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El Tenerife se lleva los puntos en Huesca con la magia de Corredera y Shashoua

Shashoua celebra su gol al Huesca, dedicado a la isla de La Palma

José Miguel Galarza

Santa Cruz de Tenerife —

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El CD Tenerife se llevó los puntos de El Alcoraz (1-2) con dos golpes de ingenio de sus mejores jugadores, primero para igualar pronto –otra genialidad de Corredera– un tanto del Huesca que había puesto el partido en modo sombrío y luego para hacer buena la presión alta con un balón en el área que convirtió Shashoua con esas obras de arte que aumentan su cotización. La cita en el Alto Aragón devuelve al grupo de Ramis el punto de tranquilidad tras dos derrotas consecutivas, pero vuelve a dejar en cuestión su capacidad para evitar errores con valor de gol.

Lo mejor, con todo, es la capacidad de reacción que exhibe este Tenerife cuando le viene la ola de frente. Este sábado volvió a tenerla, sin haberse lucido hasta el momento de la crisis, con el valor que le dan sus jugadores con más talento para hacer bueno un trabajo grupal que tampoco desmerece. Los futbolistas diferentes son Corredera y Shashoua, que a falta de un nueve goleador –el último Aridane Santana para explicar lo que dura ya la sequía–, van generando victorias desde la segunda línea y puntos que acallan un debate que en otro momento crisparía el ambiente hasta lo insoportable.

Los blanquiazules sufrieron más de lo deseable la propuesta del Huesca –presión alta y verticalidad para jugar a la espalda de los medios– y cuando parecía que había pasado lo peor, media hora efectista del grupo de Ambriz desbocado para encaminar la victoria por la vía rápida, no desperdiciaron el único regalo del Tenerife. Un pase de seguridad de Michel Herrero, de aquella manera, que cogió desprevenido a José León y aprovechó Joaquín para cabalgar hasta encarar a Soriano y batirlo en la salida.

Con un tercio de partido consumido y con la bala de Enric Gallego gastada tan pronto como en el minuto 7 –relevado por Rubén Díez al aflorarle la lesión que se produjo en Almería–, el Tenerife andaba arrumbado a una derrota segura, vista la capacidad del Huesca para hacerse con el balón y meter a los de Ramis en su campo y la incapacidad para jugarla al pie del representativo, tirado Corredera a una banda y perdido Elady arriba en una lucha quijotesca contra molinos que eran gigantes.

Pero el Huesca cometió el pecado habitual de nadar y guardar la ropa. Se echó atrás y bastó que el Tenerife cayera al área con un pase de Mellot que parecía estéril y se aparecieron las gracias que visten de blanquiazul y todo lo pueden cuando se combinan espacio, balón y tiempo. La pelota de Mellot cayó a los pies de Shashoua justo antes de que se perdiera por la línea de gol y el inglés, que es un tipo muy listo, fue capaz de controlarla caído en el césped. Se levantó, la domó y la puso al borde del área chica a Álex Corredera –otro con duende– para que con un regate seco se quitase de encima a Jorge Pulido antes de superar al portero.

El empate devolvió el partido a su primer acto, pero recordó al Huesca que no tenía un caramelo en la boca. Siguieron percutiendo los locales, cuando no Escriche, cuando no Joaquín y entre el primero y Pitta tuvieron el 2-1 en la prolongación, sendos remates y sendas acciones de fortuna de Juan Soriano entre la blandura de los centrales y las ayudas que no llegaron. Un golpe de fortuna, el último a la postre, de un rival al que los cambios tras la pausa solo le dieron para poner centros al área con más sensación que peligro cierto.

El Tenerife escapó con vida de tanto frenesí y cambió de registro vencido el descanso. Tiró más arriba la presión, se escalonó con más tino para sacar partido de lo mejor que sabe hacer Aitor Sanz e hizo daño en la mejor que tuvo, cuando consiguió comprometer la salida desde atrás del Huesca con el balón jugado. En una de esas, Sanz aprovechó una entrega de riesgo de Florian Miguel a Seoane, la cazó y la puso al espacio, sin marca, de Shashoua, con la sangre fría de los matadores para salvar la entrada desesperada de Pulido y batir a Andrés Fernández con otra piedra de hielo.

El gol del inglés, un clásico en su catálogo de definiciones, abrió un partido nuevo en el que el grupo de Ramis fue más compacto que endeble y solo concedió en los costados cuando no pudo atacar con la pausa que no encontró en la primera mitad. Corrió despacio el tiempo, aunque cada vez más plácido, en lo que el técnico iba encontrando los cambios adecuados, aparecía una ocasión de oro para el 1-3 –un cabezazo de José León salvado de milagro por el portero (m.84)– y el Huesca capitulaba ante un rival que con el resultado a favor especuló en el último tramo hasta despreciar dos corners seguidos en los que Mollejo y Shashoua la entretuvieron en la esquina del saque mientras el resto del equipo esperaba en su medio campo.

(1) SD HUESCA: Andrés Fernández; Ratiu (Buffarini, m.83), Pulido, Ignasi Miquel, Marc Mateu; Nwakali (Mosquera, m.46), Seoane; Escriche (Lombardo, m.83), Juan Carlos Real (Florian Miguel, m.46), Joaquín Muñoz (Gaich, m.73); y Pitta.

(2) CD TENERIFE: Soriano; Mellot, José León (Sergio González, m.88), Carlos Ruiz, Álex Muñoz; Corredera (Sipcic, m.88), Aitor Sanz, Míchel Herrero (Mollejo, m.73), Elady (Larrea, m.73); Shashoua y Enric Gallego (Rubén Díez, m.9).

GOLES: 1-0. Joaquín (m.31). 1-1. Álex Corredera (m.34). 1-2. Shashoua (m.56).

ÁRBITRO: Jon Ander González Esteban (Comité vasco). Amonestó a Nwakali (m.45) y Joaquín (m.50) y a los visitantes Rubén Díez (m.9), Elady (m.50), Míchel Herrero (m.68) y Shashoua (m.90+2).

INCIDENCIAS: Partido de la 8ª jornada de LaLiga SmartBank 21-22, jugado en el Estadio El Alcoraz. 6.826 espectadores.

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