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Notas difusas: una gran dama se despide; fin de la era Merkel

7 de diciembre de 2021 11:03 h

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El pasado jueves 2 de diciembre Angela Merkel presidió por última vez la Conferencia de Presidentes de los Estados federales y por la tarde noche asistió a la tradicional despedida de los Jefes de Gobierno o Cancilleres  por parte de la Bundeswehr (Ejercito federal). La acompañaba la ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer.

La ceremonia de las Zapfenstreich o parada militar con antorchas de fuego es controvertida porque Adolf Hitler la utilizó y algunos siguen identificando el desfile de las antorchas con el nazismo. Pero, el “Zapfenstreich”, que data de 1838, es el máximo honor militar, destinado a despedir a altos cargos en Alemania y está reservado a cancilleres, presidentes federales, ministros de Defensa o militares de máximo rango. O sea, la marcha es anterior al ceremonial nazi. En cualquier caso, ha acompañado la despedida de los distintos mandatarios de la República Federal de Alemania (RFA). Cada uno de ellos imprimió su sello personal en la elección de las piezas musicales a interpretar por la banda, además de las obligadas marchas militares y el himno nacional.

El 2 de diciembre, Merkel recibió la tradicional despedida militar. Fue un adiós tan poco convencional como ha sido su estilo para gobernar. Quizás sea el toque femenino. Pero, independientemente del sexo o no, el acto se diferencia claramente de todos los anteriores ya que ha sido primera vez que la Cancillería estaba en manos de una mujer y además, también el Ministerio de Defensa bajo el mando de otra mujer, Annegret Kramp-Karrenbauer.

Un desfile nocturno de soldados con antorchas, el Zapfenstreich o Toque de retreta, en el patio del Ministerio de Defensa. Para esta despedida, Merkel pidió tres canciones: una fue el himno cristiano del siglo XVIII Santo Dios, alabamos tu nombre, una elección natural para una hija de pastor luterano protestante. La segunda fue una canción popular de la cantante alemana Hildegard Knef llamada Lloverán rosas rojas para mí.

 La canción dice: “Cuando tenía 16 años, decía bajito: yo quiero, quiero ser grande , quiero vencer, quiero ser feliz, nunca mentir, todo o nada. Que lluevan sobre mí rosas rojas y encontrarme con todos los milagros posibles.”

¿Es la canción una clave que alude a los 16 años de Angela Merkel como Canciller? ¿Los 16 años de una jovencita que dice: lo quiero todo o nada, y que ha llegado a la cumbre del Poder?

Desde que, en 1999, después de la reunificación,  el Gobierno y el Parlamento se trasladaron de Bonn a Berlín, ha sido más la música y no los discursos, lo que más se ha recordado de estos eventos. La música que toca la banda militar es elegida por la persona a la que se honra. En las últimas ocasiones, la banda tocó desde jazz hasta rock-and-roll. Las canciones de Merkel fueron alemanas y seguidas con una atención especial por la opinión pública al dar una perspectiva profunda tales piezas musicales sobre su persona y no sobre la política: una pieza religiosa, una canción de la cantante punk Nina Hagen y una de Hildegard Knefs “Qué lluevan rosas rojas para mí”, toda una canción de culto en todo el país, tanto en el lado oriental –Este-  como en el occidental.

Es una canción que expresa los deseos y anhelos de una jovencita de 16 años que empieza a vivir. Y esta canción es una mirada hacia el pasado cumplido en una mujer que ha llegado a ser la más poderosa políticamente no sólo en Alemania, sino en toda Europa. Y al mismo tiempo, la otra canción provocadora, chocante, punk contra la costra burocrática oriental de Nina Hagen:   Eine Zeit, die im Farbfilm festgehalten ist. Alles Gute für das was noch kommt wünschen wir von Herzen.

La canción que más sorprendió fue la tercera. La canción “Olvidaste el rollo de color”, estrenada en 1974 por la cantante punk Nina Hagen, nacida en Alemania Oriental. Es el lamento de una joven porque su novio no tomó fotos en color de sus vacaciones en la playa. Nina Hagen, como Merkel, creció en Alemania Oriental, pero emigró a Occidente en 1976.

