El Tenerife recuperó la letalidad, dejó su puerta a cero y solo con eso –mucho en este fútbol hiperplanificado– se llevó una victoria sin sustos del campo del Eldense, un rival tan generoso en esfuerzo como ausente de jugadores diferenciales. A las puertas de la visita copera a Riazor, volvieron a ganar los blanquiazules tras siete jornadas de secano con tres goles –el segundo una obra de arte– de Ángel, Roberto López y Teto que pondrán un punto de tranquilidad en el equipo de Garitano.
El técnico tiró de manual de lógica para sacar un once sin jugadores del filial que atendiera esta visita a Elda, el cuarto intento de punto de inflexión después de las decepciones ante Villarreal B, Amorebieta y Cartagena. Así volvió Sipcic para ocupar el sitio de Löic, Elady el flanco izquierdo y Luismi Cruz la banda de estribor. La primera conclusión es que recuperó el Tenerife carácter de equipo canchero con el serbio detrás y Elady por delante de Nacho. La segunda, que al extremo portuense se le hizo grande la obra luego de nueve partidos de baja. Aguantó un tiempo, intentó un par de conducciones sin chispa y tendrá que esperar para volver a ser el artista del primer cuarto de Liga.
Lo de Luismi pierde importancia a la vista de cómo hizo daño al Tenerife a este Eldense redivivo en la Segunda División –en la que no se veía con el representativo desde 1964–, instalado en la zona templada picando piedras moldeadas por los goles de Juanto, Chapela o Soberón. Ausente este sábado su mejor definidor, Chapela no se citó con Soriano y la mejor ocasión del Eldense –un sombrero en el área de Soberón a Buñuel para una volea desviada (m.75)– perdió el rumbo.
El Tenerife trató de jugar a la corta durante diez minutos del primer tercio, pero concluyó que el despliegue defensivo local no casaba con la pelota dominada. Se acomodó entonces a un guion que ligaba mejor con la exigencia de los puntos sobre la estética y no se permitió fallar cuando el Eldense se enredó con la salida desde atrás o las segundas jugadas.
Lo de ser inmisericorde con los errores ajenos fue tras de una pausa a la que llegó sereno después de sacar petróleo con el primer acto en el tiempo extra. Andando un último ataque que lucía insípido, Elady se apareció por la calle del ocho para para tirarle un pase al desmarque de Ángel, que cayó derribado en el lío que se hizo Carlos Hernández mientras perdía la carrera con el delantero y cometía un penalti que pareció poco penalti.
Ángel no podía fallar el lanzamiento porque estos quites los podría resolver con los ojos cerrados. Engañó al portero, puso por delante a los suyos e hizo buena la máxima de que en el fútbol pueden los detalles –un error en la marca, un penalti hecho gol– sobre la pizarra o los méritos acumulados. El único tiro entre los palos del Tenerife cruzó la línea. Para qué más cuando te visten las penurias.
A la vuelta de la caseta, Garitano volvió a ser previsible. Quitó a Luismi Cruz para dar medio partido a Teto, mantuvo el orden el Tenerife salvo cuando concedió dos remates cómodos al Eldense (Andone en el 50 y Dumic en el 52) y esperó a que corriera el reloj porque ni le duraba el balón cuando lo tenía, ni le afloraba la ansiedad para conservar al 0-1.
Paciente en lo que el Eldense se aceleraba, en un cuarto de ahora se encontró con el 0-2 por la tendencia del equipo de Fernando Estévez para enredarse en pérdidas cuando arrancaba desde su área. En una de esas, liberado Teto en su zona solo tuvo que dar un pase corto a Roberto, que hizo el resto: un tiro soberbio a treinta metros de Zubiaurre que voló a la escuadra, inalcanzable, con Hernández llegando otra vez tarde, ahora descolgado para evitar este gesto de talento propio de los futbolistas intermitentes.
Al partido le quedaba un último hueco para rehabilitar a otro atacante del Tenerife. Del enésimo lio del Eldense cerca de su área, quedó un balón ensuciado que Teto mimó para inventarse un tiro desde la frontal –mejor colocado que violento–, un descabello con el que el canterano se reclamara, de regreso de un larguísimo mes desconectado de sus virtudes.
Lo de Teto, como lo de Roberto y la reconfirmación del Ángel goleador, puede que tenga tanto valor como el del colectivo para hacer del éxito en Elda un regreso a la cara más esperable del Tenerife. Pudo ganar en el Pepico Amat por la mínima o con protagonistas menos necesitados, pero se le apareció esta inesperada conjunción de ocasiones y futbolistas con urgencias para cargar combustible extra.
(0) CD ELDENSE: Zubiaurre; Toni Abad, Dumic (Álex Bernal, m.75), Carlos Hernández, Marc Mateu; Clemente (Arnau Ortiz, m.64), David Timor, Sergio Ortuño, Iván Chapela; Soberón y Andone (Eddie Salcedo, m.75).
(3) CD TENERIFE: Juan Soriano, Aitor Buñuel (Jesús, m.90), Amo, Sipcic, Nacho; Aitor Sanz (Bodiger, m.86), Álex Corredera; Luismi Cruz (Teto, m.46), Roberto López (Sergio González, m.86), Elady; y Ángel (Alassan, m.86).
GOLES: 0-1, m.45+3. Ángel (de penalti). 0-2, m.61, Roberto López. 0-3, m.81, Teto.
ÁRBITRO: Álvaro Moreno Aragón (comité madrileño). Amonestó a Sergio Ortuño (m.32) y al visitante Aitor Sanz (m.71).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 18ª jornada de LaLiga Hypermotion (Segunda División) disputado en el estadio Nuevo Pepico Amat de Elda ante 3.950 espectadores.