El FC Barcelona ha dejado encarrilada la semifinal de Copa del Rey con una clara goleada ante el Almería (5-0), segunda ya de esta temporada tras el 0-8 de Liga, gracias a una primera parte eléctrica, de lujo, en la que a los blaugrana les bastó con 15 minutos para poner un 3-0 que ya era definitorio y en la que destacó el buen juego colectivo y el punch de los blaugrana.
Como avisó Guardiola en la previa, no se fiaban de este Almería que con José Luis Oltra ha mejorado mucho, pero esta noche no se vio tal mejoría. Mientras los andaluces saltaron al Camp Nou con algunos suplentes, el Barça salió con toda la artillería y con la intención de evitar sustos para la vuelta. Y vaya si lo hizo, y repitiendo el resultado contra el Betis.
Así, en 15 minutos eléctricos, acabaron con el rival. En un solo cuarto de hora un doblete de Messi, que no se cansa nunca de marcar, y otro gol del Guaje Villa caldearon un Camp Nou frío por las gélidas temperaturas pero que se encendió para ya no volver a apagarse. No se llenó el estadio, pero la afición se lo pasó en grande.
No estuvo mal atrás el Almería, si bien el portero Esteban no estuvo nada acertado en los dos primeros goles blaugrana, ya que pudo detener el balón en ambas ocasiones. Eso sí, en la segunda parte estuvo pletórico y evitó una sangría mayor que la manita encajada. Sin embargo, cuando este Barça se pone a jugar al fútbol, difícil es encontrar cómo detenerlo aunque Pinto tuvo que intervenir en alguna ocasión.
Fue un partido de los que crean afición, pues es imposible aburrirse ante el fútbol asociativo de un equipo que parece un único jugador, que juega de memoria y dirigido por unos Xavi e Iniesta que elevan el fútbol a arte. Messi, en punta y de nuevo como falso 9, recoge asistencias por doquier para marcar, dos esta noche, y para cada vez más asistir, como hizo en el 5-0 de Keita, al que dejó solo ante Esteban.
No hay que olvidar a un Pedro que, con su gol de cabeza en jugada de estrategia, demostró esta noche que merece estar en cualquier once. Una noche más, el tridente letal formado por Pedro, Messi y Villa lo bordó, para encarar la segunda parte con tranquilidad, con la vista puesta ya en la final pese a que quedan 90 minutos de juego.
Benzema decide
Por su parte, el Real Madrid tomó ventaja al ganar (0-1) en la ida de la semifinal de Copa del Rey que le enfrenta al Sevilla, el cual, pese al calentamiento previo originado por el ya famoso spot motivacional emitido por el propio club sevillista, se vio superado por los blancos, que manejaron mejor los principios tácticos del choque durante la mayor parte del encuentro.
De salida, Mourinho reforzó, con Alonso, Khedira y Lass un centro del campo muy defensivo. Arriba, y tras su gol al Mallorca, Benzema tenía una nueva oportunidad, junto a Özil y Cristiano. En el Sevilla, por contra, Manzano apostaba por Kanouté y Luis Fabiano en punta, dejando a Negredo en el banco.
En el arranque, los blanquirrojos le dejaron el balón a su rival, para intentar salir a la contra, aunque el ritmo lo marcaban los madridistas. Pero el Sevilla tuvo que hacer pronto su primer cambio, tras lesionarse Sergio Sánchez en una dura entrada de Lass.
Fue ése, el 16, un minuto fatídico para los locales, porque a renglón seguido Benzema culminaba, tras dejar tirado a Alexis y recortar a Escudé, un verdadero jugadón para batir por bajo a Palop y reivindicarse como goleador por segundo partido consecutivo. El Sevilla acusó el tanto. Amarrado en el centro y sin fluir por las alas, ante un Madrid siempre bien situado, el cuadro hispalense sólo apareció con un peligroso cabezazo de Luis Fabiano a la salida de un córner.
Pero la polémica de la noche estaba por llegar, porque en el último suspiro del primer tiempo Luis Fabiano superaba a Casillas, aunque Albiol evitaba que la pelota entrara por completo en la portería, dejando en gol fantasma el que podía haber sido tanto del empate.
El sistema táctico del Madrid funcionaba a la perfección con un hombre, Lass, que, además de su aporte en la medular, tenía cerca el 0-2, nada más comenzar la segunda mitad, con un tiro ajustado al palo tras recoger el rechace de una falta, aunque luego sería sustituido por Marcelo. La única buena noticia para el Sevilla era que Cristiano, muy cansado, no tenía su día y que el duro marcaje del que era objeto por parte de Cáceres le salía gratis al suramericano.
A Manzano, que tenía que suplir también por lesión a Romaric, se le pudieron incluso poner las cosas mucho pero en el minuto 60, cuando Palop hizo una salida suicida para cortar un pase de Marcelo a Özil, que Xabi envió fuera por poco casi desde su casa. El Sevilla, empero, mantenía el pulso, pese a la inoperancia de Navas, con la rapidez de sus delanteros como constante amenaza, que no permitía a los 'merengues' descuidar su zaga.
Mourinho movió entonces banquillo para dar entrar a Di María en el sitio del goleador, Benzema, en busca de un jugador fresco que desequilibrara definitivamente el envite. Pero las contras del Madrid eran temibles, y Palop le quitaba el gol a Carvalho primero y a Sergio Ramos después, tras una chilena del camero al rematar un córner.
Con 15 minutos por delante Manzano retiró a Luis Fabiano en favor de Negredo. El partido estaba ahora roto, aunque la aportación de Marcelo y el mayor fondo físico de sus hombres inclinaba la balanza a favor del Madrid. Entonces se le aparecieron al Sevilla todos los santos, porque ni Özil en primera instancia, ni Cristiano en segunda, metieron uno de los goles más claros de sus respectivas carreras, cuando Palop ya estaba vencido.
Aún así, Kanouté estuvo a punto de encontrar petróleo en un saque de esquina que Casillas -que sería golpeado por un objeto lanzado desde la grada al término del choque- no cubrió bien. Pero el marcador no se volvería a mover y los blancos tienen ahora la oportunidad de sellar, en Chamartín, el pase a una final que puede ser histórica.