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Larry contra Gago y el ''patoso'' Soria

Gracias a estas divergencias, podemos intuir que Rajoy no traga a Soria ni al que fuera su hombre de confianza, pues Gago ha desvelado que Larry declaró a Gran Canaria TV: “Lo que diga Rajoy no es, ni mucho menos, palabra de Dios”. En Génova 13 se echan las manos a la cabeza y miran al cielo y no precisamente para rezar plegarias. Porque según Gago, Larry ha declarado con solemnidad: “Yo, que conozco bien a Mariano Rajoy, lo he hablado con algunos de sus colaboradores más próximos y estamos de acuerdo”. Explica así que al actual líder no hay que hacerle demasiado caso porque... ¿será flor de un día?

Además, Gago ha escrito que Soria es un “brillante economista liberal” pero un “patoso político con carisma” porque “ser ”todo“ para alguien a quien, como Soria, le gusta ”todo“ el poder y no un poquito” ha propiciado que suban figuras como las de su antiguo escudero: “Larry era esa mediana presencia adosada cuando el presidente del PP canario, un metro noventa, pasaba por el arco de seguridad en la recepción de la sede de la calle Génova, camino de una de las reuniones del Comité Ejecutivo”. Por eso lo define con gruesas palabras: “Larry era el confidente, el portavoz, el pretor de los auspicia de Soria, que no son como los de las aves cuyo vuelo auscultaban los magistrados de Roma para interpretar la voluntad divina, sino más bien, como esas plastas viscosas que te caen encima desde una recóndita, traicionera e indolente rama mientras caminas tranquilamente por la calle”. Y la culpa de esa “plasta” (mierda) es de Soria, porque “buscó un número dos con estopa en vez de un número dos con ideas”. Así, el “patoso” líder metió la pata porque “eligió ”el outsourcing para fijar la estrategia y, lo que es peor, se equivocó de contratista“ y tiene al PP canario ”hecho unos zorros“, al contrario que en Valencia o Madrid.

El informe que Gago ha emitido en Madrid no deja lugar a dudas: Soria ha fracasado como líder: “no hay medios que comenten sus iniciativas (si no es previo pago en cuantiosas inversiones publicitarias que salen de los fondos de las pocas, aunque estratégicas, instituciones que le quedan a un PP aferrado a su pacto con CC en el Gobierno de Canarias, como a una tabla de náufrago)”. Y da la razón a los que ven corrupción económica en las Islas: “las organizaciones empresariales están demasiado pendientes de las mordidas grandes y chicas de fondos públicos”. ¿Resultado? “un paisaje de cochambre intelectual y rastrojos morales que Soria ha dejado crecer entre el PP y la sociedad canaria, por poner las ideas y la organización humana en manos del servicio doméstico. Hoy el PP canario es una mansión fantasmagórica con un inquilino incomprendido, con fama de hosco, que sólo sale cada cuatro años para pedir el voto. ¿Qué quién es Larry? El número dos de un partido en el que había uno y dos, y ahora sólo queda uno”. Me temo que a Soria le ha salido un grano en plena precampaña, o por mejor decir, dos. Federico Utrera

Gracias a estas divergencias, podemos intuir que Rajoy no traga a Soria ni al que fuera su hombre de confianza, pues Gago ha desvelado que Larry declaró a Gran Canaria TV: “Lo que diga Rajoy no es, ni mucho menos, palabra de Dios”. En Génova 13 se echan las manos a la cabeza y miran al cielo y no precisamente para rezar plegarias. Porque según Gago, Larry ha declarado con solemnidad: “Yo, que conozco bien a Mariano Rajoy, lo he hablado con algunos de sus colaboradores más próximos y estamos de acuerdo”. Explica así que al actual líder no hay que hacerle demasiado caso porque... ¿será flor de un día?

Además, Gago ha escrito que Soria es un “brillante economista liberal” pero un “patoso político con carisma” porque “ser ”todo“ para alguien a quien, como Soria, le gusta ”todo“ el poder y no un poquito” ha propiciado que suban figuras como las de su antiguo escudero: “Larry era esa mediana presencia adosada cuando el presidente del PP canario, un metro noventa, pasaba por el arco de seguridad en la recepción de la sede de la calle Génova, camino de una de las reuniones del Comité Ejecutivo”. Por eso lo define con gruesas palabras: “Larry era el confidente, el portavoz, el pretor de los auspicia de Soria, que no son como los de las aves cuyo vuelo auscultaban los magistrados de Roma para interpretar la voluntad divina, sino más bien, como esas plastas viscosas que te caen encima desde una recóndita, traicionera e indolente rama mientras caminas tranquilamente por la calle”. Y la culpa de esa “plasta” (mierda) es de Soria, porque “buscó un número dos con estopa en vez de un número dos con ideas”. Así, el “patoso” líder metió la pata porque “eligió ”el outsourcing para fijar la estrategia y, lo que es peor, se equivocó de contratista“ y tiene al PP canario ”hecho unos zorros“, al contrario que en Valencia o Madrid.