 Gerhard Schröder y Helmut Kohl eligieron una música solemne, bombástica y convencional como – Frank Sinatra’s My Way y Ludwig van Beethoven’s Oda a la Alegría, entre otras .

La canción provocadora de Nina de 1974 estaba en schlager style, no tuvo ninguna censura de la burocracia estatal y resultó un éxito en la Alemania Oriental antes de que Nina atravesara el telón de acero para no regresar hasta la reunificación. Fue la diosa de la subcultura de la Alemania occidental en los años 80..

Algunas fechas de su trayectoria vital

Nace el 17 de julio de 1954 en Hamburgo. Su padre, pastor protestante, decide ir con la familia a la Alemania Oriental algún tiempo después.

Merkel fue militante de la Juventud Libre Alemana.

En 1977 se casó con el físico Ulrich Merkel, de quien tomó su apellido, según la costumbre alemana, que no solo mantuvo tras el divorcio en 1982, sino incluso tras haberse casado en segundas nupcias, en 1998, con Joachim Sauer, catedrático de Química en Berlín. No ha tenido hijos. Si se fuera consecuente habría que llamar a su esposo algo así como „Primer Caballero“ de la República, tal como se suele hacer con las esposas de los Presidentes y Primeros Ministros de las Democracias „occidentales”, como “primeras damas”.

A. Merkel fue estudiante de Física en la Universidad de Leipzig entre 1973 y 1978, en la que se licenció con una tesis sobre Química Cuántica sobre la «Influencia de la correlación espacial en la velocidad de reacción de reacciones elementales bimoleculares en los medios densos».

Trabajó en el Instituto Central de Química Física de la Academia de Ciencias en Berlín,4 donde se doctoró en 1986. Su tesis doctoral fue calificada con la máxima nota, como magna cum laude. De acuerdo con las normas de la República Democrática Alemana, el acceso al doctorado debía ir acompañado de la prueba de que las candidatas tenían buenos conocimientos del marxismo-leninismo (“M-L”) adquiridos durante sus estudios. Esto me recuerda a las Tres Marías obligatorias en los estudios durante el franquismo español (Religión, Gimnasia y Formación del Espíritu Nacional).  Merkel presentó un trabajo escrito titulado ¿Qué es un modo de vida socialista? pero a diferencia del trabajo científico sólo recibió una nota de “suficiente”-

1991-1998 – Ministra del gobierno de Helmuth Kohl, cristianodemócrata.

2000 – De la mano de Helmut Kohl asume la jefatura de la CDU

2005- Es elegida Canciller, siendo la primera mujer en la historia de Alemania que ocupa el cargo de Canciller de la Republica Federal de Alemania. Será reelegida en los años 2009 y en el 2013.

Dadas las mayorías electorales el control del Bundestag por parte del Gobierno Merkel ha sido constante. Ello ha dejado como única oposición real al partido Die Linke, hasta que las penultimas elecciones dieron aparición a la extrema derecha, que abanderaba una política antiemigratoria y populista, bajo el nombre Alternativa para Alemania (AfD). Antes de la oleda emigratoria y de las dificultades económicas, la política de Angela Merkel mediante diversos consensos  ha dado la impresión de neutralizar los discursos alternativos ecologistas y socialdemocráticos. Los socialdemócratas han visto cómo la opinión pública daba puntos a Merkel, llegandose a hablar de la „socialdemocratización de la CDU“ apropiandose así de algunas de sus banderas. Pero eso era más aparencial que real.

Lo mismo ocurrió con el Partido Alianza 90/Los Verdes cómo tras el accidente nuclear de Fukushima I en el año 2011, Merkel apareció como la abanderada del movimiento de abandonar la producción y uso de la energía nuclear en Alemania.

