Sabrina Vega, la ajedrecista canaria que ganó a Karpov
A sus 29 años Sabrina Vega (Las Palmas de Gran Canaria, 1987) es la número 1 en el ajedrez español en categoría femenina y ha ganado el campeonato nacional en tres ocasiones (2008, 2012 y 2015). Además, este año también ha conseguido ser subcampeona en el Europeo Femenino de Mamaia (Rumanía).
Inmersa en un momento dulce en su juego, la ajedrecista vuelve a la isla tras unos meses intensos de compromisos y competición, cuya última gran hazaña ha sido vencer a Anatoly Karpov en el torneo cerrado celebrado en octubre en la localidad francesa de Cap d´Agde, cuyo trofeo lleva el nombre del Gran Maestro internacional de ajedrez y campeón mundial de 1975 a 1985.
¿Qué sensaciones tuviste al vencer a Karpov?
Bueno, ya era todo un honor el hecho de enfrentarme a una leyenda del ajedrez y de esa escuela soviética que tanto promocionó este deporte a nivel internacional. Tenía mucha ilusión por plantarle cara a Karpov y me había preparado a conciencia para hacer una partida digna. Salió bien y hubo suerte al poder rematar con el punto.
¿Le dijo algo Karpov después de la partida?
Saludó y se levantó bastante rápido. Pero durante el torneo pudimos intercambiar palabras y me comentaba cosas. Se mostró muy cercano e incluso hay una captura del final de la partida, una foto finish, cuando se rinde y me saluda, que sonríe. Yo no me doy cuenta en ese momento porque me limito a saludar y agacho un poco la mirada en señal de respeto. Así que parece ser que se lo tomó bien.
¿Al final en qué puesto quedaste en ese torneo?
Quedé última. Era un torneo cerrado de ocho jugadores, una competición muy dura. Mi objetivo no era otro que tratar de vivir la experiencia. Que me llamasen para participar era un premio, una recompensa a una última temporada donde he tenido una buena racha que me ha durado bastante.
El torneo se llamaba Trofeo Karpov en su honor y el resto de jugadores era gente de la élite actual. Eran cuatro hombres y cuatro mujeres, entre los que habían ajedrecistas olímpicos o campeones del mundo.
En resumen, eran todos grandes maestros y yo era la rival más débil. Para mí suponía también una posibilidad de medirme para saber a qué distancia estoy de ese escalón. Años atrás torneos como este me quedaban muy grande y ahora he podido participar.
Además de ser la número 1 en España, también ha podido licenciarse en Derecho. ¿Cómo ha compaginado estudios y deporte?
Empecé a jugar al ajedrez con 8 años y a los pocos meses participé en el campeonato de España sub. 10 y empaté el primer puesto. Ahí comenzó mi pasión por este deporte pero también para mí eran muy importante los estudios.
Después de licenciarme me he planteado hacer oposiciones pero entonces me salieron proyectos muy interesantes en ajedrez y ahora estoy haciendo una temporada muy buena, con una racha positiva que me ha durado bastante. En la actualidad estoy dedicándome exclusivamente al ajedrez.
Eres la número 1 de España y 61 en el ranking mundial femenino. ¿Por qué no se puede dedicar la mejor ajedrecista de España exclusivamente a este deporte?
Hay que tener en cuenta que estamos hablando primero, de ajedrez; segundo, de ajedrez femenino y por último, ajedrez femenino en España.
Creo que ahora mismo el ajedrez está en boga, se practica en colegios, los medios de comunicación lo están cubriendo bastante bien... Pero en España no existe esa tradición como en los países del Este donde el ajedrez es el primer deporte, como el fútbol aquí.
De hecho, participé recientemente en las Olimpiadas de Bakú en Azerbayán, y era increíble porque nos trataban como reyes. Por ejemplo y para que te hagas una idea, paraban el tráfico en la autopista para que pasara nuestro bus, o en los carteles aparecen jugadores de ajedrez... Es otra cultura y otra tradición.
Es verdad que la Federación Española hace una buena labor con los recursos que tiene pero en ajedrez hablar de un patrocinio privado en España es impensable. Dependemos mucho de subvenciones y los recursos financieros son escasos.
