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Un día cualquiera en Bagdad

Hoy continúan las matanzas, especialmente aquí, en Bagdad. Tres policías liquidados a tiros en la plaza de Karamamah a las 10.30 de la mañana. Una bomba colocada en la famosa mezquita suní de Gilani provocó veinte víctimas poco después del mediodía. A las tres de la tarde, un atentado contra el barrio donde vive el líder chií Moqtada al Sadr mandó a seis personas al otro mundo. A las cinco, caía una granada de mortero sobre el barrio de Adil, mientras un grupo de desconocidos disparaba en las calles de Ginog contra gente que pasaba por la calle.La tarde resultó muy movida. Aparecieron los cuerpos torturados y asesinados de más de treinta personas que habían sido detenidas previamente por las fuerzas especiales del ministerio del Interior. Una verdadera batalla tuvo lugar en el barrio de Yarmouk entre un grupo de la resistencia y fuerzas estadounidenses apoyadas por la aviación. Yo tengo la mala suerte de vivir en el centro de la ciudad, el barrio de Haifa, que está habitado mayoritariamente por suníes a unos metros de la zona verde. Hacen lo que pueden para vaciar este sector de sus habitantes Llevamos una semana sin poder salir de casa. Imposible ir a buscar comida o agua porque francotiradores del Gobierno, protegidos por las fuerzas norteamericanas, disparan desde las azoteas contra quien lo intente. Al estilo israelí ya utilizado en Faluya. Ha vuelto a caer otro vecino.Mi ciudad siempre fue la mayor expresión de la nación desde el punto de vista de su composición. De todas las religiones, de todas las creencias o de ninguna. Todo está cambiando a peor. Los jefes de la mayoría de cada barrio expulsan o amedrentan a los demás para que se vayan. En realidad, los ataques armados van dirigidos por la resistencia sobre todo contra el Gobierno y los estadounidenses, aunque la prensa exterior diga otra cosa. Por cierto, el comentario más extendido hoy por Bagdad giró en torno a la muerte de dos colaboradores de Sadam Husein. Aquí todo el mundo cree que a Barzan al Tikrit lo decapitaron después de ejecutarlo, aunque Basem Ridha, consejero del primer ministro, diga que fue una “decisión de Dios” ese cuento según el cual el cuerpo se desprendió de la cabeza al ahorcarlo. Además, conocemos los motivos de esta venganza. Barzan torturó y asesinó en 1981 al coronel del espionaje iraní Najiv Khasravi. No perdonaron al hermano de Sadam Hussein ni después de su muerte. Así se fomenta la violencia sectaria.Tengo más noticias, pero serán conocidas porque proceden casi todas del extranjero. Bush descalifica a su testaferro primer ministro Nuri Al-Maliki por la chapuza de las ejecuciones, como si el presidente estadounidense nada tuviera que ver. Al Maliki devuelve la cortesía al jefe, criticándolo porque no le proporciona armas para combatir a la insurgencia. ¿Más? Al Maliki asegura que si Washington le manda armamento, además de los 20.000 soldados gringos para controlar Bagdad, acabará con la insurgencia dentro de seis meses o que estará en condiciones de controlarla después. Y que los gringos podrán regresar poco a poco a casa. Se me olvidaba. Hillary Clinton acaba de declarar lo siguiente después de encontrarse con militares estadounidenses en Irak: “debemos comenzar un repliegue escalonado”. Pues empiecen de una vez. Rafael Morales

Hoy continúan las matanzas, especialmente aquí, en Bagdad. Tres policías liquidados a tiros en la plaza de Karamamah a las 10.30 de la mañana. Una bomba colocada en la famosa mezquita suní de Gilani provocó veinte víctimas poco después del mediodía. A las tres de la tarde, un atentado contra el barrio donde vive el líder chií Moqtada al Sadr mandó a seis personas al otro mundo. A las cinco, caía una granada de mortero sobre el barrio de Adil, mientras un grupo de desconocidos disparaba en las calles de Ginog contra gente que pasaba por la calle.La tarde resultó muy movida. Aparecieron los cuerpos torturados y asesinados de más de treinta personas que habían sido detenidas previamente por las fuerzas especiales del ministerio del Interior. Una verdadera batalla tuvo lugar en el barrio de Yarmouk entre un grupo de la resistencia y fuerzas estadounidenses apoyadas por la aviación. Yo tengo la mala suerte de vivir en el centro de la ciudad, el barrio de Haifa, que está habitado mayoritariamente por suníes a unos metros de la zona verde. Hacen lo que pueden para vaciar este sector de sus habitantes Llevamos una semana sin poder salir de casa. Imposible ir a buscar comida o agua porque francotiradores del Gobierno, protegidos por las fuerzas norteamericanas, disparan desde las azoteas contra quien lo intente. Al estilo israelí ya utilizado en Faluya. Ha vuelto a caer otro vecino.Mi ciudad siempre fue la mayor expresión de la nación desde el punto de vista de su composición. De todas las religiones, de todas las creencias o de ninguna. Todo está cambiando a peor. Los jefes de la mayoría de cada barrio expulsan o amedrentan a los demás para que se vayan. En realidad, los ataques armados van dirigidos por la resistencia sobre todo contra el Gobierno y los estadounidenses, aunque la prensa exterior diga otra cosa. Por cierto, el comentario más extendido hoy por Bagdad giró en torno a la muerte de dos colaboradores de Sadam Husein. Aquí todo el mundo cree que a Barzan al Tikrit lo decapitaron después de ejecutarlo, aunque Basem Ridha, consejero del primer ministro, diga que fue una “decisión de Dios” ese cuento según el cual el cuerpo se desprendió de la cabeza al ahorcarlo. Además, conocemos los motivos de esta venganza. Barzan torturó y asesinó en 1981 al coronel del espionaje iraní Najiv Khasravi. No perdonaron al hermano de Sadam Hussein ni después de su muerte. Así se fomenta la violencia sectaria.Tengo más noticias, pero serán conocidas porque proceden casi todas del extranjero. Bush descalifica a su testaferro primer ministro Nuri Al-Maliki por la chapuza de las ejecuciones, como si el presidente estadounidense nada tuviera que ver. Al Maliki devuelve la cortesía al jefe, criticándolo porque no le proporciona armas para combatir a la insurgencia. ¿Más? Al Maliki asegura que si Washington le manda armamento, además de los 20.000 soldados gringos para controlar Bagdad, acabará con la insurgencia dentro de seis meses o que estará en condiciones de controlarla después. Y que los gringos podrán regresar poco a poco a casa. Se me olvidaba. Hillary Clinton acaba de declarar lo siguiente después de encontrarse con militares estadounidenses en Irak: “debemos comenzar un repliegue escalonado”. Pues empiecen de una vez. Rafael Morales