Sin embargo, la realidad, como con otras decisiones merkelianas, no fue una inmediata puesta en marcha de la desnuclearización de la energía. Y mientras unos pocos intrépidos empresarios  se arriesgaban e invertían en Molinos de viento nada quijotescos, la gran tajada parece que se la llevaron los accionistas de las Compañías radioactivas gracias a indemnizaciones y ayudas gubernativas.

En el 2014 será la persona que más años como Jefa de gobierno de entre todos los políticos europeos.

Seguir adelante - venciendo el propio miedo

Angela Merkel en el 2017 durante una alocución en el Girls´Day habló de su modelo Madam Curie, refiriéndose al miedo que siente muchas chicas ente las asignaturas técnicas cundo se preguntan si no serán demasiado difíciles para ellas. La Bundeskanzlerin, citó a Marie Curie. Aquella inteligente mujer había tenido una buena respuesta ya hacía 100 años, diciendo: “No hay que temer nada en la vida, sólo hay entenderlo todo.” O sea, no abandonar la tarea, seguir y vencer las dificultades: eso quiere decir seguir adelante también pese y contra los propios miedos.

En Marzo del 2018 el Bundestag la volverá a elegir para un 4° Mandato legislativo, después de muchos encontronazos y negociaciones que acabarán convertidos en una coalición con los Social-Demócratas.

En Diciembre del 2018 anuncia públicamente su decisión de dejar la presidencia de la CDU, asimismo que no volverá a ser candidata al Parlamento. La decisión femenina rompió el silencio de los machos alfa y precipitó a los dos partidos democristianos CDU y CSU (Baviera) en una crisis que todavía no ha parado.

Este miércoles 8 de Diciembre abandonará el cargo oficialmente y el Bundestag lo traspasará a Olaf Schol del SPD y al nuevo gobierno de coalición con los Verdes y los Liberales.

Lejos parece haber quedado el año 2019, cuando la canciller, al frente de una gran coalición de la derecha y la izquierda agotada, daba la impresión de estar sobrepasada por la movilización de los jóvenes ecológicos a favor del clima.

El “mayor desafío” de su gobierno

Hay quiene vieron como símbolo del crepúsculo de su gobierno, unos incontrolables temblores que afectaron a Merkel durante varias ceremonias oficiales y generaron dudas sobre la capacidad de la “infatigable” canciller para concluir su cuarto y último mandato.

El destino o la suerte cambiaron los signos negativos para su mandato, pero no para el país ya que la pandemia del coronavirus cambió la situación alemana, europea y la mundial.  Las últimas encuestas dicen que más del 70% de los alemanes están contentos con su acción al frente del país. No fueron pocos, dentro y fuera de las filas del partido democristiano CDU   que pedían una prolongación en un quinto mandato, pero la primera dama lo descartó sin dejar lugar a dudas. Eso precipitó a los dos partidos democristianos CDU y CSU(Baviera) en una crisis que se prolongó hasta la perdida de las elecciones.

De su pasado como ferviente defensora de la austeridad tras la crisis financiera de 2008 pese a la asfixia de Grecia, Merkel se convirtió en estos tiempos supercríticos en avaladora de la política de aumento del gasto y la mutualización de la deuda, lo único, según ella y su gobierno, capaz de salvar el proyecto europeo y también la economía alemana.

La catástrofe nuclear de Fukushima en Japón, en el 2011, la decidieron con una rapidez que provenía de sus experiencias durante su mandato ministerial de la necesidad de iniciar el abandono progresivo de la  producción y el uso de energía nuclear en Alemania.

Grandes decisiones con riesgo

Su decisión o apuesta política más osada la realizó en 2015, cuando decidió abrir las puertas a centenares de miles de refugiados que pedían asilo, iraníes, sirios e iraquíes.

Pese al miedo de sectores de la opinión pública, prometió integrarlos y protegerlos. “Wir schaffen das! : ”¡Lo lograremos!“, fue la frase. Frase memorable de profundo contenido emocional no sólo para los refugiados sino, en un sentido u otro, para los alemanes pronunciada por una Merkel, bastante comedida y ajena a los discursos apasionados.

