Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
El PP explota la división parlamentaria para tumbar los impuestos a banca y rentas más altas
La vuelta a la rutina de las familias de los desaparecidos en la DANA
OPINIÓN | Feijóo y el cinismo de ‘Inside Out’, por Lucía Taboada

Las cosas de don Ríos

Fernando Ríos tiene un altísimo concepto de si mismo: ha dicho que abandona Coalición para que Coalición mejore, y en eso hasta es posible que tenga algo de razón. Pero su renuncia a seguir en Coalición ha desatado el interés público no por lo que vaya a mejorar la cosa nacionalista con su muy propagandeada marcha, sino porque Ríos siempre ha actuado como portavoz de las grandes causas del paulinato. Ríos fue el encargado por Rivero de meter en cintura a los medios de comunicación, creando un gran grupo de comunicación de obediencia al presidente, que no llegó nunca a cuajar, a pesar de lo que tiraron del BOC y la concesión de frecuencias y licencias. El guirigay con las radios que le regalaron a Concepción y a Cortezo fue tan gordo que aún sigue dando el asunto tumbos por distintos tribunales. Por cierto, que don Ríos estuvo un tiempillo imputado por algunos papeles que faltaban o sobraban en los expedientes de las radios, sin que nadie le exigiera dimitir, como ahora parece que él exige al alcalde Clavijo, siguiendo –dicen- instrucciones de su principal. Rivero le encargó también a su factor que moviera lo del Estatuto de Autonomía, otro fracaso naufragado en aguas jurisdiccionales y normas electorales. Y –ya al final- lo puso al frente de la resistencia antipetrolera, donde tampoco le ha ido a don Ríos demasiado bien. Pero lo de la fotilla Sandía, qué gran idea…

Al final, ha cosechado el comisionado una elocuente sucesión de fracasos. O es malo el hombre gestionando asuntos o le encargaron todo lo imposible. Y se dejó. Ahora, con su abandono, los paulinólogos se hacen cruces: ¿Actuó motu proprio o sigue aquí también instrucciones presidenciales? ¿Lo mantendrá Rivero en el Gobierno? ¿Va a montar un partido para que Rivero lo desvirgue cuando abandone la Presidencia? ¿Le gusta posar en las fotos?

Yo creo que don Ríos ha tomado su decisión de irse sin encomendarse a Rivero, aunque también creo que se lo debe haber dicho, y creo que al otro no le habrá parecido mal. Ahora tendrá que cesarle o desafiar a su propio grupo parlamentario y calentar las próximas batallas entre el Grupo y la Presidencia, que van a tener bastante que ver con a continuidad de Willy García. Barragán ha comunicado ya a los suyos que el cese del comisionado se producirá este próximo jueves, en Consejo de Gobierno. Será probablemente a petición propia. O no. O sí. Todo depende.

Fernando Ríos tiene un altísimo concepto de si mismo: ha dicho que abandona Coalición para que Coalición mejore, y en eso hasta es posible que tenga algo de razón. Pero su renuncia a seguir en Coalición ha desatado el interés público no por lo que vaya a mejorar la cosa nacionalista con su muy propagandeada marcha, sino porque Ríos siempre ha actuado como portavoz de las grandes causas del paulinato. Ríos fue el encargado por Rivero de meter en cintura a los medios de comunicación, creando un gran grupo de comunicación de obediencia al presidente, que no llegó nunca a cuajar, a pesar de lo que tiraron del BOC y la concesión de frecuencias y licencias. El guirigay con las radios que le regalaron a Concepción y a Cortezo fue tan gordo que aún sigue dando el asunto tumbos por distintos tribunales. Por cierto, que don Ríos estuvo un tiempillo imputado por algunos papeles que faltaban o sobraban en los expedientes de las radios, sin que nadie le exigiera dimitir, como ahora parece que él exige al alcalde Clavijo, siguiendo –dicen- instrucciones de su principal. Rivero le encargó también a su factor que moviera lo del Estatuto de Autonomía, otro fracaso naufragado en aguas jurisdiccionales y normas electorales. Y –ya al final- lo puso al frente de la resistencia antipetrolera, donde tampoco le ha ido a don Ríos demasiado bien. Pero lo de la fotilla Sandía, qué gran idea…

Al final, ha cosechado el comisionado una elocuente sucesión de fracasos. O es malo el hombre gestionando asuntos o le encargaron todo lo imposible. Y se dejó. Ahora, con su abandono, los paulinólogos se hacen cruces: ¿Actuó motu proprio o sigue aquí también instrucciones presidenciales? ¿Lo mantendrá Rivero en el Gobierno? ¿Va a montar un partido para que Rivero lo desvirgue cuando abandone la Presidencia? ¿Le gusta posar en las fotos?