Espacio de opinión de Canarias Ahora
Cuba: política interior y exterior
La reunión paralela en Cunamá de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), prácticamente eclipsó a la auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), y en la misma una amplia mayoría de miembros pidieron el cese del bloqueo que Estados Unidos tiene sometida a Cuba desde hace casi medio siglo. El documento fue suscrito en Cumaná por los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; de Cuba, Raúl Castro; de Bolivia, Evo Morales; de Nicaragua, Daniel Ortega, y por el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit. En aquella reunión también participaron como observadores los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; de Honduras, Manuel Zelaya; el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, y el canciller de Ecuador, Fander Falconi.
En el texto final, leído por Chávez, anfitrión de la cita, los mandatarios demandan que la Cumbre de Trinidad y Tobago realice un “debate a fondo” de la crisis internacional, cuya principal causa es “la decadencia del modelo capitalista ”, que además fue calificado en esta Cumbre como el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas y la más seria amenaza de la época actual para el bienestar de todos los pueblos. Como segunda razón, los presidentes exponen que se excluyó “injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y Gobierno han sido incesantemente objeto de manera criminal”. La V Cumbre de las Américas comenzó con todas las miradas dirigidas hacia Cuba, la gran ausente de la cita americana. Precisamente, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, fue la primera en pedir, durante su discurso de apertura del encuentro, que Estados Unidos levante “el anacrónico bloqueo a la hermana República de Cuba” e invitó a los 34 países participantes a “construir un nuevo orden regional que dé cuenta de las transformaciones de este mundo”.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, afirmó sentir “vergüenza” por estar participando en la cita sin la presencia de Cuba. El presidente boliviano, Evo Morales, anunció en las horas previas a la inauguración que presentará una propuesta de resolución que exige el fin del embargo estadounidense a la isla caribeña.Horas antes de trasladarse a Trinidad y Tobago, el Jefe de Estado de Brasil, Luis Ignácio Lula da Silva, propuso al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, nombrar a un enviado especial para Cuba a fin de que se encargue de negociar nuevas relaciones entre Washington y La Habana. El Mandatario estadounidense expresó en la ceremonia inaugural de la Cumbre, su disposición para que su administración “aborde con el Gobierno cubano una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos y la reforma democrática a las drogas, la inmigración y asuntos económicos”. “Creo que podemos llevar la relación entre Estados Unidos y Cuba en una nueva dirección”. El presidente cubano, Raúl Castro, aseguró en la cita del Alba en Venezuela que su país está preparado para discutir con Estados Unidos “casi todo”, incluyendo los prisioneros políticos, pero demanda respeto por la soberanía de la isla.
Horas antes de la llegada de los asistentes a la Cumbre de las Américas, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Robert Word, reiteró las declaraciones de Hillary Clinton, en las que la Secretaria de Estado valoró la “apertura” de Cuba a la negociación, pero reiteró la necesidad de que ese país avance hacia una mayor democratización. Clinton reconoció que las políticas de su país hacia Cuba “fracasaron”. “Seguimos buscando formas más productivas de avanzar, ya que vemos que la actual política hacia Cuba fracasó”. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, por su parte, anunció en Puerto España que planteará la derogación de la resolución que suspendió a Cuba como miembro del organismo en 1962, en la Asamblea General de la OEA que se celebrará en San Pedro Sula (Honduras) en junio. Insulza aclaró, no obstante, que la derogación, si es que se materializa, no significará la readmisión automática de Cuba al organismo porque tal decisión corresponde al Gobierno de La Habana y a los miembros de la OEA en otro proceso independiente.
En la vorágine de acontecimientos a los que asisto a través de la prensa internacional después de mi regreso de Cuba, constato en primer lugar que la correlación de fuerzas en América Latina ha cambiado profundamente, precisamente en favor de Cuba. La política del garrote y las cañoneras es historia. Ahora mismo es Barak Obama el que tiene que actuar con una actitud inteligente, constructiva, generosamente concialiadora sino quiere verse arrinconado y despreciado como su predecesor George Bush. El reconocimiento del presidente de Estados Unidos, Obama, y de la Secretaria de Estado, la señora Clinton del fracaso de la política de bloqueo, es una posición histórica. Pero Cuba a mi modo de ver también debe aportar elementos constructivos, y creo sinceramente que la democratización del país caribeño puede ser incluso positivo para la Revolución cubana. Enclaustrarse en el partido único, en una prensa única, en una política exclusivista, no parece la mejor arma para afrontar el siglo XXI. Ganar unas elecciones auténticamente democráticas como han conseguido Hugo Chaves, Evo Morales, Rafael Correa, Lula Da Silva y otros dirigentes de América Latina, creo que es la mejor fórmula para construir el futuro de Cuba.
La reunión paralela en Cunamá de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), prácticamente eclipsó a la auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), y en la misma una amplia mayoría de miembros pidieron el cese del bloqueo que Estados Unidos tiene sometida a Cuba desde hace casi medio siglo. El documento fue suscrito en Cumaná por los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez; de Cuba, Raúl Castro; de Bolivia, Evo Morales; de Nicaragua, Daniel Ortega, y por el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit. En aquella reunión también participaron como observadores los presidentes de Paraguay, Fernando Lugo; de Honduras, Manuel Zelaya; el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Gonsalves, y el canciller de Ecuador, Fander Falconi.
En el texto final, leído por Chávez, anfitrión de la cita, los mandatarios demandan que la Cumbre de Trinidad y Tobago realice un “debate a fondo” de la crisis internacional, cuya principal causa es “la decadencia del modelo capitalista ”, que además fue calificado en esta Cumbre como el más grande desafío al cual la humanidad haya hecho frente en décadas y la más seria amenaza de la época actual para el bienestar de todos los pueblos. Como segunda razón, los presidentes exponen que se excluyó “injustificadamente a Cuba, sin hacer mención al consenso general que existe en la región para condenar el bloqueo y los intentos de aislamiento de los cuales su pueblo y Gobierno han sido incesantemente objeto de manera criminal”. La V Cumbre de las Américas comenzó con todas las miradas dirigidas hacia Cuba, la gran ausente de la cita americana. Precisamente, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, fue la primera en pedir, durante su discurso de apertura del encuentro, que Estados Unidos levante “el anacrónico bloqueo a la hermana República de Cuba” e invitó a los 34 países participantes a “construir un nuevo orden regional que dé cuenta de las transformaciones de este mundo”.