El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Buen sonido, pero de cerca
Pese al modo tan poco ortodoxo de entrar en el recinto, el público se comportó y, pequeñas grescas aparte, no protagonizó accidentes especialmente dignos de mención. Los servicios de orden, como decíamos, se dedicaron a escuchar música porque ni siquiera los jóvenes que se subieron a los techos de los baños químicos ubicados a la derecha del escenario, fueron bajados de allí más de una vez, pese al evidente peligro que representaba una situación así. Cerca del escenario (90 euros más IGIC) el sonido era bueno, pero a medida que se avanzaba a otras áreas de localidades (30 euros y 120 euros, otra vez más IGIC y esta vez con mucho cabreo), la cosa se iba poniendo peluda.
Pese al modo tan poco ortodoxo de entrar en el recinto, el público se comportó y, pequeñas grescas aparte, no protagonizó accidentes especialmente dignos de mención. Los servicios de orden, como decíamos, se dedicaron a escuchar música porque ni siquiera los jóvenes que se subieron a los techos de los baños químicos ubicados a la derecha del escenario, fueron bajados de allí más de una vez, pese al evidente peligro que representaba una situación así. Cerca del escenario (90 euros más IGIC) el sonido era bueno, pero a medida que se avanzaba a otras áreas de localidades (30 euros y 120 euros, otra vez más IGIC y esta vez con mucho cabreo), la cosa se iba poniendo peluda.