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El consejero mudo

El día 19 de diciembre del año pasado tuvo lugar la reunión de la Junta Rectora del Parque Rural de Anaga presidida y “moderada” por el consejero del Cabildo de Tenerife, el socialista José Antonio Valbuena Alonso. La Junta Rectora es un órgano creado con la misión de colaborar en la gestión del Parque y, en ella, están representados los vecinos, los grupos conservacionistas, la universidad, los tres ayuntamientos con territorio en el Parque y la administración. Uno de los temas a tratar era la inversión de más de 300.000 euros en acondicionar la pista de Las Hiedras para que pueda ser utilizada por personas de movilidad reducida. Después de una larga intervención del consejero justificando esta obra, pedí la palabra para plantear varias preguntas y cuestiones como representante de los grupos conservacionistas en el Patronato: la primera era la falta de transparencia y de participación con que, en nuestra opinión, se había llevado a cabo esta obra; seguidamente pregunté si se habían analizado otras alternativas, si la obra respondía a una demanda real del colectivo de personas con movilidad reducida, pero no pude continuar. El señor consejero, visiblemente alterado y elevando el tono de voz, me dijo que mis preguntas eran impertinentes y cerró cualquier posibilidad de diálogo y debate sobre el tema. Menos mal que los funcionarios presentes respondieron a las cuestiones planteadas con la educación que le faltó al consejero.

Cuando en Atan recibimos la convocatoria de reunión del Patronato para el pasado 18 de abril, nos quedamos sorprendido porque no venía acompañada de ninguna información previa, ni siquiera la que se comprometió a facilitar en la anterior convocatoria, como fue el extenso documento estratégico sobre el turismo en Anaga. Este trabajo fue encargado por Turismo de Tenerife y un resumen fue expuesto en diciembre por sus autores al final de la larguísima reunión de la Junta. El orden del día de la nueva reunión se limitaba a informes del presidente y de la directora del Parque, además de los obligatorios: aprobación del acta anterior y ruegos y preguntas.

En el acta entregada se eludía la mala educación del consejero al calificarme de impertinente por lo que señalé su ausencia y se tomó el acuerdo de añadirlo al acta. A partir de este momento la reunión alcanzó características propias del surrealismo, el presidente no volvió a hablar ni a actuar como moderador. Intervenciones larguísimas, discusiones entre los asistentes, pero el presidente mudo, ni hubo acuerdos ni dio explicaciones. Se las pedimos sobre las carencias del transporte público, el colapso de tráfico, el impacto turístico, los controles sobre las especies exóticas, la cantera situada frente a a la dársena pero que según el proyecto es de restauración y no de explotación, pero todo fue inútil. El consejero, a diferencia de la reunión anterior, había optado por el silencio: ustedes digan lo que quieran que yo hago lo que me da la gana.

Según el acta de la sesión de diciembre se informó “de la situación del plan para erradicar estos animales asilvestrados, señalando que se elaboró la guía para repartir a todos los ganaderos, y que a continuación se enviarán cartas a los mismos, instándolos a que retiren del medio natural el ganado que tengan suelto y sin control. Además, se publicarán bandos municipales para advertir a posibles propietarios a los que no se haya podido notificar personalmente. Los borradores de bando serán enviados a los ayuntamientos, para que sean éstos quienes los publiquen. Transcurridos dos meses desde la publicación de los bandos se realizará una primera apañada y luego se procederá al control cinegético mediante profesionales contratados, ya que los cazadores han manifestado que no están interesados en colaborar.” Pues qué bien, cuatro meses después no han hecho absolutamente nada. Preguntado por esta situación no contestó el consejero, lo hizo el representante del ayuntamiento de Santa Cruz, Carlos Correa, con una explicación digna de los hermanos Marx: No lo han publicado porque este bando requiere la labor de muchos funcionarios, de los servicios técnicos, jurídicos y no recuerdo cuantos más, y que por eso no habían podido tramitar el susodicho bando. Cuando le dije que no era aceptable esta tardanza para publicar un bando se enfadó un poco y me dijo que me llamaría para que lo hiciera yo. Sé cómo hacerlo en muy poco tiempo, me bastaría copiar el que hizo el ayuntamiento de Buenavista del Norte y cambiarle el encabezado y la firma, pero no soy concejal y solo represento a los colectivos conservacionistas en el Parque Rural de Anaga.

Aunque no sean aceptables las formas, hay que agradecer que el concejal de Santa Cruz respondiese, al contrario del mudo consejero socialista de Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife.

Está claro que este consejero socialista no se diferencia de sus predecesores, no cree en la participación ciudadana, la transparencia solo le sirve para adornar sus discursos pero no para dar la cara por su gestión y por eso no contesta ni se explica aunque esa sea su obligación como cargo público.

El día 19 de diciembre del año pasado tuvo lugar la reunión de la Junta Rectora del Parque Rural de Anaga presidida y “moderada” por el consejero del Cabildo de Tenerife, el socialista José Antonio Valbuena Alonso. La Junta Rectora es un órgano creado con la misión de colaborar en la gestión del Parque y, en ella, están representados los vecinos, los grupos conservacionistas, la universidad, los tres ayuntamientos con territorio en el Parque y la administración. Uno de los temas a tratar era la inversión de más de 300.000 euros en acondicionar la pista de Las Hiedras para que pueda ser utilizada por personas de movilidad reducida. Después de una larga intervención del consejero justificando esta obra, pedí la palabra para plantear varias preguntas y cuestiones como representante de los grupos conservacionistas en el Patronato: la primera era la falta de transparencia y de participación con que, en nuestra opinión, se había llevado a cabo esta obra; seguidamente pregunté si se habían analizado otras alternativas, si la obra respondía a una demanda real del colectivo de personas con movilidad reducida, pero no pude continuar. El señor consejero, visiblemente alterado y elevando el tono de voz, me dijo que mis preguntas eran impertinentes y cerró cualquier posibilidad de diálogo y debate sobre el tema. Menos mal que los funcionarios presentes respondieron a las cuestiones planteadas con la educación que le faltó al consejero.

Cuando en Atan recibimos la convocatoria de reunión del Patronato para el pasado 18 de abril, nos quedamos sorprendido porque no venía acompañada de ninguna información previa, ni siquiera la que se comprometió a facilitar en la anterior convocatoria, como fue el extenso documento estratégico sobre el turismo en Anaga. Este trabajo fue encargado por Turismo de Tenerife y un resumen fue expuesto en diciembre por sus autores al final de la larguísima reunión de la Junta. El orden del día de la nueva reunión se limitaba a informes del presidente y de la directora del Parque, además de los obligatorios: aprobación del acta anterior y ruegos y preguntas.