Espacio de opinión de Canarias Ahora
El REA impide avanzar hacia soberanía alimentaria
Incomoda que Podemos hable de la soberanía alimentaria, que hagamos alusión al apoyo a las producción locales y a la industria agroalimentaria porque sacamos a la luz las contradicciones de nuestro gobierno. Incomoda que hablemos del REA, del Régimen Específico de Abastecimiento, porque éste compite con nuestras producciones cuando compensamos o eliminamos los aranceles de algunos productos para su importación, creando por tanto una competencia desleal.
El Régimen Especial de Abastecimiento de Canarias es una herramienta económica que forma parte, junto con las medidas de apoyo a la producción local, del POSEI, y que a su vez se engloba en la Política Agraria Comunitaria de la UE de las regiones ultraperiféricas, que tiene como objetivo paliar las dificultades por la lejanía e insularidad de Canarias frente al continente.
Garantizar el suministro a las regiones ultraperiféricas de productos esenciales para el consumo humano, paliando los costes adicionales derivados de esa lejanía e insularidad, sin perjudicar la producción local y su desarrollo, es, como digo, uno de los objetivos del POSEI. Por ello, me pregunto si realmente estamos alcanzando ese objetivo, y llego a la conclusión de que evidente no es así.
Hace tan sólo unos días, en una comparecencia que planteábamos en el Parlamento de Canarias sobre el REA, analizábamos cómo afecta esta herramienta a nuestros agricultores y ganaderos y a nuestras industrias agroalimentarias, porque el REA permite importar productos de la UE y de terceros países, es decir de fuera de la UE.
Los beneficios del REA son la exención de los derechos de aduana a los productos originarios de terceros países y la concesión de ayudas a la introducción cuando se tratan de productos originarios de la Unión Europea. Solo se acogen unos determinados productos como las carnes de pollo, ternera, cerdo, mantequilla, leche concentrada y sin concentrar, cereales, preparados para la industria a base de frutas, cereales, forraje, papas de siembra, queso, etc. Son productos para el consumo directo, productos que son materia prima de nuestras industrias agroalimentarias e insumos o medios de producción para nuestro sistema agrario.
Las cantidades que se benefician del REA deben ser únicamente las que resultan necesarias para el suministro regular de estos productos en Canarias, por lo que este sistema no debería obstaculizar el buen funcionamiento del mercado interior. Es decir, se debe conciliar las ayudas al consumo de productos básicos de importación con el apoyo a las producciones agrícolas, ganaderas e industriales.
El objetivo, por tanto, es claro. El REA debe paliar el sobrecoste en la economía canaria por la condición territorial y social. Estos sobrecostes son varios, entre ellos el transporte pero también el almacenamiento, las instalaciones múltiples, gastos en energía, agua, etc.
Es evidente que la aplicación del REA debe paliar este sobrecoste en los precios de venta de los productos. Es decir, que debe repercutir sobre los precios al consumidor. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en 2013, constata que no es así realizando un trabajo comparativo de precios de tres productos básicos: el pollo, la lecha entera y la mantequilla.
Este estudio arroja que durante los años 2006-2011 el precio que pagaban los consumidores por la carne de pollo era similar en Tenerife y en Sevilla, oscilando entre los 2,5 y 3 euros el kilo. Pero, para Las Palmas el precio siempre ha sido superior. En el caso de la mantequilla, también sucede algo similar, no así en la leche entera.
El REA representa y significa un modelo de desarrollo que debe mantener un equilibrio razonable entre el sector agrícola, el industrial y el comercial establecidos en Canarias bajo la premisa de tener un nivel de precios razonables y con un respeto escrupuloso a la libre competencia en el mercado canario. Sin embargo no es así. Las industrias canarias no pueden competir con los precios de los productos subvencionados. ¿Cómo pueden competir los productores de las islas con los precios de, por ejemplo, las mermeladas importadas? ¿cómo es posible que importemos quesos que somos capaces de producir?
Canarias es dependiente desde el punto de vista agroalimentario de casi el 90%, es decir producimos poco más de un 10%. ¿No creen que tenemos potencial para producir más en las islas y por tanto diversificar nuestra economía? Hay que hacer un esfuerzo por conciliar las ayudas al consumo de productos básicos de importación con el apoyo a las producciones agrícolas, ganaderas e industriales. Sólo así avanzaremos hacia la soberanía alimentaria en Canarias.
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