Espacio de opinión de Canarias Ahora
Primera baja: Dragó
Hasta que eso llegue, al PP le esperan tiempos duros ?el PSOE tuvo dos frustraciones con Almunia y Borrell? y ya está aquí la primera baja: Fernando Sánchez Dragó. Sé que a la izquierda este “converso” le cae mal, que sus enemigos son innumerables y que sus oportunismos se juzgan zafios. Pero yo defiendo a Dragó primero porque me gusta como escribe ?es irónico, mordaz, culto y original, aunque su aportación literaria sea escasa?, lo vi en las manifestaciones contra la guerra de Irak ?los más montaraces e intolerantes lo insultaron y abuchearon? y creo que debería considerársele una especie protegida por su rareza y vasta cultura. Dragó pidió la dimisión de Rajoy y eso le costó el puesto en Telemadrid, porque él apoya a Esperanza.
Dragó ha escrito en un bello artículo que no volverá a votar al PP porque está “harto de votar en contra de mis convicciones y sólo por la capciosa estrategia del mal menor”. Así que promete que “no volveré a hacerlo, no votaré en las europeas, ni en las generales de 2012, ni nunca más en mi vida, a quienes temen la libertad, no la esgrimen, no la practican y no la encarnan”. Cree que Rajoy ha llamado a Esperanza “puta del PP” por usar el símil de Cervantes denominándola “moza del partido” y que éste “se ha ganado a pulso su apodo de Maricomplejines”. Para Dragó, “llegarán las elecciones europeas, y las gallegas, y las vascas, y las catalanas”, y se las darán todas a Rajoy, “una tras otra, en el mismo carrillo. Y terminará vuecencia grogui, turulato y tumefacto, maldiciendo a sus sparrings y a sor Patrocinio Arriola, agarrándose a las cuerdas del ring, abrazándose a Pepiño para no recibir más golpes, y con muchos más cardenales en la jeta de los que figuran en la nómina del Vaticano. ¿Que hombre de bien podría desearle tan cruel paliza? Ni siquiera Zapatero, que tan mal le quiere”. Porque el Congreso de Valencia no resolverá nada si no se va y lo pagará al final no sólo el PP sino “esta España sucia, hortera, malparida y sinvergonzona, de la que hablo pestes porque de ella vengo, en ella estoy y se me nota que en ella he nacido por donde voy. Cierto: vencerá en Valencia, a caballo y ya difunto, como el Cid. ¿Y luego?”. Luego, claro, nos quedará Dragó.
Federico Utrera
Hasta que eso llegue, al PP le esperan tiempos duros ?el PSOE tuvo dos frustraciones con Almunia y Borrell? y ya está aquí la primera baja: Fernando Sánchez Dragó. Sé que a la izquierda este “converso” le cae mal, que sus enemigos son innumerables y que sus oportunismos se juzgan zafios. Pero yo defiendo a Dragó primero porque me gusta como escribe ?es irónico, mordaz, culto y original, aunque su aportación literaria sea escasa?, lo vi en las manifestaciones contra la guerra de Irak ?los más montaraces e intolerantes lo insultaron y abuchearon? y creo que debería considerársele una especie protegida por su rareza y vasta cultura. Dragó pidió la dimisión de Rajoy y eso le costó el puesto en Telemadrid, porque él apoya a Esperanza.
Dragó ha escrito en un bello artículo que no volverá a votar al PP porque está “harto de votar en contra de mis convicciones y sólo por la capciosa estrategia del mal menor”. Así que promete que “no volveré a hacerlo, no votaré en las europeas, ni en las generales de 2012, ni nunca más en mi vida, a quienes temen la libertad, no la esgrimen, no la practican y no la encarnan”. Cree que Rajoy ha llamado a Esperanza “puta del PP” por usar el símil de Cervantes denominándola “moza del partido” y que éste “se ha ganado a pulso su apodo de Maricomplejines”. Para Dragó, “llegarán las elecciones europeas, y las gallegas, y las vascas, y las catalanas”, y se las darán todas a Rajoy, “una tras otra, en el mismo carrillo. Y terminará vuecencia grogui, turulato y tumefacto, maldiciendo a sus sparrings y a sor Patrocinio Arriola, agarrándose a las cuerdas del ring, abrazándose a Pepiño para no recibir más golpes, y con muchos más cardenales en la jeta de los que figuran en la nómina del Vaticano. ¿Que hombre de bien podría desearle tan cruel paliza? Ni siquiera Zapatero, que tan mal le quiere”. Porque el Congreso de Valencia no resolverá nada si no se va y lo pagará al final no sólo el PP sino “esta España sucia, hortera, malparida y sinvergonzona, de la que hablo pestes porque de ella vengo, en ella estoy y se me nota que en ella he nacido por donde voy. Cierto: vencerá en Valencia, a caballo y ya difunto, como el Cid. ¿Y luego?”. Luego, claro, nos quedará Dragó.