Rajoy y la derecha acaban de perder otras elecciones; ahora las americanas

El líder de la oposición salió ayer muy correcto e incluso solemne manifestando que espera y desea que con el nuevo presidente mejoren las relaciones entre EEUU y España. Pero no se puede olvidar que el PP se alineó claramente con el aún presidente Bush, desde antes de la guerra de Irak y hasta ahora. ¿O no era Aznar el jefe máximo de los genoveses cuando se hizo amigo casi íntimo de Bush y presumía de haber sacado a España del rincón de la historia, gracias a su política de sumisión al emperador norteamericano?

La magna reunión

En esos años, y gobernando ya Zapatero, el PP no movió ficha para pedir a Bush que se bajara del burro y recibiera al presidente del Gobierno de España. Ni siquiera en estas últimas semanas -con la cumbre económica a la vista-, ha habido, que se sepa, gestiones cerca de la Casa Blanca solicitando que su actual inquilino facilitara la presencia en la magna reunión económica de Zapatero como representante de los españoles.

Con la boca pequeña

Sucedió al contrario. Se encogieron de hombros o se carcajearon los dirigentes populares las veces que McCain eludió decir, en los debates electorales -ante millones de ciudadanos estadounidenses y contestando a Obama- que él sí recibiría a Zapatero. Con la boca pequeña sostenían -desde el PP y sus plataformas mediáticas- que era trascendental que España estuviera presente en la cumbre, pero nada han hecho para que así fuera. Es más, han tratado de ridiculizar al presidente presentándolo como un pedigüeño o como un mendigo. ¿O no pertenecen a la misma familia política que Rajoy el presidente de la República francesa Sarkozy, la canciller alemana, Merkel o el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi?

Los intereses generales

¿Por qué Rajoy no ha mantenido encuentros ?al menos telefónicos- con ellos, solicitando que echaran una mano a Zapatero y puntualizando que si lo pedía era porque los intereses generales de España le importan más que los dimes y diretes partidistas? Por cierto, McCain dio una lección de patriotismo americano en su discurso de despedida y de felicitación al vencedor, al que no le regateó elogio alguno. Nadie recuerda algo semejante por parte del PP tanto en 2004 como el 9 de marzo del año en curso. En ninguna de las dos ocasiones ?sobre todo en 2004- la derecha aceptó su derrota en las urnas.

Con el paso cambiado

En el tiempo presente, la aplastante victoria de Obama les ha cogido, a los genoveses neocon, con el paso cambiado. Bush desaparece por el foro, mientras emerge un político también joven que tiene numerosas similitudes con Zapatero. Unos se empeñan en atacar a Omaba por radical, izquierdista, ignorante y hasta terrorista o amigo de los terroristas, como denominan de cuando en cuando a Zapatero.

Un mulato desteñido

Otros aseguran que defraudará las expectativas que ha levantado, que no hay para tanto, que Obama es poco menos que un bluff, que ni tan sólo es negro, sino un mulato desteñido y que él qué va a saber de las penalidades de los negros-negros, afirman los que con tanta frecuencia merodean la caverna y sus alrededores. Rosa Díez -quien va de perejil de todas las salsas con sabor reaccionario- se carcajea de Obama y de los que piensan que va a hacer la revolución no ya EEUU, sino en todo el mundo.

“Yes we can”

Éstos aseveran que Obama es un peligroso izquierdista y aquéllos apuntan que los progres se van a llevar una desagradable sorpresa con el primer presidente negro de la historia de EEUU. Hasta lo describen como una especie de Bush en negro ?no hay diferencias de fondo entre republicanos y demócratas, sentencian- y vaticinan que en breve puede montar una guerra que deje pequeña la invasión de Irak. En fin, que no se aclaran ni entre ellos y que únicamente les faltaba el triunfo de Obama. “Yes we can”, repiten Obama y sus millones de votantes que exigen el cambio en EEUU. En España, “nosotros, los progresistas, también podemos”. Ustedes, no, señor Rajoy, que acaba de perder otras elecciones.

*Director de El Plural

Enric Sopena*

El líder de la oposición salió ayer muy correcto e incluso solemne manifestando que espera y desea que con el nuevo presidente mejoren las relaciones entre EEUU y España. Pero no se puede olvidar que el PP se alineó claramente con el aún presidente Bush, desde antes de la guerra de Irak y hasta ahora. ¿O no era Aznar el jefe máximo de los genoveses cuando se hizo amigo casi íntimo de Bush y presumía de haber sacado a España del rincón de la historia, gracias a su política de sumisión al emperador norteamericano?

La magna reunión