Un extraño personaje

Desde la presentación del semihéroe que hizo la periodista Isabel San Sebastián al mechandaising de la organización con camisetas que rezaban “Todos somos Alcaraz”, aquella manifestación más parecía la presentación de un candidato electoral al más colorista estilo latinoamericano que la reunión ciudadana que debía ser en contra de la violencia terrorista.El caso es que Alcaraz tenía pendiente una cita con la justicia por una serie de declaraciones que hizo durante las conversaciones que el Gobierno abrió con ETA, tiempo en el que soltó perlas como éstas: el proyecto de ETA “es el proyecto asumido por el Gobierno”; “Es indignante que encontremos al Gobierno y partidos afines defendiendo a terroristas”; “El Gobierno tiene la intención de indultar a la serpiente [ETA]”; “Es un paréntesis que tanto ETA como el Gobierno han ideado para retomar el proceso. Todo responde a una gran mentira que van a escenificar la banda y el Gobierno”; “Hay pruebas más que suficientes de su connivencia con los asesinos”.

Hace tiempo que es público y notorio que Alcaraz se ha convertido en un personaje más que cuestionado no sólo desde sectores políticos, sino también desde las propias víctimas del terrorismo, ahora escindidas, en gran medida debido a la gestión de este hombre.

El jueves, tras comparecer ante el juez, Alcaraz quiso añadir más leña al fuego: “Hoy es un día donde el Gobierno estará compartiendo la alegría de ver al presidente de la AVT entrando por la puerta de la Audiencia Nacional, tiene que estar compartiendo alegría con los terroristas, los separatistas y el brazo político de ETA. Es muy triste. A partir de ahora mi pregunta es: ¿qué es lo próximo que me tiene preparado el Gobierno?”.

De verdad el presidente de la AVT piensa que en los consejos de ministros se reserva un espacio de tiempo para conspirar contra él? ¿Olvida que la demanda a la que tenido que responder procede de una asociación de abogados y no del Ejecutivo? ¿Considera que sus palabras restañan el dolor de las víctimas o les ayudan de alguna manera? ¿Está cumpliendo realmente con el cometido que le corresponde como presidente de la AVT?

Pienso que a este hombre el dolor vivido le cegó hace mucho tiempo. Y me temo que su particular afán de justicia le conduce por territorios erróneos, que desde luego a quien no van a beneficiar es a las víctimas del terrorismo.

Esperanza Pamplona

Desde la presentación del semihéroe que hizo la periodista Isabel San Sebastián al mechandaising de la organización con camisetas que rezaban “Todos somos Alcaraz”, aquella manifestación más parecía la presentación de un candidato electoral al más colorista estilo latinoamericano que la reunión ciudadana que debía ser en contra de la violencia terrorista.El caso es que Alcaraz tenía pendiente una cita con la justicia por una serie de declaraciones que hizo durante las conversaciones que el Gobierno abrió con ETA, tiempo en el que soltó perlas como éstas: el proyecto de ETA “es el proyecto asumido por el Gobierno”; “Es indignante que encontremos al Gobierno y partidos afines defendiendo a terroristas”; “El Gobierno tiene la intención de indultar a la serpiente [ETA]”; “Es un paréntesis que tanto ETA como el Gobierno han ideado para retomar el proceso. Todo responde a una gran mentira que van a escenificar la banda y el Gobierno”; “Hay pruebas más que suficientes de su connivencia con los asesinos”.

Hace tiempo que es público y notorio que Alcaraz se ha convertido en un personaje más que cuestionado no sólo desde sectores políticos, sino también desde las propias víctimas del terrorismo, ahora escindidas, en gran medida debido a la gestión de este hombre.