Espacio de opinión de Canarias Ahora
Dos actores y un guión
Sinopsis: En el contexto de una crisis económica internacional, en el reino de España aumenta el número de pobres, trabajadores despedidos, desahuciados de sus viviendas por no poder pagar las hipotecas, los bancos incrementan sus beneficios, las pensiones se congelan, los derechos laborales se recortan, la enseñanza, la sanidad y las empresas públicas rentables van pasando a manos de los grandes capitales?En este panorama dos hombres con un patrimonio familiar cercano al millón de euros cada uno se disputan la residencia de la presidencia del gobierno, en el Palacio de la Moncloa de Madrid.
Críticas: Muy favorables para el actor Mariano Rajoy en el ABC, El Mundo, La Razón y La Gaceta. Bastante condescendientes y algo más favorable para el actor Pérez Rubalcaba en El País y Público.
Cerca de 4.500 familias españolas fueron desahuciadas de sus viviendas por no poder afrontar el pago de sus hipotecas durante los 15 días que duró la campaña electoral para las elecciones generales de 2011. El BBVA obtuvo un beneficio de 4606 millones de euros en 2010, un 9,4 % más que en 2009. El banco de Santander declaró unas ganancias de 8.181 el año 2010. Miles de trabajadores fueron despedidos de esos mismos bancos. Cajas de Ahorro semipúblicas se fusionaron, pasaron a cotizar en bolsa, el Estado tapó los agujeros de algunas de ellas y luego las entregó al capital privado. También se despidió a miles de trabajadores en este sector. Con cerca de 5 millones de desempleados, España fue uno de los países donde se vivió de forma más cruda la crisis que nació en la banca norteamericana. En ese contexto se desarrolla esta película de género bastante inclasificable. Unos la llamaron debate, otros monólogo x 2, otros cara a cara y algunos Reality Show. En un guión perfectamente trazado dos actores comparten el protagonismo: Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy. Vestidos de los mismos colores se sientan en el lugar que les tocó en un sorteo. Un moderador ejecuta el acuerdo del orden de intervenciones, minutos y turnos repartidos también por sorteo y cronometrados por árbitros de baloncesto.
Dos capítulos con un intermedio para la publicidad, echar el pis y repasar el texto con sus guionistas. En el capítulo primero el guión se centra en las políticas económicas. El actor Mariano Rajoy mira en exceso a su texto. Ofrece pactos por la sanidad, el empleo y la educación. Vende acuerdos que lleva cuatro años rechazando. Promete arreglar lo roto, reformar la casa, hacer felices a los desgraciados. El actor P. Rubalcaba adopta la pose de un entrevistador y comienza a hacer preguntas, dice que se sabe el guión del otro y le pregunta por su texto. Le echa en cara la burbuja inmobiliaria. El actor Rajoy da cifras de lo grande que fue la burbuja en el reinado del actor Rubalcaba. Cifras, preguntas, evasivas, cifras, datos, acusaciones, lectura, poses?
Pausa publicitaria que aprovechan los canales para recaudar los fondos que sirvan para pagar la macroproducción. Los actores repasan su guión con sus equipos. Esa corbata Alfredo, esa silla Mariano y otros aspectos muy importantes en un reality de este tipo. Alfredo no lo trates como si fuera el presidente. Mariano no mires tanto los papeles. Mariano no te olvides del final: España una gran nación, confianza, yo puedo, yo puedo. Alfredo no te olvides del final: España un gran país, yo puedo, sé hacerlo, no me arrugo?En la segunda parte dejan la economía para hablar de políticas sociales. Por un despiste del equipo de producción el actor Rajoy lee un folio de un texto de Cayo Lara y muestra su preocupación por la enorme desigualdad entre los más ricos y los más pobres en España, destaca que esa brecha es más grande que nunca. El actor Rubalcaba no estaba preparado para responder a un planteamiento de Izquierda Unida y no es capaz de replicar, este fenómeno de la dialéctica no tiene a mano datos que puedan rebatir una idea tremenda, en el reino de la socialdemocracia los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres.
