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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

El elegante descaro de la impunidad

La señora Benítez es una asidua de esta sección, o al menos lo fue durante una larga temporada por su incorregible manía de aparcar sobre las aceras en las inmediaciones de su despacho profesional, en el histórico barrio de Vegueta, junto a El Museo Canario. Durante los mandatos de su marido y de Pepa Luzardo en la alcaldía, su coche pasaba horas y horas en aquella circunstancia sin que un policía local se atreviera a multarlo, y mucho menos llevárselo con la grúa. Con la vuelta del PP a la mayoría absoluta municipal ha regresado esa elegante impunidad que impide que la señora del ministro predique con el ejemplo y adquiera por un módico precio un equipo de manos libres que le permita dejar de ser un peligro para sí misma y para los demás conductores y, si alguna vez se diera el milagro, ser denunciada y sancionada por la autoridad local competente. Dinero no le falta, que para eso ha conseguido el despacho de procuradores con más clientes de Canarias gracias a aquella campaña publicitaria que ella desplegaba cuando su esposo le presentaba peces gordos: “¿Y por qué no llevo yo tus asuntos?” Infalible. Las fotos que les adjuntamos fueron tomadas este martes a las 12.48 en la confluencia de las calles Tomás Miller y Luis Morote.

La señora Benítez es una asidua de esta sección, o al menos lo fue durante una larga temporada por su incorregible manía de aparcar sobre las aceras en las inmediaciones de su despacho profesional, en el histórico barrio de Vegueta, junto a El Museo Canario. Durante los mandatos de su marido y de Pepa Luzardo en la alcaldía, su coche pasaba horas y horas en aquella circunstancia sin que un policía local se atreviera a multarlo, y mucho menos llevárselo con la grúa. Con la vuelta del PP a la mayoría absoluta municipal ha regresado esa elegante impunidad que impide que la señora del ministro predique con el ejemplo y adquiera por un módico precio un equipo de manos libres que le permita dejar de ser un peligro para sí misma y para los demás conductores y, si alguna vez se diera el milagro, ser denunciada y sancionada por la autoridad local competente. Dinero no le falta, que para eso ha conseguido el despacho de procuradores con más clientes de Canarias gracias a aquella campaña publicitaria que ella desplegaba cuando su esposo le presentaba peces gordos: “¿Y por qué no llevo yo tus asuntos?” Infalible. Las fotos que les adjuntamos fueron tomadas este martes a las 12.48 en la confluencia de las calles Tomás Miller y Luis Morote.