Stefan Bradl y, el más peligroso, el campeón mundial en título, el húngaro Gabor Talmacsi.