Tercer bloque, sin pausa publicitaria. Se plantea como unas propinillas. Los temas que no son estrella, que no están en la agenda mediática y política. El actor Rubalcaba habla de los matrimonios entre homosexuales, igualdad de la mujer, a igual trabajo igual salario, del aborto, de la píldora del día después. Va intercambiando datos de leyes aprobadas por su gobierno con preguntas al actor Rajoy. El actor Rajoy no responde a las preguntas, se limita a leer las fichas que tenía para esta miscelánea, para el tiempo de calderilla, para la propina del debate. Si llego a presidente llamaré a la oposición. Ahorraré en gastos corrientes. Nada de subvenciones nominativas. Nada de duplicidades. Austeridad, santa austeridad. No dice qué sobra, no señala dónde recortará. No responde a las preguntas sobre derechos civiles.
Se moja en lo de la igualdad de la mujer. Dice Rajoy: “la mayoría de mis colaboradoras son mujeres, ellas saben lo que es la conciliación porque trabajan, llevan su casa y cuidan a sus hijos”. Tres ideas interesantes en ese dato: 1: las dirigentes del PP trabajan y cuidan de los chiquillos, 2: Sus maridos no cuidan a sus hijos 3: no tienen chachas ni personal de servicio en casa. Algo perfectamente creíble, la segunda idea digo. Y llegan los 2 minutos finales que cada uno aprovecha para mirar a la cámara (Rajoy menos) y dar el mensaje guionizado que casi se repita.
Estamos ante una película que pasara a la historia por su lejanía de la realidad, de las conversaciones de la calle. Se utilizaron algunas palabras que están en la boca de todos: paro, crisis, bancos. Pero quedaron fuera del guión: miles de desahuciados pobres que perdieron su casa y siguen pagando deuda a los bancos, 252 mujeres víctimas del terrorismo machista en esta legislatura, miles de trabajadores despedidos en ERES aprobados por empresas con beneficios que en muchos casos se habían beneficiado de deducciones fiscales de gobiernos autónomos y del ejecutivo estatal, cientos de millones robados por la corrupción política de los grandes partidos, millones de ciudadanos que se movilizaron en las calles contra los especuladores financieros a partir del movimiento 15M, cientos de millones cobrados como finiquitos o pensiones vitalicias por ejecutivos de cajas de ahorros salvadas por el Estado, cientos de millones concedidos como préstamos a los grandes partidos por las cajas de ahorros que controlan políticamente, 250.000 millones de euros que mueve la economía sumergida en España, miles de trabajadores migrantes sobreexplotados?
No se habló de ellos, de las principales víctimas de la crisis. Tampoco se nombró a los que mandan, a las fortunas del Ibex, a Botín, a Francisco González, a Amancio Ortega, al FMI, al Banco Central Europeo, a los gobiernos derechistas de la Europea, a las agencias de calificación, a los organismos sin raíz ni control democrático que imponen la política económica y los cambios constitucionales. Vimos 100 minutos de producción televisiva protagonizada por dos conocidos actores que interpretaron con más o menos arte un guión que pudo haber escrito Guiseppe Tomasi de Lampedusa. La democracia se ha convertido en una reedición de El Gatopardo con la célebre frase que pasó a estudiarse en todas las facultades de Ciencias Políticas. “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”. Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Suprima usted la palabra “todo”, porque ya ni se molestan en cambiar el guión, se conforman con cambiar los actores. ¡Qué pereza!
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El autor en twitter: @juanglujan
Juan GarcÃa Luján
Sinopsis: En el contexto de una crisis económica internacional, en el reino de España aumenta el número de pobres, trabajadores despedidos, desahuciados de sus viviendas por no poder pagar las hipotecas, los bancos incrementan sus beneficios, las pensiones se congelan, los derechos laborales se recortan, la enseñanza, la sanidad y las empresas públicas rentables van pasando a manos de los grandes capitales?En este panorama dos hombres con un patrimonio familiar cercano al millón de euros cada uno se disputan la residencia de la presidencia del gobierno, en el Palacio de la Moncloa de Madrid.
Críticas: Muy favorables para el actor Mariano Rajoy en el ABC, El Mundo, La Razón y La Gaceta. Bastante condescendientes y algo más favorable para el actor Pérez Rubalcaba en El País y Público.