En busca del ácido bórico

Ni siquiera las evidencias que ante él fue desgranando el presentador fueron suficientes para que José Manuel Soria se baje ya de una vez del burro en el que se ha subido para atribuir al PSOE la autoría del escándalo eólico. Se cogió los dedos en un par de ocasiones invocando el sumario judicial, en el que no queda ni un sólo socialista y sí varios del PP, para justificar responsabilidades políticas que sólo están en su mente calenturienta. Porque ni siquiera el portavoz del PP, Jorge Rodríguez, se ha atrevido a hacer manifestaciones públicas respaldando tales tesis por absurdas e imposibles. Soria dijo que el juez instruyó muy bien la causa penal, pero aunque haya dejado libre de sospechas al único militante socialista que hubo imputado, de las conversaciones él deduce que era el cerebro de la trama. Es como lo del 11-M, pero en versión casposa y sin un solo medio de comunicación que le haga el más mínimo caso. Pero él es feliz así, y habrá que dejar que se desahogue.

Ni siquiera las evidencias que ante él fue desgranando el presentador fueron suficientes para que José Manuel Soria se baje ya de una vez del burro en el que se ha subido para atribuir al PSOE la autoría del escándalo eólico. Se cogió los dedos en un par de ocasiones invocando el sumario judicial, en el que no queda ni un sólo socialista y sí varios del PP, para justificar responsabilidades políticas que sólo están en su mente calenturienta. Porque ni siquiera el portavoz del PP, Jorge Rodríguez, se ha atrevido a hacer manifestaciones públicas respaldando tales tesis por absurdas e imposibles. Soria dijo que el juez instruyó muy bien la causa penal, pero aunque haya dejado libre de sospechas al único militante socialista que hubo imputado, de las conversaciones él deduce que era el cerebro de la trama. Es como lo del 11-M, pero en versión casposa y sin un solo medio de comunicación que le haga el más mínimo caso. Pero él es feliz así, y habrá que dejar que se desahogue.