De vuelta a la realidad cotidiana de la Liga, el Tenerife se encontró con su versión habitual, tan distinta a la que llegó a darle un efímero liderato en verano. Arrancó achispado dos minutos y llegado el tercero concedió al Elche un gol de broma con dos errores consecutivos, el determinante de Löic comiéndose el despeje con el que Mourad se citó con el portero. Su primer remate lo salvó Soriano, pero el rechace quedó manso para Mendoza e imposible para Medrano, que se olvidó de la marca en lo que tampoco agarraba el balón suelto. Cayendo la tarde, el Tenerife acabó incapaz y entregado, nueve derrotas ya y fuera del foco de aspirantes.
Al Elche le dio con lo de Mendoza y el orden táctico para llevarse los puntos. En la primera vuelta no fue mejor, pero sí más eficaz. Este sábado fue igual de letal y mejor en todos los órdenes: en el posicionamiento, en los duelos, en la defensa del área, en las pérdidas de tiempo… le salió una faena a los de Beccacece muy canchera, muy del gusto argentino, de la que los blanquiazules nunca pudieron opinar.
A tres días del próximo cruce copero, de vuelta del derbi con el que anuló a la Unión Deportiva Las Palmas, se le hizo un mundo al Tenerife recuperarse del golpe temprano de los franjiverdes. Como casi siempre cuando encaja antes que marca, se le hace bola ir a contracorriente. No pierde la fe, pero siendo un equipo tan voluntarioso como honrado le puede la prisa antes y –las más de las veces– la falta de conductores, salvo cuando se la pega el pie Luismi Cruz y va salvando obstáculos.
Si el once más previsible se rompe con la inesperada presencia de Nacho por delante de Medrano aumenta la duda sobre lo que buscaba Garitano con esta sorpresa: si dar descanso a Teto o si más caída por el flanco izquierdo con el defensa devenido atacante. Al cabo, Teto acumuló media hora antes de la cita del próximo martes y Nacho jugó ese tiempo como lateral. Ya en su sitio decepcionó igualmente. Como el resto de los suyos, de los que solo la aportación de Luismi y la multiplicación de Ángel salvan un partido insípido y decepcionante.
El Tenerife se vio en solo tres minutos obligado a proponer desde su puerta para fabricarse al menos un empate. Como de salida desde atrás a la corta anda escaso, perdió la paciencia para atacar con calma y de camino el orden táctico, del que se apropió al Elche para ir metiéndole trampitas esta del central como tercer pivote infrecuente, elementalmente eficaz al ocupar espacios cuando progresaba con el balón.
Beccacece ganó por la vía del orden y porque hizo virtud de dos jugadores distintos para imponerse en el medio juego. Este Nico Fernández omnipresente y omnívoro o este Febas que descarga el juego y salva líneas con una conducción sobrada.
Perdido el medio juego, Garitano ya tenía a Bodiger y Aitor Sanz amonestados –y sancionados para la visita del Sporting– antes del descanso. Los cambió tras la pausa por Sergio y Corredera, pero el cambio no fue otro que el de piezas. Sergio funciona lo justo hacia adelante y Corredera es un trasunto del futbolista académico del que se espera eternamente algo imprevisible.
Así que siguió el Tenerife con las mismas limitaciones. Aparecía algo solo cuando encaraba Luismi Cruz e iba añadiendo variantes en lo que crecía la desconexión entre líneas, tanta que el último tramo –con el debut inapropiado de Álvaro Jiménez, un mundo fuera de forma– llevó a Teto a jugar de seis y a Ángel –desesperado viendo que se escapaba el resultado– bajando a la medular para rascar una pelota para ponerla limpia al área.
El compromiso de Ángel fue baldío. El Tenerife se apuntó en el haber remates precipitados –el más claro, siendo oscura la definición, un cabezazo de Enric Gallego que no cogió camino entre palos–, y forzó córners con la misma tenacidad con la que el Elche los defendió luego. A fuerza de correr y correr por los puntos que se escapaban, Luismi y Mellot acabaron vaciados, jugando por ellos y por Álvaro Jiménez, incapaz aún de nada parecido a lo que se le supone pegado a la banda.
Magro balance, este del compromiso, de una mala tarde que cuestiona su rol de candidato a la promoción demasiado pronto, con veinte partidos por delante, y demasiado cerca de la épica copera a la que no debe renunciar si no quiere que se le caiga el Heliodoro más ilusionado en años antes de tiempo.
(0) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, Loïc, Amo (Álvaro Jiménez, m.78), Medrano (Teto, m.59); Luismi Cruz, Aitor Sanz (Alex Corredera, m.46), Bodiger (Sergio González, m.46), Nacho; Roberto López (Enric Gallego, m.59) y Ángel.
(1) ELCHE CF: Dituro; Carreira, Mario Gaspar, Bigas (Salinas, m.46), Clerc; Morente, Febas (Nico Castro, m.72), John Donald, Mendoza (Nieto, m.52); Mourad (Borja Garcés, m.84) y Nico Fernández (Cristian Salvador, m.84).
GOL: 0-1, m.3: Mendoza.
ÁRBITRO: Jon Ander González Esteban (Comité Vasco). Amonestó a los locales Bodiger (m.21), Aitor Sanz (m.26), Amo (m.77) y Álvaro Jiménez (m.83) y a los visitantes John Donald (m.54) y Nico Fernández (m.72).
INCIDENCIAS: Partido de la vigésimo segunda jornada de LaLiga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 17.177 espectadores. Una pareja de la Policía Nacional realizó el saque de honor en conmemoración del Bicentenario de este cuerpo de las Fuerzas de Seguridad del Estado.