La caridad cristiana de Angela Kasner, así era su apellido de soltera, quizás procede en buena parte de su padre, un luterano pastor, austero y devoto, que se fue voluntariamente a vivir con toda su familia a la Alemania Oriental comunista y atea para predicar, y esa caridad de la Canciller también viene de sus propias convicciones y experiencias.

“Mi herencia me ha marcado, especialmente el deseo de libertad durante mi vida en la RDA”, se puede recordar que dijo con motivo del pasado reciente 30º aniversario de la Reunificación alemana.

¿Líder del mundo libre occidental? GRATITUD y HUMILDAD

Merkel asumió siempre, pese a las vacilaciones de la derecha y de su entorno, su decisión en la crisis migratoria y, tras el trastorno provocado por el Donald Trump y el Brexit, se vio elevada a los altares laicos por muchos como la “líder del mundo libre” frente al ascenso de los populismos en Europa.

Barack Obama, uno de los cuatro presidentes estadounidenses que Merkel conoció y sobrevivió desde 2005, la describe en sus Memorias como una dirigente “fiable, honesta, intelectualmente precisa” y como una “bella persona”.

Pero “lo cortés no quita lo valiente” y en  el año 2000, pese a su falta de carisma, se impuso y tomó las riendas de la CDU, adelantando a toda la jerarquía masculina.

El 18 de septiembre de 2005, se impuso por poca diferencia en las elecciones al canciller socialdemócrata Gerhard Schröder que se burlaba de ella, pero que se quedó en la estacada. A aquella apretada victoria siguieron otras tres, en 2009, 2013 y 2017.

A nivel internacional europeo su amistad con el Presidente Macrón ha facilitado muchos avances. La amistad con Macron contrasta con la cerril y machista conducta del ex-presidente Trump.

Es sin duda, una de las mujeres más capaces, inteligentes, disciplinadas y trabajadoras, que no ha subido por las escaleras del feminismo ni del ultraconservadurismo para llegar al más alto cargo político de Alemania. Una mujer que se ha ganado la admiración de sus compatriotas y que ha representado la valía y la capacidad de las mujeres en un mundo político dominado por los hombres.

En la ceremonia de despedida del ejército el jueves pasado, la canciller reconoció que estos 16 años le “habían exigido esfuerzos políticos y humanos”.

Y con su país atravesando el peor momento de la pandemia, con altísimas cifras de nuevos contagios, advirtió contra la “fragilidad” de la “confianza” en la Ciencia y la Política, en una época de “teorías del complot” y “discursos de odio”.

“Quiero agradecer a cuantos han afrontado con todas sus fuerzas la pandemia”, afirmó, en dirección a personal sanitario y soldados. Criticó enérgicamente a continuación, en el que podrá ser su último discurso como canciller, “a quienes niegan la evidencia científica y propagan el odio”.

Y sus últimas palabras expresaron “GRATITUD y HUMILDAD”, gratitud a todos aquellos que la habían apoyado y humildad ante la responsabilidad y dimensiones de su cargo.

Cuando hoy estoy ante ustedes, estimados conciudadanos, siento Gratitud y Humildad, Humildad ante la tarea del cargo que pude desempeñar y gratitud por la confianza que depositaron en mí y que pude experimentar, confianza de la que siempre fui consciente que es el más importante capital en la política y que no se puede dar por supuesta ni sobreentendida.

Con un saludo militar en una fría noche otoñal los militares se despiden de la primera gran dama alemana que ha regido la nave estatal por las turbulentas aguas de crisis políticas, económicas y pandémicas. Y en esta semana, el que fuera su Vice-Canciller, el socialdemócrata Olaf  Scholz encabezará una coalición inédita en Alemania de tres partidos, formada por los Socialdemócratas, los Verdes y los Liberales. Una cosa es cierta y segura, el recuerdo de la gran dama venida del frío, como diría John LeCarré, su recuerdo perdurará durante bastante tiempo .., para bien o para mal comparativos de los próximos gobiernos.