Por Las Palmas, por nosotros/as

Las Palmas de Gran Canaria ha presentado su candidatura para convertirse en 2016 en capital europea de la cultura. Ha manifestado su ilusión e intención y ahora también movilizado los argumentos e iniciativas que puedan posibilitarlo, que puedan contribuir a que la capital de nuestra isla, el corazón geográfico de Canarias, el siempre motor económico de este archipiélago nuestro, pueda estar también entre las grandes, a pesar de las lógicas diferencias que existen con los eventos globales anteriormente mencionados.

No van a ser estas líneas las que vendan mejor esta candidatura, porque para ello contamos en estas islas y fuera de ellas con personas más cualificadas, reconocidas, con capacidad de influencia y relieve profesional, político, artístico y de toda índole para hacerlo con más profusión, pero seguro igual sentimiento. Los obstáculos y las dificultades son muchas pero, aún así, con la misma seguridad y rotundidad afirmo que los grancanarios, los canarios y todas aquellas personas que aman desde otras latitudes a este país nuestro, deberíamos no dejar escapar esta oportunidad.

Hablo en plural y no lo localizo sólo en Las Palmas de Gran Canaria, en sus ciudadanos y sus autoridades, porque entiendo que para nuestra isla un reto así, aunque sólo sea por la brega y el intento, representa una coartada perfecta para demostrar que esta isla unida y por añadido también Canarias, pueden optar a eventos globales de gran nivel, proyectarse ante Europa y el mundo como un pueblo que es capaz de articular si así lo quiere todas sus fuerzas en objetivos comunes, más allá de las fronteras insulares, las diferencias partidarias y los personalismos mal canalizados.

Es hora de reivindicar que la ultraperiferia puede ser centro, que somos el lugar del Atlántico medio donde se han encontrado y convivido pueblos y culturas en todas las épocas desde hace muchos siglos, antes incluso de que el continente que hoy propicia esta iniciativa tuviera conciencia de sí. Es hora de reivindicar que no sólo nuestros paisajes y clima son el único atractivo para propios y visitantes; también la forja y el resultado final de esa mixtura lo son. Es hora de reivindicarnos como capital de la convivencia y la tolerancia, de la diferencia en positivo, de la multiculturalidad sin corsés ni renuncias a nuestro pasado. Es hora de reivindicarnos también a nosotros mismos, como grancanarios y que mostremos a Europa y al mundo que hemos hecho precisamente de la perfecta unión entre pueblos y culturas un referente que enseñar y exportar, una comunidad humana con identidad y sellos únicos, que nos hace, junto al resto de los canarios, un pueblo con personalidad propia.

Por Las Palmas de Gran Canaria, por nosotros/as. Telde va estar con la capital insular porque la consecución de un logro como este sería bueno desde ya para la economía de la isla, para nuestros creadores e industrias culturales, para nuestro refuerzo interno y proyección externa. Gran Canaria entera debe apostar desde ya para que Las Palmas de G.C. gane porque unir sinergias y mutuos esfuerzos redundará seguro más allá de lo que signifique ser ciudad cultural en el 2016,

Pueden ponerse mil reproches a siquiera intentarlo, pero seguro muchos más a dejar pasar esta oportunidad.

* Alcalde de Telde

Aureliano Francisco Santiago*