Bases en Red-Canarias por Mercedes Coello

Obviamente no somos ajenos a que la crisis marcó las políticas que en materia económicas y de empleo produjeron el principal motivo de discrepancia para con el electorado que normalmente confía en nuestro proyecto y que no se sentía representado por las mismas.

Nos preguntamos que sentido tiene un partido político si no cuenta con la compañía de los votos que los ciudadanos ejerciendo su derecho nos aportan. Nos hemos alejado de la realidad social de nuestro país. No seré yo quien les pase a explicar que las políticas económicas no corresponden a un solo gobierno, sino que vienen de mucho tiempo atrás.

Ahora bien, un estado que vivía sumergido en “los mundos de yupi” mientras la especulación inmobiliaria iba cobrando brío, y el cemento se iba apoderando de nuestros territorios y hasta nuestras almas (todos queríamos ser propietarios de un piso, o de dos si podíamos). Unido a que los bancos en esa época eran muy generosos y sobrevaloraban nuestras futuras viviendas, permitiendo que compráramos inmueble, muebles y hasta el coche si precisaba.

Culpables todos. Los que gobernaban y los que permitieron que esto ocurriera y no supieron o quisieron preveer que el país necesitaba una modernización profunda, un giro hacia la cultura y la ciencia, hacia el medioambiente y las energías renovables, hacia la industria y hacia la diversificación económica.

Culpables porque descuidamos nuestro mejor material, el futuro, el principio y el fin, la “gente joven”. Esos que ahora observan atónitos como se les escapa la vida por el sumidero de la crisis.

Este es el tiempo de la verdad. El tiempo de la reconciliación y la regeneración del partido, de la socialización y el entendimiento, de que las casas del pueblo sean abiertas, amigables y receptivas hacia todo aquel que se acerque allí.

Necesitamos una renovación profunda. En el fondo y en las formas. Necesitamos más participación, más solidaridad, más democracia interna y externa.

Necesitamos recobrar el norte, que nos corresponde como partido. Somos el Partido Socialista Obrero Español, y a mi parecer este partido que un día hace ya más de 100 años fundó Pablo Iglesias no le sobra ni le falta ninguna letra, y por supuesto ningún color.

Lo que en realidad le hace falta es recobrar el equilibrio que marcaba nuestra ideología socialdemócrata, alejarnos de los falsos objetivos y de las grandes elocuencias.

Recobremos la calle, recobremos el sentido, y miremos hacia el frente sabiendo que solo nosotros representamos la garantía de la educación gratuita y de calidad, de la sanidad pública, del sistema de pensiones, de la dependencia, de la igualdad de oportunidades y de la no discriminación.

Escuchemos y hablemos entre nosotros y con la gente de la calle (no somos nada sin ellos).

Esto y muchas otras cosas más son los comentarios que pueden expresar y leer en la página de “Bases en Red Canarias”.

Estamos aportando, queremos cambiar, queremos y debemos ser lo que ustedes quieren que seamos: la fiel representación de la sociedad donde vivimos.

No podemos esperar más, el futuro nos marca el rumbo. Si no lo hiciéramos la historia nos juzgará y nos absorberá. No habrá una segunda oportunidad. Es por ello; por que estamos convencidos que necesitamos de todos y cada uno de los que puedan aportar sentido a nuestro proyecto, y de que todos los que así pensamos en el camino nos iremos encontrando y de esta manera lograremos salir esforzados en nuestro próximo “Congreso Federal”.

Mercedes Coello

Obviamente no somos ajenos a que la crisis marcó las políticas que en materia económicas y de empleo produjeron el principal motivo de discrepancia para con el electorado que normalmente confía en nuestro proyecto y que no se sentía representado por las mismas.

Nos preguntamos que sentido tiene un partido político si no cuenta con la compañía de los votos que los ciudadanos ejerciendo su derecho nos aportan. Nos hemos alejado de la realidad social de nuestro país. No seré yo quien les pase a explicar que las políticas económicas no corresponden a un solo gobierno, sino que vienen de mucho tiempo atrás.