Ya sería extraño que Rivero se proclamase ardiente defensor de la libre economía de mercado y de cualquier promotor externo con ansias y deseos de trabajar en Canarias. Se le supone a un líder nacionalista -pese a que su liderazgo se discuta dentro de ATI y prueba de ello es que Adán Martín pulule por ahí colocando a sus familiares y a él mismo en listas electorales y en entidades bancarias (sin que nadie ose frenarle)-, que apueste con frenesí por “lo nuestro”, aunque dentro de lo nuestro está lo de “cada isla” y dentro de ella lo de “cada uno”.A Rivero le aguarda Pedro Luis Cobiella en la bajadita a ver si tiene los cachivaches bien puestos y le da por quitarle tan sólo un porcentaje chiquitito, un diez por ciento por ejemplo, de sus múltiples contratos con la administración sanitaria, lo que le hace propietario en la práctica de la salud de la mayoría de los tinerfeños. Y también le espera Pepito Rodríguez para comprobar si es capaz de retirarle la subvención de los 500.000 euros anuales por apoyar un territorio unido y al margen de pleitismos, que El Día alimenta perseverantemente con crueldad malsana.Su futuro, como el de otros que llegaron al poder con parecidas ínfulas, será trasmutarse en alguien que ya existió y que destacó por sus continuas concesiones a determinados poderes fácticos. O sea, que los que opinan que Rivero logrará una televisión autonómica rigurosa y profesionalizada, concursos canarios ad hoc pero con un mínimo de seriedad, uso nada torticero del boletín oficial, y un Parlamento que rescate la dignidad perdida, puede que se lleven el chasco de sus vidas. Yo mismo desearía que fuese capaz de introducir al insularismo en la senda de un verdadero nacionalismo serio y respetable, pero mucho me temo que la batalla clientelar está ganada de antemano de tal forma que apostar por un sistema de dádivas distinto significaría la propia derrota de ese conglomerado de ambiciones desatadas que es CC.El corolario lo pone el PP y su jefe en esta parte de la tierra, el mayor de los Soria, el cual, intentando enmendarle la plana a Rivero, dice que a la hora del reparto tampoco puede olvidarse a las empresas de bandera nacional. Tiene toda la razón. ¿Qué clase de epítetos escucharía de Génova si no hubiese consideración para FCC, Necso, Dragados, ACS, Alstom…, por sólo citar a algunas?Me encantan estas conversaciones pornográficas en la plaza pública. Después de los escándalos del Parlamento de las últimas dos semanas, era necesario dar un paso más adelante para seguir manteniendo el asombro en la cara de los ciudadanos. Ahora la derecha debate entre quienes va a repartir el dinero en los próximos cuatro años: o en empresas netamente canarias vinculadas al sector dominante de ATI, o en sociedades canarias que vayan en UTE con otras peninsulares significadas con el PP. Al final, si ganan, lo seguirán haciendo exactamente igual como hasta ahora, y para que no haya dudas al respecto ya lo han adelantado en sus recientes reuniones con la clase empresarial. Francisco J. Chavanel