Espacio de opinión de Canarias Ahora
De los dineros municipales y de Emalsa
En los diez últimos días de noviembre, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se reunió en sesión plenaria dos veces. La primera, de forma extraordinaria, para tratar el presupuesto municipal de 2014, con más de un mes de antelación sobre lo acostumbrado, y la segunda para el pleno ordinario.
Es habitual que, en el pleno en el que se trata los asuntos de dinero, la estrella sea el Concejal de Economía y Hacienda. Esta vez casi le quita el protagonismo el asunto del personal, con el mar de fondo de la “non nata” RPT, pero Agustín Gutiérrez, brilló con luz propia. Y lo hizo con varias frases a lo largo de su intervención que, hay que reconocer, tuvieron su miga.
Cuando el hombre de los dineros municipales, quejándose de que otras administraciones han tardado mucho en darle sus previsiones y algunas como el Cabildo, no se las habían dado, dice que hay que acudir a la “bruja Lola” para adivinar los ingresos procedentes de esas administraciones, la cosa parece de broma, pero es muy seria.
La oposición le pidió más recursos para temas sociales y Gutiérrez contestó que el Ayuntamiento tiene recursos limitados y no puede hacer un “sinpa” como hacían los socialistas cuando gobernaban. Cuando Agustín vio por las caras de los concejales, tanto del grupo de gobierno (incluido el alcalde) como los de la oposición, que se habían quedado en 33 sin saber qué decía, explicó que era una expresión que significaba, de forma abreviada, “sin pagar”, y que lo utilizaban algunos jóvenes en ocasiones (¡Vamos a hacer un “sinpa”! y se marchan sin pagar).
Cuando se refirió a la enmienda por 4,2 millones de euros para temas sociales que, muy bien estructurada, le presentó el grupo socialista, tuvo un desliz. Dijo que le había gustado. Luego empezó a ponerle peros, y terminó denominándola “un cuento de hadas”. Lo coherente es, después de esa declaración de “gusto” aceptarla toda o en parte. Pero estaba claro que con 16 votos y mayoría absoluta, este PP no acepta que le corrijan la plana ni siquiera parcialmente y aunque les guste las enmiendas de la oposición.
También el portavoz de asuntos económicos del grupo socialista puso su nota graciosa cuando, quejándose de la entrega por fascículos del presupuesto 2014, los comparó con los de “Planeta Agostini” por su similitud entre nombre de pila del Concejal de Hacienda y la editorial Planeta De Agostini.
El Concejal Gutiérrez le contestó dándole la fórmula para calcular la distancia a la Luna (número “pi” y número “e” incluidos) y resaltando el “enorme esfuerzo” que había hecho el equipo de gobierno municipal para bajar la presión fiscal.
Enorme esfuerzo que Nardy Barrios cuantificó en 1,2 millones de euros en el presupuesto de 2014 (rebaja en el Impuesto de Actividades Económicas ? IAE ? y en el impuesto de circulación), al mismo tiempo que situó la presión económica sobre los ciudadanos en 4,6 millones de euros más que en 2013, entre la subida de los billetes de guaguas a partir del 1º de enero próximo y el incremento de recaudación del IBI, por multas de tráfico y de Sagulpa (aparcamientos, zona azul y zona verde). Bajando la presión fiscal, el Ayuntamiento le aprieta más aún el cinturón al ciudadano, que lo rebajado.
Hubo un momento en que las risas eran tan continuas que en vez de un pleno municipal aquello se parecía al “club de la comedia”. Es de agradecer que los plenos tengan estos momentos de distensión. A ver si se prodigan.
En cuanto al lío de Emalsa tenemos novedades. La principal es que el Alcalde anunció al final del pleno ordinario que el jueves, 12 de diciembre, se celebraría un pleno extraordinario dedicado, de forma monográfica, a la compañía que nos suministra el agua de abasto, y a la intervención administrativa que planea el Ayuntamiento. Un año después de que estallara el asunto en Versalles (Francia) tenemos acciones municipales. Nunca es tarde si la dicha es buena.
El otro aspecto a destacar fue la división del voto en el Consejo de Administración de Emalsa celebrado el pasado lunes 25, entre los socios privados. Fue en el acuerdo de denunciar el contrato de alquiler de la sede al considerar que sus clausulas son abusivas. Los representantes de SAUR votaron a favor de la denuncia del contrato, junto con los representantes del Ayuntamiento y de los trabajadores. Los de Sacyr-Valoriza se abstuvieron. Uno de los consejeros en Emalsa en representación de esta última sociedad, es a su vez, presidente de SATOCAN empresa propietaria del inmueble objeto del contrato de alquiler. Algunas cosas de mueven cinco años después de la firma del contrato. Lentamente, pero se mueven.
A mi último artículo sobre Emalsa le contestó un empleado de SAUR Internacional diciendo que el agua de abasto cuesta un 22% menos que lo que pagábamos hace 15 años. A mí los número me salen que hoy pago a 2,04 euros el metro cúbico, que es bastante más caro que lo que pagaba hace 15 años. Y me imagino que al resto de los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria les pasa lo mismo. Las fórmulas alambicadas para calcular el precio teórico son muy divertidas, pero tropiezan con la dura realidad.
En referencia a que el Consejo de Administración aprobó por unanimidad el encargo de la auditoría realizada por Auren, es verdad, pero ¿cuánto costó a los representantes municipales en Emalsa convencer a los restantes? ¿A cambio de qué cedieron los consejeros representantes de las empresas privadas? En nuestro “pequeño mundo”, que diría Don Camilo, casi todo se acaba sabiendo?
En los diez últimos días de noviembre, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria se reunió en sesión plenaria dos veces. La primera, de forma extraordinaria, para tratar el presupuesto municipal de 2014, con más de un mes de antelación sobre lo acostumbrado, y la segunda para el pleno ordinario.
Es habitual que, en el pleno en el que se trata los asuntos de dinero, la estrella sea el Concejal de Economía y Hacienda. Esta vez casi le quita el protagonismo el asunto del personal, con el mar de fondo de la “non nata” RPT, pero Agustín Gutiérrez, brilló con luz propia. Y lo hizo con varias frases a lo largo de su intervención que, hay que reconocer, tuvieron su miga.