Gentes curiosas

- Tengo pesadillas que se muerden la cola. +++++Conocí a una jugadora de golf que era una chica monísima, pizpireta, simpática y muy risueña. Tanto, que, aunque muy mala haciendo hoyos, era estupenda y deliciosa haciendo hoyuelos. +++++Aquel político acabo estando, a lo largo de toda su carrera pública, tan especializado en transfuguismo que cuando sus colegas y los periodistas se referían a él lo hacían empleando un apodo: El Houdini. +++++ Lo malo para cualquiera y, sobre todo, para un agricultor es no saber ni papa de algo. Pero, para aquel aspirante a pirata, admirador de Cabeza de Perro y de Amargo Pargo, lo malo fue que no sabía ni popa. +++++ Mi amigo, el gramático iconoclasta, sostenía que era necesario ser, en materia de lenguaje, tan lógicos como los niños que dicen no cabo en lugar de no quepo y por eso él, que tenía una amante originaria de Bolonia, cuando se la presentaba a alguien, decía: - Aquí, la bolaca. +++++Había un periodista en Tenerife que era tan desaseado en lo personal como deslumbrante en lo literario. Un día leyó los primeros capítulos de una novela que estaba escribiendo a los componentes de una célebre peña de intelectuales que, profundamente impresionados, se deshicieron en elogios ante aquellas páginas magistrales. Meses después, quisieron saber cómo iba el libro y el periodista –Paco Pimentel se llamaba- explicó: - No acabé la novela. Dejó de interesarme cuando imaginé cómo terminaba. +++++La señora que venía desde Benijos a mi casa de La Orotava, para ayudar en las tareas hogareñas a mi madre una vez por semana, era una filósofa de mucho cuidado. A veces se ponía triste, yo no sabía por qué, y suspiraba, afirmando: - ¡Ay, señorito Chela!... De un polvo venimos y en polvo nos convertiremos. Lo cual también es verdad, si bien se mira, ustedes.

José H. Chela

- Tengo pesadillas que se muerden la cola. +++++Conocí a una jugadora de golf que era una chica monísima, pizpireta, simpática y muy risueña. Tanto, que, aunque muy mala haciendo hoyos, era estupenda y deliciosa haciendo hoyuelos. +++++Aquel político acabo estando, a lo largo de toda su carrera pública, tan especializado en transfuguismo que cuando sus colegas y los periodistas se referían a él lo hacían empleando un apodo: El Houdini. +++++ Lo malo para cualquiera y, sobre todo, para un agricultor es no saber ni papa de algo. Pero, para aquel aspirante a pirata, admirador de Cabeza de Perro y de Amargo Pargo, lo malo fue que no sabía ni popa. +++++ Mi amigo, el gramático iconoclasta, sostenía que era necesario ser, en materia de lenguaje, tan lógicos como los niños que dicen no cabo en lugar de no quepo y por eso él, que tenía una amante originaria de Bolonia, cuando se la presentaba a alguien, decía: - Aquí, la bolaca. +++++Había un periodista en Tenerife que era tan desaseado en lo personal como deslumbrante en lo literario. Un día leyó los primeros capítulos de una novela que estaba escribiendo a los componentes de una célebre peña de intelectuales que, profundamente impresionados, se deshicieron en elogios ante aquellas páginas magistrales. Meses después, quisieron saber cómo iba el libro y el periodista –Paco Pimentel se llamaba- explicó: - No acabé la novela. Dejó de interesarme cuando imaginé cómo terminaba. +++++La señora que venía desde Benijos a mi casa de La Orotava, para ayudar en las tareas hogareñas a mi madre una vez por semana, era una filósofa de mucho cuidado. A veces se ponía triste, yo no sabía por qué, y suspiraba, afirmando: - ¡Ay, señorito Chela!... De un polvo venimos y en polvo nos convertiremos. Lo cual también es verdad, si bien se mira, ustedes.

José H. Chela