El Tenerife recobra sosiego y credenciales con una victoria contundente ante un afable Reus

El CD Tenerife logró recobrar una buena dosis de sosiego y, además, sus credenciales en la lucha por el ascenso al derrotar con claridad a una afable CF Reus que poco hizo, al menos en ataque, para llevarse algo positivo del recinto santacrucero.

La imperiosa necesidad del cuadro blanquiazul, no sólo de redimirse ante su afición sino también de recobrar la cada más cuestionada credibilidad sobre sus opciones, le obligaba a encarrilar el encuentro, al contrario que su rival, que salió decidido a aplacar ese ímpetu de los locales.

Ya desde los instantes iniciales el equipo blanquiazul se erigió en claro dominador del juego, o por lo menos el que buscó con más ahínco la puerta rival, de ahí que ya en el minuto diez Tayron contara con una clara ocasión para marcar, pero Edgar Badía dejó prácticamente sin hueco a su oponente y despejó el disparo.

Pero dos minutos después poco pudo Badía hacer para evitar el tanto insular, un balón en profundidad de Juan Carlos sobre Aitor Sanz permitió al medio centro salvar su salida y tocar con la punta de la bota para que Longo, en boca de gol, cabeceara a la red ante el desespero de su defensor.

Tayron también probó fortuna desde la frontal en el minuto diecinueve, pero el balón se le fue alto, mientras que otra tentativa de Aitor Sanz, en el veinticuatro, la deshizo Edgar Badía al taponar toda posibilidad de disparo de su oponente, ocasión esta última que dio paso a una fase mucho más contendida.

Así concluyó este primer periodo, sin apenas actividad para ninguno de los dos cancerberos, y tras la reanudación, Longo, en el minuto cuarenta y ocho, pecó de torpeza y solo ante Badía no supo resolver un preciso pase de Casadesús.

La réplica visitante no se hizo esperar, y Gus Ledes puso en serios aprietos la meta local, primeramente, en el cuarenta y nueve con un disparó desde fuera del área a las manos de Carlos, y en el cincuenta y dos, un lanzamiento de falta de Silva lo repelió el poste derecho de la meta insular.

Mientras los jugadores catalanes se lamentaban de su infortunio recibieron el segundo tanto, con el italiano Longo como verdugo de nuevo, esta vez aprovechó un rechace de Olmo, tras un disparo de Juan Carlos, para anotar el segundo con un seco disparo que se coló bajo las piernas del meta.

Juan Cámara trató de aminorar la diferencia con sendos disparos lejanos, pero el balón no encontró la portería local en ninguna de las dos tentativas, mientras que en la portería visitante fue Badía el que hasta en tres ocasiones rechazó los peligrosos disparos de Tayron y Suso, primeramente, y el de Acosta, después.

Y cuando ya con el equipo visitante totalmente resignado a la imposibilidad de voltear el marcador llegó el tercer tanto blanquiazul en pleno desconcierto de su rival, un franco balón de Suso sobre Aitor Sanz permitió a este último con un sutil toque certificar la victoria de su equipo.