Espacio de opinión de Canarias Ahora
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Empieza a hablarse de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), situados en los horizontes del año 2030, que parece muy lejano, cierto; pero la naturaleza de la iniciativa y el compromiso interinstitucional y social obligan a planificar y a trabajar con la necesaria antelación para intentar alcanzarlos.
Se considera, en efecto, un reto histórico. Y se reconoce, además de la trascendencia para la convivencia del futuro en todos los órdenes, la enorme dificultad para conquistarlos. Hay que asumir, en primer lugar. Y para ello, ees necesario diseñar, programar, coordinar, invertir, concienciar y ejecutar. Los poderes públicos, en el ámbito internacional, tienen ante sí la oportunidad de hacer un trabajo riguroso, se diría, más que nunca, sensible, con una extensión muy globalizada y que, en teoría, debe contribuir también a la paz o a la superación de las amenazas que se ciernen sobre las democracias occidentales.
Se trata de diecisiete Objetivos. Enumeremos:
1.- Fin de la pobreza.
2.- Hambre cero.
3.- Salud y bienestar.
4.- Educación de calidad.
5.- Igualdad de género.
6.- Agua limpia y saneamiento.
7.- Energía asequible y no contaminante.
8.- Trabajo decente y crecimiento económico.
9.- Industria, innovación e infraestructura.
10.- Reducción de las desigualdades.
11.- Ciudades y comunidades sostenibles.
12.- Producción y consumo responsables.
13.- Acción por el clima.
14.- Vida submarina.
15.- Vida de ecosistemas terrestres.
16.- Paz, justicia e instituciones sólidas.
17.- Alianzas para lograr los objetivos.
Si se repasa, se comprobará que, prácticamente todos, se corresponden con demandas de la sociedad canaria. Algunos de los problemas latentes en nuestra tierra, que han adquirido sensible notoriedad en plena canícula, se integran en esa especie de vademécum que obliga a reflexionar y a programar con tal, siquiera, de acercarnos a las soluciones.
Muy atentos deben estar los gobiernos locales, a los que parece reservado un papel de intérpretes activos o de agentes del cambio que se quiere operar si es que se pretende ujna respuesta ciudadana activa. Efectivamente, hay que hacer a los ciudadanos cómplices para materializar la conquista de los ODS. Y antes que eso, para la adecuada sensibilización, esto es, explicar convenientemente de qué se trata para que ninguna de laa asignaturas les parezca lejana, inabordable o, simplemente, que no va con ellos.
No. Repasando los epígrafes de los diecisiete ODS, aquí hay materia y trabajo para todos. Nos atañe a todos. No es ponerse trascendente si se dice que hay que preservar el planeta para la Humanidad. Estas metas están concebidas para una mejor convivencia y para un mejor aprovechamiento de los recursos, tanto naturales como los gestados por la mano del hombre/mujer.
Algunos de estos asuntos, por cierto, merecen soluciones urgentes, pñor no decir inaplazables. Parece lejos 2030, pero hay que empezar desde ya si se quiere que para entonces las cosas funcionen de otra manera... y el planeta se haya salvado.
Empieza a hablarse de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), situados en los horizontes del año 2030, que parece muy lejano, cierto; pero la naturaleza de la iniciativa y el compromiso interinstitucional y social obligan a planificar y a trabajar con la necesaria antelación para intentar alcanzarlos.
Se considera, en efecto, un reto histórico. Y se reconoce, además de la trascendencia para la convivencia del futuro en todos los órdenes, la enorme dificultad para conquistarlos. Hay que asumir, en primer lugar. Y para ello, ees necesario diseñar, programar, coordinar, invertir, concienciar y ejecutar. Los poderes públicos, en el ámbito internacional, tienen ante sí la oportunidad de hacer un trabajo riguroso, se diría, más que nunca, sensible, con una extensión muy globalizada y que, en teoría, debe contribuir también a la paz o a la superación de las amenazas que se ciernen sobre las democracias occidentales.