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La Cumbre del Clima en Varsovia: Otro fraude más
En la reciente y finalizada Cumbre del Clima, celebrada en Varsovia, hubo, como era de esperar absoluta pantomima, y los hechos precedentes dan la razón a los ecologistas, por otro estrepitoso fracaso más. Una nueva conferencia mundial, en la que han intervenido unas 200 legaciones de muchos países del planeta, para no llegar a una urgente solución en el drástico deterioro del clima que la Tierra padece, y en el que peligramos ya, de hecho y sin vuelta atrás, todas las especies vivientes y las alteraciones de los ecosistemas de cada continente, con las venenosas emisiones de CO2 a la atmósfera. El supertifón de Haiyan en Filipinas es una convicción más.
Las grandes potencias del industrialismo mundial y también, de la sinrazón, no están por la labor de rebajar sus emolumentos gananciales, con las rebajas de las emisiones de gases que conlleva, por las menores cantidades en la quema de combustibles fósiles (especialmente del carbón ?el más contaminante? y del petróleo). EE UU, China, Japón y la UE, se niegan a rebajar o cambiar sus energías derivadas de esos combustibles que mueven sus boyantes industrias, con reducciones paulatinas, para evitar el aumento anunciado de las temperaturas catastróficas, que llevarían al planeta a los mayores desastres climáticos. Pase lo que pase y pese a quienes pese, no renunciarán.
En esta Cumbre Climática finiquitada, han llegado al hipócrita acuerdo de hacer 'un pacto de reducción' de monóxido de carbono (CO2) en 2015. Más dilaciones absurdas, como si fuera un asunto baladí lo que han tratado. Se han reunido en varios días para obtener una única resolución: cambiar el término 'compromiso' por el de 'contribuciones'. O sea: 'ni meneallo ni enmendallo'. Otra cumbre más y todo sigue igual ante el cambio climático del planeta y los demás mortales, que también tenemos el derecho a disentir y opinar en esta tropelía a que nos llevan las grandes potencias, y el resto países (convidados de piedra) que no se enfrentan y se muestran cobardemente, ante la ceguera de un egoísmo palmario y que prioriza sus intereses monetarios insaciables, por sus patologías psíquicas en ganar ingentes cantidades de dinero y que la humanidad entera y toda la biodiversidad planetaria haga el haraquiri colectivo.
Poco o nada importa a estos mandarines de paja que gobiernan en las naciones mundiales, pendientes de la orden del perverso capitalismo mundial de los cuales son marionetas, que tenemos que sufrir con sus subyugadas ineficacias y faltas de éticas. Sabedores de que en los últimos años ha aumentado la temperatura de todo el planeta en un 0,75 grados C. Que este año 2013, es el séptimo más cálido desde que en 1850, se toman las variables de temperaturas.
Los centenares de científicos del IPCC de la ONU, con datos corroborados, aseguran que en el año 2050, el calentamiento del mundo aumentará en 4 grados C., por lo que no será posible, en próximo futuro, poner remedio a los desastres climáticos que se padecerán: carencia de agua potable; descongelación total de los Polos; crisis alimentaria por no existir agriculturas; pobreza extrema y mortal por las sequías; océanos más ácidos por engullir gran parte de CO2; catástrofes naturales por las altas temperaturas; deforestación en todo el planeta lo que generará menos lluvias, etc.
La torpeza majadería y el materialismo del ser humano llega a tal extremo, que existen los esquiroles negacionistas del Cambio Climático, en contra de la invariable certeza de los científicos aludidos. Su frente está en la revista electrónica 'The Carbon Brief', que trata de dificultar todo lo relacionado con este delicado tema y de las catástrofes que padece la Tierra. Para ello, inmorales y estúpidos sicarios del vil metal, en científicos, periodistas, etc., son sobornados por EXXON de la Mobil para que afirmen lo contrario.
Los científicos, afirman con rotundidad científica, que el principal causante del Cambio Climático es el hombre con sus fábricas. Las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, es la propia Naturaleza la que sufre, en primer lugar, sus nefastos consecuencias por esta acción directa de la industria humana, que altera los equilibrios de ecológicos. Y en segundo término, todos los seres vivos que perviven en el mismo.
Japón es el quinto país más industrializado con las emisiones de CO2 más alta, con un 25%. Pero, con la tragedia padecida por el enérgico tsunami de Fukushima, ha anunciado la renuncia y se retracta de bajar los gases de efecto invernadero. Esta peyorativa decisión ha sido un pésimo anuncio para la ONU y para las personas conscientes con el ecologismo, quienes la han calificado de “lamentable decisión” (que también había renunciado a la energía nuclear en 2012, por las trágicas consecuencias, que aún sufren, con la central nuclear), pero asimismo rectificaron en su medida, y volver por intereses económicos a la peligrosa energía atómica.
Insistiendo en el mismo asunto de la Cumbre del Clima, es inverosímil, hacer unas reuniones representativas de gran parte de los gobiernos del mundo, para hacer otro paripé más. De las cumbres habidas hasta hoy, nada ha cambiado, solo falsas promesas, anunciando que en la siguiente conferencia se refrendarán los acuerdos. Con todo juicio y compromiso con el ecologismo, otra vez más, Greenpeace y WWF, renunciaron a seguir escuchando demagógicas palabras, falacias y trapacerías de las grandes e interesadas potencias, levantándose de la sala y dando un portazo en señal de tan indignante ignominia contra la salud del planeta y de todos los que en ella pervivimos.
En la reciente y finalizada Cumbre del Clima, celebrada en Varsovia, hubo, como era de esperar absoluta pantomima, y los hechos precedentes dan la razón a los ecologistas, por otro estrepitoso fracaso más. Una nueva conferencia mundial, en la que han intervenido unas 200 legaciones de muchos países del planeta, para no llegar a una urgente solución en el drástico deterioro del clima que la Tierra padece, y en el que peligramos ya, de hecho y sin vuelta atrás, todas las especies vivientes y las alteraciones de los ecosistemas de cada continente, con las venenosas emisiones de CO2 a la atmósfera. El supertifón de Haiyan en Filipinas es una convicción más.
Las grandes potencias del industrialismo mundial y también, de la sinrazón, no están por la labor de rebajar sus emolumentos gananciales, con las rebajas de las emisiones de gases que conlleva, por las menores cantidades en la quema de combustibles fósiles (especialmente del carbón ?el más contaminante? y del petróleo). EE UU, China, Japón y la UE, se niegan a rebajar o cambiar sus energías derivadas de esos combustibles que mueven sus boyantes industrias, con reducciones paulatinas, para evitar el aumento anunciado de las temperaturas catastróficas, que llevarían al planeta a los mayores desastres climáticos. Pase lo que pase y pese a quienes pese, no renunciarán.