Círculo servil

No creo que el denominado manifiesto del Círculo de Empresarios de Gran Canaria refleje la opinión sincera ni si quiera de quien lo escribió, por eso no le di demasiada importancia cuando lo leí por primera vez. Los encargos tienen eso: sólo responden a quién los idea, no a quienes los ejecutan. Este manifiesto, sobra decirlo, si a alguien retrata es a José Manuel Soria.

Ayer volví sobre el texto después de que me lo recordaran algunas personas indignadas. Tenían razón. Este tipo de cosas, por muy serviles que sean, no se pueden dejar pasar sin un comentario, aunque sea a título personal.

No sé por qué el Manifiesto de Soria no dice las cosas claras. El supuesto enfrentamiento entre islas o sectores a que alude tiene un nombre: pleito insular. Una característica: construcción artificial de los grupos burgueses de poder en las islas capitalinas. Una finalidad: reclamar aún más poder, influencias y beneficios para sus intereses. Y una forma de proceder: desviar continuamente la atención social de los problemas reales.

Los pleitistas trabajan intentando someter el funcionamiento de las administraciones a sus objetivos. Posturean con agravios y discrepancias entre islas para justificar la autoadjudicación de la representatividad social. Se erigen en locuaces salvapatrias. Y esconden tras argumentos populistas sus intereses finales: dinero y poder.

Cuando se encuentran con alguna administración que no se somete a sus intereses y a sus formas de proceder la acosan desde todos los frentes, como ocurre ahora con el Gobierno de Canarias. Aunque sus argumentos no sean demasiado democráticos.

Y ahí reside otra de las características definitorias del pleitismo burgués que hemos sufrido en estas islas: su incomodidad con la Democracia. A medida que la sociedad canaria ha ido ganando en democracia, los pleitistas están más arrugados. No entienden que ellos no son más que nadie, sino exactamente iguales a los demás. Sus intereses no tienen que ser prioridades para las administraciones. Sus deseos, ya no son ordenes. La Democracia, unida al paso del tiempo y a que la gente lee cada vez más y de forma más autónoma, genera al pleitismo estos problemas de adaptación.

Eso es precisamente lo que parece que no se ha entendido en el Manifiesto circular de José Manuel Soria. Lo repetiré por ver si sirve de algo. Lo que viene ocurriendo en Canarias es que una multinacional petrolera, impulsada por el Gobierno central, quiere desarrollar un proyecto petrolero frente a las costas de Fuerteventura y Lanzarote que han rechazado reiteradamente todos los ayuntamientos y los cabildos de las dos islas, el Parlamento de Canarias y el Gobierno de Canarias. Que además ha sido contestado de forma multitudinaria en varias manifestaciones populares. Y que, por si fuera poco, ha generado una alarma sin precedentes en la comunidad científica.

Ante ello, lo que pedimos es simplemente que se escuche lo que decimos. ¿Por qué es más importante el proyecto de una multinacional que lo que dicen las instituciones democráticas? Tan complicado es que el Gobierno central haga o permita hacer una consulta popular para saber qué quieren los vecinos y vecinos de Canarias. ¿Cuál es el problema? ¿Por qué no se quiere dialogar? ¿Por qué no se escucha a la gente? ¿Por qué le molesta al pleitismo que se consulte a la población?

Lo demás son circunloquios burgueses, caducados, pleitistas y serviles, que estoy seguro sólo responden al dictado del Ministro.