Canarias Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
Alemania toma el pulso a una extrema derecha envalentonada
La carpeta de Junts que atasca la mayoría de Sánchez
Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Dos días y medio encerrados

Francisco Moreno, efectivamente, se apoyó en el consejo de administración de RTVC, un órgano que ahora ha pasado a mejor vida gracias al empeño de CC y PP de no renovarlo atendiendo a la realidad parlamentaria surgida tras las elecciones de 2007. Pero en 2003, en víspera electoral y ante la huelga en Socater, el director general se sentó con el representante socialista, Domingo González Chaparro y con el de CC, por entonces Miguel Guerra García de Celis, respaldados en algunas ocasiones por Joaquín Ucelay, para parir el acuerdo que condujo al inmediato fin de la huelga y al primer convenio colectivo de la empresa adjudicataria de los informativos de Televisión Canaria. Estuvieron dos días y medio encerrados, no ajenos a las presiones exteriores, que reprochaban a los negociadores del ente y del consejo de administración que se atribuyeran funciones que sólo eran propias de la empresa Socater. Pero antepusieron el interés general y resolvieron satisfactoriamente el conflicto. Parece natural que ahora se echen de menos aquellas gestiones.

Francisco Moreno, efectivamente, se apoyó en el consejo de administración de RTVC, un órgano que ahora ha pasado a mejor vida gracias al empeño de CC y PP de no renovarlo atendiendo a la realidad parlamentaria surgida tras las elecciones de 2007. Pero en 2003, en víspera electoral y ante la huelga en Socater, el director general se sentó con el representante socialista, Domingo González Chaparro y con el de CC, por entonces Miguel Guerra García de Celis, respaldados en algunas ocasiones por Joaquín Ucelay, para parir el acuerdo que condujo al inmediato fin de la huelga y al primer convenio colectivo de la empresa adjudicataria de los informativos de Televisión Canaria. Estuvieron dos días y medio encerrados, no ajenos a las presiones exteriores, que reprochaban a los negociadores del ente y del consejo de administración que se atribuyeran funciones que sólo eran propias de la empresa Socater. Pero antepusieron el interés general y resolvieron satisfactoriamente el conflicto. Parece natural que ahora se echen de menos aquellas gestiones.