Espacio de opinión de Canarias Ahora
Tú tienes la culpa de las colas
Sí, tú, querido lector. Y no escurras el bulto. Te levantas cada mañana y plantas tu coche en la autopista y, claro, se colapsa. Así que alguien en el Cabildo de Tenerife ha pensado que la mejor forma de solucionarlo es mediante una encuesta que hemos recibido los padres de varios colegios concertados y que es del todo inútil porque la inmediata pregunta que uno se hace cuando la lee es: y una vez sepan los datos, ¿qué podrán hacer para cesar las colas que no sea lo mismo que tendrían que hacer sin esa encuesta? ¿Cambia algo si averiguan que damos más vueltas que peonzas cada mañana para salir de casa, dejar los niños en el colegio y llegar, como sea, a nuestro puesto de trabajo?
A veces me pregunto si esta gente que nos gobierna tiene familia y se ocupa de ella. Si ellas y ellos hubiesen sufrido -como usted, querido lector, y yo- lo que supone escolarizar un hijo en Canarias, aunque solo fuera por vergüenza torera, presentarían alguna iniciativa para ayudar, de verdad, a las familias con hijos en edad escolar. Pero no, mientras usted y yo colapsábamos la autopista por gusto, en el Parlamento hablaban de asuntos de notable interés para todos los ciudadanos, el Gobierno trabajaba sin descanso para mejorar la educación de nuestros hijos con iniciativas tan -pero tan, tan, tan- loables como la implantación de los e-sports y el Cabildo de Tenerife encargaba una encuesta. ¡Olé! Mis hijas, como otros miles de niños canarios, están matriculadas en un colegio concertado del área metropolitana tinerfeña. Sus matrículas, que el colegio cobra en julio, fueron casi 300 euros per cápita. A ello le sumamos la compra de los libros que, en el caso de la mayor, ya en Primaria, fueron otros 300, 120 en el caso de la pequeña. Así, sin anestesia, ya estamos hablando de más de 1.000 euros. En julio.
Compras unos uniformes, que los niños crecen, y los tenis del cole, una de las mochilas -la otra aún aguanta un par de trimestres-, y como, además de todo eso, mis hijas tienen la mala costumbre de comer, sumen dos comedores y dos cuotas voluntarias del colegio. Así que, cuando llega septiembre, y sin pasar la primera semana, entre pitos y flautas -como el chiste- sólo mis hijas me han supuesto casi el triple del salario mínimo interprofesional. Mensualmente, después, el coste de un niño escolarizado en un concertado no baja de los 300 euros. Para que algún despachado luego diga que no se explica por qué no sube la natalidad. En una comunidad autónoma como la nuestra -con su poco paro y ejemplar economía industrial- cada mañana, cuando dejo a mis hijas en el colegio, me pregunto cómo hacen las otras familias para afrontar semejante gasto, que además es inevitable, porque para los listos que ya están pensando “pues que los matricule en un público”, en mi caso, sería imposible, porque los horarios de los públicos no son compatibles con mi jornada laboral, problema que afrontan también todos esos padres con los que comparto preocupaciones cada mañana. Así que, no queda otra que recortar en el único gasto evitable, el transporte escolar, que en un colegio concertado puede suponer otros 200 euros por hijo.
Así que, si no quieren que miles de padres ocupemos las vías con nuestros vehículos, solo hay una opción viable: subvencionar el transporte escolar concertado.
Pero esa opción no aparece en la encuesta, así que les planteo que la próxima vez al menos añadan una pestaña más: Si el transporte escolar estuviera subvencionado, ¿lo usaría? No solucionaremos nada -tampoco lo hace su encuesta- pero tendrán la excusa, o no, para corregirme esta columna de hoy.
Sí, tú, querido lector. Y no escurras el bulto. Te levantas cada mañana y plantas tu coche en la autopista y, claro, se colapsa. Así que alguien en el Cabildo de Tenerife ha pensado que la mejor forma de solucionarlo es mediante una encuesta que hemos recibido los padres de varios colegios concertados y que es del todo inútil porque la inmediata pregunta que uno se hace cuando la lee es: y una vez sepan los datos, ¿qué podrán hacer para cesar las colas que no sea lo mismo que tendrían que hacer sin esa encuesta? ¿Cambia algo si averiguan que damos más vueltas que peonzas cada mañana para salir de casa, dejar los niños en el colegio y llegar, como sea, a nuestro puesto de trabajo?
A veces me pregunto si esta gente que nos gobierna tiene familia y se ocupa de ella. Si ellas y ellos hubiesen sufrido -como usted, querido lector, y yo- lo que supone escolarizar un hijo en Canarias, aunque solo fuera por vergüenza torera, presentarían alguna iniciativa para ayudar, de verdad, a las familias con hijos en edad escolar. Pero no, mientras usted y yo colapsábamos la autopista por gusto, en el Parlamento hablaban de asuntos de notable interés para todos los ciudadanos, el Gobierno trabajaba sin descanso para mejorar la educación de nuestros hijos con iniciativas tan -pero tan, tan, tan- loables como la implantación de los e-sports y el Cabildo de Tenerife encargaba una encuesta. ¡Olé! Mis hijas, como otros miles de niños canarios, están matriculadas en un colegio concertado del área metropolitana tinerfeña. Sus matrículas, que el colegio cobra en julio, fueron casi 300 euros per cápita. A ello le sumamos la compra de los libros que, en el caso de la mayor, ya en Primaria, fueron otros 300, 120 en el caso de la pequeña. Así, sin anestesia, ya estamos hablando de más de 1.000 euros. En julio.