El Real Madrid firmó el pase para jugar las semifinales de la Copa del Rey contra el Joventut (sábado; 19.00 horas; TVE) muy al final de una eliminatoria con poco ritmo frente al Akasvayu Girona, al que fulminaron los triples de los exteriores blancos en los estertores del último cuarto.
Los blancos tardaron en alcanzar el ritmo. Salieron sin ritmo de Copa. Tardaron más de medio cuarto en enterarse de que enfrente estaba el Akasvayu Girona con Marc Gasol a la cabeza y la determinación de estrenarse en la competición, en la que acumulaba cuatro derrotas en cuatro comparecencias.
Entre las escasas revoluciones que puso el equipo de Joan Plaza se coló también una permisividad defensiva que les reportó siete faltas personales en cinco minutos. La primera personal del Akasvayu no se señaló hasta entonces y el marcador ya iba 2-12. La Copa esperaba la entrada en acción del líder de la ACB. Los gerundenses soñaba con que no se produjera y ganar el primer choque de su historia en la Copa.
El Madrid había salido con Pablo Aguilar junto a Felipe Reyes en el quinteto inicial y ese fue la tecla que tocó Plaza para reconducir la situación y despertar a los jugadores. Tiempo muerto y entrada en juego del estadounidense Charles Smith. La Araña prendió la chispa que espoleó al conjunto de Vistalegre. Él y el belga Axel Hervelle.
Tuvo lugar algo así como un intercambio de papeles. Los tiros mal seleccionados y los problemas ofensivos cambiaron de bando y el Madrid, poco a poco, aunque sin aparentes dificultades estrechó la brecha (15-20 m.10).
Un triple de Smith niveló por primera vez el tanteo (22-22) y, mientras el Akasvayu adoptaba la misma cadencia de errores ofensivos y desajustes defensivos que los blancos pasaron al principio, el Madrid cogía seis puntos de ventaja (33-27 m.18). Pero los gerundenses sabían lo que querían, tenían claro el partido que querían plantear y desarrollar.
Cómo es lógico, y ya que Iker Iturbe, el hombre fichado para aliviar la baja por lesión del griego Lazaros Papadopulos asistió al choque desde el banco y no estrenó su nueva etapa madridista, el Akasvayu buscó mucho a Gasol y al resto de los jugadores interiores.
Gasol convirtió once puntos en el primer tiempo. El serbio Ivan Radenovic también se aplicó a la tarea de desgaste sobre los hombres altos. El hermano de la nueva estrella de los Lakers explotó bien sus habilidades cerca del aro -once puntos-. Igual que Radenovic, que firmó otros nueve hasta el descanso.
Desde el otro lado de la cancha, Smith -también con once- y Axel Hervelle -que añadió diez- compensaron la producción de los dos pivots del cuadro catalán. En resumen, blancos y gerundenses firmaron tablas después de media eliminatoria (37-37) y un carrusel de altibajos en los biorritmos.
Quince años sin ganar la Copa son muchos para una entidad como el Real Madrid. Otros veinte minutos sin carburar convenientemente le habrían condenado con toda seguridad. También al Akasvayu. El caso es que, con una mayor dosis de intensidad, ningún regalo defensivo y el partido inscrito, ya sí, dentro de parámetros más propios para la ocasión, los puntos empezaron a caer con cuentagotas (46-47 m.28).
Ni el Madrid terminaba de arrancar, ni el Akasvayu de dar un tono constante. El equipo de Pedro Martínez, por lo menos, marcaba la pauta en medio de una sequía ofensiva aguda por ambas partes. Al Madrid incluso le costaba anotar desde la línea de personal. El DKV Joventut, después de treinta minutos de partidos, aguardaba impaciente por saber contra quien le iba a tocar jugar las semifinales.
Bajo semejante panorama, la intensidad defensiva madridista decantó ligeramente el duelo para dejarlo con una pequeña diferencia favorable a falta de último cuarto (52-47). Tampoco significaba nada para nadie, pero con tan escasa anotación tranquilizaba a unos en la misma medida que torcía el gesto a los otros. Algo comprensible ante el 15-10 de parcial que coronó el tercer periodo.
Plaza buscó fuera del guión esperable para intentar mejorar el rendimiento atacante. Dejó al estadounidense Louis Bullock sentado al principio del último cuarto para introducir al griego Mikhalis Pelekanos, también especialista en el lanzamiento de larga distancia.
Ni por esas. El contador sumaba muy de vez en vez. Entre cada movimiento, ambos cincos consumían intentos sin éxito. Demasiada tensión probablemente y, sin duda, la lección de que la defensa gana títulos bien divulgada y bien aprendida por todos los protagonistas.
La baza de Pelekanos duró poco. El Madrid, a la vista de que no terminaba de soltarse en ataque, de que el reloj corría ajeno a los problemas y la el Akasvayu cada vez veía más cerca la posibilidad de llegar al epílogo con opciones de victoria, reformó el quinteto a cinco minutos de la bocina para ir a por la clasificación sin guardarse nada.
Smith, Bullock, el montenegrino Blagota Sekulic, Hervelle y el turco Kerem Tunceri arrancaron con tres puntos de ventaja (56-53). Bullock enseguida miró al aro. Una canasta y un triple de Sweet Lou abrieron camino al Madrid, que sufría por culpa de algunos rebotes ofensivos del Akasvayu pese a la renta adquirida (61-54 m.36).
Los blancos, ante eso, decidieron protegerse en una zona y dejar que Tunceri y Bullock, con el Akasvayu todavía descolocado ante la nueva disposición de retaguardia madridista, disparasen, con dos lanzamientos secos y certeros, a la sien de los gerundenses. Un triple por barba junto con una bandeja en contragolpe del turco aniquilaron al equipo de Pedro Martínez (69-56). Cinco eliminatorias y cinco derrotas en la Copa no hacen justicia al cuadro catalán.
- Ficha técnica:
Real Madrid (73)
Akasvayu Girona (60)
Real Madrid (15+24+15+21): Tunceri (8), Bullock (20), Mumbrú (1), Aguilar (-), Reyes (10) -cinco inicial-, Smith (13), Sekulic (6), López (-), Pelekanos (2), Bogdanovic (-) y Hervelle (13).
Akasvayu Girona (20+15+10+13): Sada (7), McDonald (3), Cvetkovic (8), Radenovic (6), Gasol (19) -cinco inicial-, Daniels (4), Middleton (2), San Emeterio (8), Montáñez (3) y Whitfield (-).
Árbitros: De la Maza, Pérez Pérez y Perez. Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a las eliminatorias de cuartos de final de la Copa del Rey 2008 disputado en el pabellón Buesa Arena ante unos 9.500 espectadores.