Espacio de opinión de Canarias Ahora
Hablemos sobre la insensatez: la aventura del MIS
Durante unos segundos hemos estado a punto de expresar nuestro inconmensurable regocijo por el triunfo de la sensatez en Bolivia y Usamérica, con motivo de resultados electorales recientes sobre lo que hemos opinado en breves comentarios en el curso de varios días, pero creo que nos sobrará tiempo para hacerlo en el transcurso de las próximas semanas. Hoy hablemos de la insensatez: El MIS.
¿La culpa es de la colonización despiadada el siglo XIX? ¡Por supuesto! ¡Y de los siglos anteriores y posteriores! ¡Y de ayer, de hoy y de mañana! Lo único previsiblemente seguro es que África se convertirá en un desierto abandonado por sus habitantes, que están emigrando, y los desiertos también producen vidas humanas que emigrarán porque les han robado, y continúan haciéndolo, su producción agrícola, sus medios de vida y sus riquezas minerales.
Recuerdo que desde hace ya varios años solicitábamos de las fuerzas económicas mundiales que intervinieran -¡al menos por esta vez de forma constructiva! (Algo parecido a lo realizado en Assuán-Egipto)- en el continente africano para intentar evitar la emigración masiva. Porque lo que en aquel momento eran unos centenares se convertirían en millares de emigrantes, al menos del África subsahariana, buscando un plato de comida. Y nuestro querido alumno y amigo desde hace más de medio siglo, el excelente periodista Tristán, nos decía que se lograría encauzar el trasvase y disminuirían las fuerzas emigradoras. No creo que eso sea posible si se mantienen o empeoran las causas. Las personas no emigran o exponen su vida primordialmente por capricho, simpatía, ganas de ver mundo.... No, al menos la absoluta mayoría. Emigran por imperativo de la necesidad. El pueblo canario, irlandés...sabemos de esto más que nadie en el mundo. Los canarios llevamos más de cinco siglos emigrando. Nuestra historia moderna es la historia de la colonización. Las caracteristicas han cambiado y seguirán haciéndolo. Preparamos a nuestros hijos en la Universidad y, sin embargo, emigran. ¿Cómo no va a emigrar el contiental africano si lo dejamos en la inopia?
¿Recuerdan “La Anábasis?: Diez mil griegos ”emigran“ al interior de Asia en la búsqueda de su trabajo profesional, que es el uso de las armas, huyendo del paro ante la falta de guerras civiles hogareñas: Eran las falanges griegas, que ”trabajaban“ por un buen salario al servicio de Ciro el Joven, quien aspiraba a derrocar a su hermano Artajerjes, el Gran Rey persa. Les fracasó el intento y aún hoy traducimos/leemos como tema de entretenimiento los esfuerzos inteligentes de Jenofonte, el soldado-periodista convertido en general, para salvarse a sí mismo y a sus compañeros.
¿Y quién olvida las “gestas del hambre” hispana desde el siglo XV al XVIII, en todo el continente americano, o las variadísimas gestas europeas realizadas a todo el subcontinente nororiental, hoy usamericano-canadiense, en búsqueda de tierras productivas y puestos de trabajo, no importaba si para ello tenían que matar a los “indios malos”? Es más, los imperios de los últimos dos siglos se formaron con emigrantes civiles, muchos de ellos presos condenados al destierro, o militares encaminados al hemisferio oriental según se ve desde Europa. En fin, paremos el recuento, pues habría tema para largo rato.
Por ello insistimos año tras año ante las fuerzas económicas sordas, ciegas y mudas, que es necesario recuperar África. Hay que invertir en el continente africano, sobre todo en la zona continental intrasahariana, durante los próximos veinte, treinta o cuarenta años, para que el nativo desee quedarse en su tierra y no tener que emigrar; y con ello, no solo se salvará a los nacidos en África, sino incluso se evitará la saturación de otros continentes y/o islas como las Canarias.
Construyamos un Mar Interior Sahariano (MIS), partiendo desde la zona occidental del continente. al nordeste de Canarias, hasta la parte nororiental del mismo, atravesándolo. Entonces habrá trabajo, pan y futuro, ¡y no solo para africanos y africanas. Profesionales del mundo entero participarían en esta bella tarea. Serviría también para restar algún milímetro a la elevación inevitable del nivel del mar circundante.
¿Y quién lo hará? ¿Es usted capaz de participar en esta apuesta? Su respuesta vale muchos millones. ¡Anímese! Vale.
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