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Los males de mi casa política no tienen remedio

Concretándonos a nuestra sufrida autonomía, podríamos decir que la cosa viene de “viejo”. Recordemos la rebosante ilusión que despertó nuestro carismático y peculiar Juan Fernando López Aguilar, cuando las urnas, reflejaron el sentir del pueblo que vino a decir “Basta ya” al contubernio político que regía los destinos de nuestro archipiélago, dirigido desde la capital de la provincia vecina, por los hombres y mujeres de la extinta UCD/CDS que se subieron al tranvía de vía estrecha de la Asociación Tinerfeña Independiente (ATI) apoyados por el político del PCE, intimo de Santiago Carrillo, pero sin carné no sólo de partido, sino de conducir, para “montar” su particular imperio. Lo que eran días de esperanzas, la crisis, las ha convertido en días de tristeza. Zapatero buscando el Arca perdida, se la encontró en las escombreras del archipiélago, rebautizada bajo el nombre de Coalición Canaria, y agarrándose a ella, como el naufrago a la tabla, se olvidó de que tenía una tripulación en las islas que le reclaman su Cartilla de Navegación.

De ese “contencioso” político-laboral han nacido algunas malas hierbas, que se extienden, cuales plagas bíblicas, que según los experto, o se “ciegan” o acaban con la cosecha. El Perito Agrónomo que pudiera haber en Zapatero, tiene la palabra Caso contrario, la cosecha se perderá, los terrenos quedarán baldíos y la nueva semilla socialista, tardará en germinar.

Dirán nuestros estimados lectores que soy un aguafiestas, que me estoy posicionando políticamente, nada más lejos de mi intención, puedo presumir de haber sido cargo público, haber renunciado a mi Acta por discrepar políticamente con la línea de las siglas que defendía, y que a pesar de las “sirenas” que me pedían ocupara “plaza” como independiente. Ni lo uno, ni lo otro. Me fui a mi “desierto” retorné a mi exclusividad profesional, y dedique más tiempo a la familia. Años después cuando mis siglas me lo pidieron, por imperiosas necesidades, retorné. No para volver al candelero, solamente, para dar consejos, cuando me los pidan; pues como ahora se entiende la política ni estoy por ejercerla, pues entiendo que la política es servicio al ciudadano, y no servirse de él. Por ello comparto las opiniones, hoy vertidas por mi compañero González Morera, subscribiendo totalmente la visión que del socialismo canario tiene. La crisis es palpable y latente. El intentar “edulcorarla” sería un craso error; pues toda herida mal cicatrizada, termina siempre por supurar. Los que por nuestras edades, hemos sobrevivido a tropelías de toda índole, y, que como diría ese maestro de periodismo que es Iñaki Gabilondo, ni me vendo, ni claudico. El que me quiera leer, que me lea, el que discrepa que lo exprese; y cuando mis manos no puedan con el teclado, ya que mi voz hace años que se apagó ante los micrófonos, o el director de éste libre medio me lo pida, diré adiós, sin rencor, esperando placidamente la llamada de otro mirlo blanco que quiera que le haga participe de mis pensamientos y reflexiones, sobre el diario acontecer de esta España, que guste o no guste es nuestra. Zapatero, Aznar, Rajoy, Lara, y demás figuras políticas, las ponemos y quitamos los españoles. No debemos olvidarlo.

Antonio Ortega Santana

Concretándonos a nuestra sufrida autonomía, podríamos decir que la cosa viene de “viejo”. Recordemos la rebosante ilusión que despertó nuestro carismático y peculiar Juan Fernando López Aguilar, cuando las urnas, reflejaron el sentir del pueblo que vino a decir “Basta ya” al contubernio político que regía los destinos de nuestro archipiélago, dirigido desde la capital de la provincia vecina, por los hombres y mujeres de la extinta UCD/CDS que se subieron al tranvía de vía estrecha de la Asociación Tinerfeña Independiente (ATI) apoyados por el político del PCE, intimo de Santiago Carrillo, pero sin carné no sólo de partido, sino de conducir, para “montar” su particular imperio. Lo que eran días de esperanzas, la crisis, las ha convertido en días de tristeza. Zapatero buscando el Arca perdida, se la encontró en las escombreras del archipiélago, rebautizada bajo el nombre de Coalición Canaria, y agarrándose a ella, como el naufrago a la tabla, se olvidó de que tenía una tripulación en las islas que le reclaman su Cartilla de Navegación.

De ese “contencioso” político-laboral han nacido algunas malas hierbas, que se extienden, cuales plagas bíblicas, que según los experto, o se “ciegan” o acaban con la cosecha. El Perito Agrónomo que pudiera haber en Zapatero, tiene la palabra Caso contrario, la cosecha se perderá, los terrenos quedarán baldíos y la nueva semilla socialista, tardará en germinar.