Un año sin Ángel Luis Tadeo

Un hombre que se inventó a sí mismo, que fue capaz de superarse día a día y que nunca se rindió. Un trabajador nato que fue capaz de fundar un holding empresarial bajo el paraguas del Grupo Dunas.

Una persona orgullosa de su tierra y apegado a sus raíces, jamás olvidó de donde procedía y de sus años en el popular barrio de San José, en Las Palmas de Gran Canaria, y créanme, devolvió con creces a esta tierra todo lo que de ella recibió, creando una de las empresas más sólidas del sector, generando riqueza, creando puestos de trabajo y paseando el nombre de Canarias y de Gran Canaria fuera de nuestras fronteras.

Estoy seguro de que hoy, un año después de su marcha, se sentiría más que orgulloso porque su más valioso legado no solo radica en el Grupo Dunas, sino en haber sabido trasmitir sus conocimientos, su entusiasmo, su saber hacer a sus hijos y esposa, ya que, no solo logró poner en marcha la segunda generación sino, además, que sus tres hijos trabajen con la misma dedicación y respeto que dedicó su padre al sector turístico en el Archipiélago. Para ellos mi más sincero reconocimiento y mi apoyo en estos días que seguro están siendo difíciles.

Aún hoy, un año después, resulta extraño darse un paseo por Triana y no tropezarse con su sonrisa sentado en una de sus populares terrazas charlando y sonriendo, siempre sonriendo. No obstante, un año después de su marcha me sigo sintiendo bajo el caparazón de la tortuga, tanto él y yo, como su familia, sabemos lo que significa.

No tengo más palabras que las de agradecimiento y la de tristeza, la primera por haber tenido la suerte de tropezarme con él y la segunda por haberlo hecho quizás demasiado tarde, porque estoy seguro de que podía haber aprendido muchas mas cosas de él en el ámbito personal y en su faceta como emprendedor.

Pero me quedo con una de sus frases: “Si caminamos juntos estoy seguro de que alcanzaremos todos los objetivos que nos hemos propuesto”. Sin duda, tú los alcanzaste, y esos objetivos tienen cuatro nombres: tu esposa, Pino, y tus tres hijos; Ángel Luis, Jéssica y José. Gracias por permitirme formar parte de tu gran familia.

Rubén Fontes