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Con Jon Sobrino regresan los fantasmas del Cesid

La visita del jesuita Jon Sobrino a Canarias esta misma semana ha despertado a los fantasmas que dormían en tétricos armarios del espionaje español y que tuvieron -y tienen- ciertas ramificaciones en las Islas. Al tiempo que la Audiencia Nacional ha abierto una causa penal para dirimir responsabilidades por la muerte de Ignacio Ellacuría y otros cinco jesuitas en la Universidad Centroamericana de El Salvador, adquieren vigencia viejos documentos y testimonios que podrían ser de gran valor para el magistrado que instruye la causa, Eloy Velasco. El que era embajador de España en El Salvador en aquel año de 1989, Fernando Álvarez de Miranda, podría ser llamado a declarar en calidad de testigo a propuesta de una de las partes personadas en el procedimiento. Álvarez de Miranda ya fue requerido en su día por el Gobierno de Canarias para que explicara el papel que alrededor de aquellos luctuosos sucesos tuvo el cargo público más breve de la historia de la autonomía, Vicente López Pascual, nombrado director general de Comunicaciones e Informática por Manuel Hermoso.

La visita del jesuita Jon Sobrino a Canarias esta misma semana ha despertado a los fantasmas que dormían en tétricos armarios del espionaje español y que tuvieron -y tienen- ciertas ramificaciones en las Islas. Al tiempo que la Audiencia Nacional ha abierto una causa penal para dirimir responsabilidades por la muerte de Ignacio Ellacuría y otros cinco jesuitas en la Universidad Centroamericana de El Salvador, adquieren vigencia viejos documentos y testimonios que podrían ser de gran valor para el magistrado que instruye la causa, Eloy Velasco. El que era embajador de España en El Salvador en aquel año de 1989, Fernando Álvarez de Miranda, podría ser llamado a declarar en calidad de testigo a propuesta de una de las partes personadas en el procedimiento. Álvarez de Miranda ya fue requerido en su día por el Gobierno de Canarias para que explicara el papel que alrededor de aquellos luctuosos sucesos tuvo el cargo público más breve de la historia de la autonomía, Vicente López Pascual, nombrado director general de Comunicaciones e Informática por Manuel Hermoso.