El exjugador y exentrenador del CD Tenerife Domingo Rivero de Vera falleció este martes a los 71 años de edad. Nacido en Santa Cruz de Tenerife el 6 de octubre de 1950 e integrante del legendario Victoria CCC juvenil –donde coincidió con otros blanquiazules como Marrero, Movilla y Jorge Fernández–, acumuló 112 partidos como portero del representativo durante siete años (69/74 y 80/82) y fue, asimismo, entrenador del primer equipo en el tramo final del curso 85/86.
Noveno guardameta más alineado en la historia del club, Rivero debutó con solo 19 años en la temporada 69/70 de la mano de Javier García-Verdugo. Lo hizo en el Badajoz-Tenerife de la 30ª. jornada y acumuló otras dos presencias, una de ellas como jugador de campo en un choque ante el Pegaso por la indisposición de Ávila para poder ser el sustituto.
En la campaña siguiente, el técnico madrileño le dio una titularidad que fue clave en el éxito de un equipo que obtuvo el ascenso con el que salió del pozo de la Tercera División, después de tres años de penitencia en una categoría a la que había caído por una disparatada reestructuración federativa.
Aquel Tenerife cimentó el título en su fortaleza en el Heliodoro (17 victorias y dos empates, el mejor rendimiento como local en su centenaria historia) y en su solvencia defensiva, en la que el papel de Domingo fue determinante: 18 goles en los 35 partidos que jugó y récord de eficiencia en todas las competiciones nacionales de aquella temporada mágica.
Su trayectoria no pasó desapercibida en Madrid y, con vistas a los Juegos de Múnich 72, fue incluido en tres convocatorias de la selección española olímpica, con la que debutó frente a Alemania Federal (0-0) en un amistoso disputado en el coliseo blanquiazul el 28 de abril de 1971.
En 1974 cerró su primer ciclo en el CD Tenerife e inició entonces un periplo que lo llevó al Córdoba (tres temporadas en la categoría de plata junto al también tinerfeño Rodolfo Rivero, ‘el Talento’), Cultural y Deportiva Leonesa y Toscal, antes de cerrar su carrera profesional como blanquiazul con dos cursos más (80-82). Una vez retirado, se incorporó a la secretaría técnica de la entidad, dirigiendo también al equipo juvenil.
Tras el cese del serbio Dragoljub Milosevic en la temporada 85/86, Rivero se hizo cargo de un Tenerife casi condenado a la Segunda División B y colista (17 puntos). Y aunque debutó en el puesto con una victoria (3-1) ante el Málaga, el equipo no puntuó lejos del Heliodoro y consumó su descenso en la antepenúltima jornada tras caer (2-0) frente al Rayo Vallecano.
Rivero explicaba en mayo de 2021, durante una sesión del Foro Ángel Arocha dedicada al cincuentenario del ascenso a Segunda en 1971, su condición de birria. “El CD Tenerife son unos colores y un sentimiento que hay que vivirlos. Es nuestro equipo representativo. La gente se vuelca siempre si ve entrega, sacrificio y pundonor, independientemente del resultado”.