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La MetroGuagua, una respuesta inteligente a los atascos
El 30 de enero la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Beatriz Correas plantea en un artículo algunas cuestiones relativas a la implantación de la MetroGuagua (MG), en concreto, un asunto relativo a las desviaciones entre lo presupuestado y lo efectivamente gastado en Pio XII y calle Galicia y las dificultades en la implantación de la MG en la zona del Parque San Telmo. Hasta aquí, nos parece totalmente lícito sus consideraciones en su papel de oposición y que cada uno opine lo que crea conveniente. Sólo apuntar que así como se pone el foco en las desviaciones presupuestarias negativas también sería bueno destacar aquellas obras en que el gasto efectivo ha sido menor del previsto como por ejemplo en el tramo de Blas Cabrera.
Pero una cosa es cuestionar aspectos de la gestión de la implantación de la MG y otra muy distinta cargar al proyecto con la etiqueta alarmista de agujero económico.
Todo lo acontecido a lo largo de la crisis económica reciente, los recortes sociales y salariales y los casos de corrupción han generado en la opinión pública de forma espontánea o inducida una desconfianza ante cualquier inversión pública por buena que sea, pero convendría distinguir (“por la parte que nos toca”) si dicha inversión se refiere a un hospital o colegio o cualquier otra infraestructura o mejora útil para todos o si se destina el dinero a obras caprichosas, sin fundamentación o que responden a intereses ocultos. Hacen bien los ciudadanos en estar vigilantes.
La MetroGuagua no es ni mucho menos una obra caprichosa. Es una respuesta inteligente a los atascos. Es fruto de un largo proceso de planificación que viene desde el año 2010, donde han estado implicados expertos en movilidad de total solvencia y políticos de distintas ideologías y partidos. Su coste de 127 millones de euros está debidamente justificado y todos los detalles del proyecto, que está disponible para ser estudiado por quien quiera en la web de Guaguas Municipales, ha pasado el filtro del Banco Europeo de Inversiones y de otras instituciones que participan en su financiación, sus objetivos están claros y los compartimos plenamente, estos son, aumentar la tasa de traslados en transporte público y paralelamente disminuir el número de coches en circulación.
Tal como se comprobó en 2011, sólo el 13% de los traslados en nuestro municipio se realizaban en transporte público. Esta situación mejoró por parte de la anterior corporación del PP al llevar a cabo una reordenación de las líneas que ha logrado una mayor cuota de traslados en guaguas. En ese mismo año 2011, el Plan de Movilidad urbana Sostenible recomendó la implantación de una línea de alta capacidad, la MG, en la zona baja de la ciudad como eje vertebrador de la movilidad de todo el municipio. No tenía sentido que el trayecto fuera otro si lo que se busca en un eje central. Desde este eje se conectarán todas las líneas a la zona alta y periférica del municipio, mejorando sustancialmente sus frecuencias, como también se puede comprobar en la web de Guaguas Municipales, en el anexo titulado Reordenación de las líneas
Lejos de ser considerado un agujero económico la MG debe ser considerada una “buena inversión financiera” para los intereses generales de nuestro municipio. Su coste de unos 127 millones aproximadamente es muy competitivo por las mejoras en la movilidad y en la ciudad que se pretenden conseguir. Y con diferencia su implantación es más barata que el tranvía o el metro y lo que es más importante, tiene previsto aumentar los ingresos de Guaguas Municipales a través del aumento del número de viajeros y mejorar todo el servicio de Guaguas sin aumentar por eso la dependencia financiera actual de Guaguas Municipales con respecto a la Corporación municipal.
Al final de artículo, a modo de propuesta, la señora Correas propone como alternativa de inversión a la MetroGuagua el soterramiento de no sabemos qué parte de la Avenida Marítima. Tal como lo plantea lo consideramos un brindis al sol.
La MG es un proyecto de movilidad integral para el municipio y el soterramiento sería un parche en “sólo uno” de los lugares de atasco de la ciudad. La principal razón de los atascos no es la falta de vías sino el aumento incesante del número de vehículos y la consiguiente saturación de las mismas. Según datos del Cabildo, la intensidad media diaria de vehículos que transitan por Julio Luengo aumenta en unos 4.000 diarios aproximadamente cada año. Defender el soterramiento sin enmarcarlo en una estrategia de disminución del tráfico sólo conseguirá “llevar el atasco al subsuelo de la ciudad” hasta que esos túneles se saturen. Vamos, que sería una “obra caprichosa” de esas que sí se merecen la desconfianza de los ciudadanos por su efímera mejora en la movilidad.
Queremos añadir que el objetivo de la MG de disminuir el número de vehículos que transitan por nuestra ciudad, tendría que venir acompañado, para que sus efectos los podamos notar, de la intervención en la misma línea de otras administraciones con responsabilidad en la movilidad, especialmente del Cabildo Insular . Convendría que esta Administración presentara pronto el Plan Insular de Movilidad y que en ese documento se establezcan medidas que logren disminuir paulatinamente el número de coches que entran en la ciudad desde el norte, centro y sur, a través de propuestas de transporte público. En cualquier caso, desde ahora mismo ya se podrían establecer medidas de coste 0 que favorezcan a quienes entran en nuestra ciudad en transporte público, es sólo cuestión de imaginación y de voluntad política. Ya es hora de que nos demos cuenta que las grandes respuestas a la movilidad de nuestra ciudad y de nuestra isla no las vamos a encontrar en “el Convenio de Carreteras”.
Para terminar, hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas para que la implantación de la MG, tan necesaria para nuestra ciudad, quede fuera de la contienda electoral municipal.
El 30 de enero la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento, Beatriz Correas plantea en un artículo algunas cuestiones relativas a la implantación de la MetroGuagua (MG), en concreto, un asunto relativo a las desviaciones entre lo presupuestado y lo efectivamente gastado en Pio XII y calle Galicia y las dificultades en la implantación de la MG en la zona del Parque San Telmo. Hasta aquí, nos parece totalmente lícito sus consideraciones en su papel de oposición y que cada uno opine lo que crea conveniente. Sólo apuntar que así como se pone el foco en las desviaciones presupuestarias negativas también sería bueno destacar aquellas obras en que el gasto efectivo ha sido menor del previsto como por ejemplo en el tramo de Blas Cabrera.
Pero una cosa es cuestionar aspectos de la gestión de la implantación de la MG y otra muy distinta cargar al proyecto con la etiqueta alarmista de agujero económico.