Espacio de opinión de Canarias Ahora
Carlos Alonso no hace prisioneros
No tiene que ver el título con el contenido de este artículo. Pero no me he podido resistir a ponerlo, porque me parece terrible y esclarecedor. Es una radiografía perfecta de una camada de dirigentes de ATI (me tendrán que reconocer que, a pesar del duradero y ya desgastado disfraz nacionalista, nunca deje de llamarles ATI) criada políticamente en las estancias del poder. “Yo no dejo prisioneros en política, porque los tienes que alimentar, atender y cuidar”. Y eso refiriéndose a Paulino Rivero. ¡Qué no serán capaces de hacer con sus adversarios!
Pero bueno, a lo que iba.
A ATI no le sirve de aliado al PSOE, ni de comparsa. Porque, como a los prisioneros, también hay que alimentarles.
Cuando Carlos Alonso (y con él Clavijo, Dávila, Bermúdez…) dice que “no perdamos de vista los valores de ATI”, lo que quiere decir es que añora la edad dorada del insularismo tinerfeño, cuando cosechaban las grandes victorias en el municipio de Santa Cruz y en el Cabildo y acaparaban la mayoría de los diputados autonómicos por Tenerife.
Aquel tiempo de vino y rosas ocurrió porque ATI ocupaba gran parte del espacio electoral de centro derecha -en competencia con AP y después con el PP- en las elecciones locales y autonómicas.
Saben, y se los recuerda constantemente Hermoso, que la única recuperación posible pasa por ahí. Siempre recuerdo que en el breve y único período de gobierno socialista en el Cabildo tinerfeño (allá por 1983, casi la Prehistoria) ATI tenía 7 consejeros y AP 6. En 1987, en medio de la euforia insularista y la cruzada anticanariona que promovieron poniendo en juego toda la sabiduría del viejo caciquismo, ATI logró 13 consejeros y AP se quedó con 1. Esas fueron las cuentas que añoran.
Claro que para suplantar al PP hay que hablar como el PP, actuar como el PP y, sobre todo, ser radicalmente anti-socialistas. Porque, de lo contrario, los del PP (que no son tontos) colocarán una valla publicitaria en la que se vea a Oramas haciéndole ojitos a Zapatero. Y no le harán falta al PP más argumentos. Será como un espantapájaros para los votantes conservadores.
Por eso humillan y provocan constantemente al PSOE: para que se vayan. Y si no se van, a pesar de los ataques y de las censuras e incumplimientos, pues entonces un Carlos Alonso enrabietado acusa a los socialista de que se quedan en el Gobierno sólo por… (en fin, ustedes ya saben y prefiero no repetirlo).
ATI no puede suplantar electoralmente al PP en Tenerife mientras los insularistas sean o parezcan ser los socios del PSOE en las instituciones. Porque tiene el mismo efecto que la valla de Oramas. Lo ven, pregonará el PP, votar ATI-CC es también votar a los socialistas. Así de sencillo.
Por eso el PSOE no les sirve ni de comparsa. Gobernar (es un decir) con el PSOE es el antídoto infalible contra lo que ellos añoran y quieren recuperar a toda costa.
Eso lo que quiere decir, pero no lo dice, Carlos Alonso.
O sea que, si no se van (y parece que no se van a ir, pase lo que pase) los echarán después de que voten a favor de la Ley del Suelo, que representa la mayor involución política desde que arrancó la Autonomía.
El PSOE quedará entonces sin “tocar gobierno” y sin discurso. De forma que ATI seguirá obteniendo réditos de esta etapa hasta más allá de una muerte anunciada: la del actual pacto con los socialistas.
Para que algunos se pasen tanto de listos hace falta que otros se pasen de tontos.
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