¿Notas diferencias entre hombres y mujeres en ajedrez?
Sí, por supuesto. Magnus Carlsen es el número uno del mundo y hace una labor importantísima por el ajedrez. Cuando él llega cambia un poco la dinámica del juego, que hasta ese momento estaba muy trillado. Es joven y muy innovador en el tablero, explotando recursos que practicamente son invisibles para el resto de los mortales.
Ha revolucionado el tablero, pero también fuera, porque es una imagen joven, que le gusta el fútbol y ha hecho de todo: va a programas internacionales de mucha audiencia, hace pases de modelo de ropa... Es decir, su imagen se vende muchísimo y es muy cotizada.
En cambio, Hou Yifan es la campeona del mundo femenina y, aunque no se puede decir que viva mal, a nivel de premios hay una gran diferencia, a nivel de patrocinios pues lo mismo. De hecho, a sus 22 años, ella también se está sacando su carrera. Es conocida y tiene seguimiento, pero no tiene tanto renombre.
¿Cuál es tu método de entrenamiento?
Hay que diferenciar las temporadas de estudio con las de competición. Cuando es de estudio, las jornadas suelen ser de ocho horas, algo que hay que compaginar con la forma física, que es fundamental. La media de las partidas clásicas suelen durar unas cinco horas donde la mente tiene que estar fresca.
Y en la parte de las competiciones es muy importante saber controlar el gasto de energía.
¿Tienes entrenador personal o vas por libre?
El trabajo personal e individual es básico, pero un entrenador es fundamental. Yo llevo los últimos años sin nadie, aunque tenemos el capitán de la selección femenina, David Martínez. Y también compañeros que te ayudan, porque en el ajedrez se forma como una familia.
Como la temporada ha ido tan bien y hemos clasificado a España para la Copa Mundial, sí puedo decir que David Martínez es mi entrenador personal, con un seguimiento más constante de cara a preparar la competición.
Ahora estás en Gran Canaria tras el torneo en Francia, ¿qué se siente al volver después de haber estado en lugares como Baku donde se les para por la calle?
Desde principios de mayo sólo he estado dos semanas por casa y ya me hacía falta. El haber vivido la cultura de esos países te da que pensar y te dices a ti misma que lo vas a echar de menos.
Pero es cierto que después de estar tantos meses fuera con compromisos, partidas de ajedrez o cosas relacionadas con el mismo se agradece respirar el hogar y descansar para volver fresca, con ganas y con hambre de nuevo a la competición.
Y además a mí que me encanta mi isla, que siempre la estoy vendiendo cuando viajo. La echaba de menos la verdad.
Durante alguna visita a Gran Canaria has impartido clases en colegios sobre el ajedrez. ¿Qué crees que puede aportar este deporte a los niños?
Ahora ya no voy a colegios porque con la rutina que llevo me es muy difícil y me dedico a dar algunas clases particulares. Me encanta trabajar lo que son sobre todo los chicos de progresión. Tengo una alumna que fue subcampeona de España de su categoría.
Como herramienta educativa es muy buena para todas las edades. Te da actitudes y cualidades para la vida en sí misma, como la capacidad de retención al agilizar la memoria, desarrolla aptitudes buenísimas para el estudio y sobre todo, genera una competitividad sana de querer ganar en el tablero, analizando a posteriori la partida con tu rival.
Aprendes a trabajar de forma individual y también en equipo al compartir conocimientos. El ajedrez se trata de resolver problemas, las partidas fluctúan muchísimo y hay que tomar en cada momento la decisión que creas que es la correcta de entra todas las posibilidades que tienes. Al final la vida es eso.
¿Cual es tu próximo reto?
A finales de mes estaré fuera por campeonatos extraoficiales, con un cerrado en Munich, algo similar al de Francia con Karpov. Pero el objetivo principal es el Mundial en 2018, todo lo que hagamos a partir de ahora va a ser pensando en llegar en la mejor forma posible.
Aunque lo principal para mí es seguir disfrutando del ajedrez, que mi juego siga madurando, que creo que va por buen camino.