El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
VÍDEO | Juez Alba: “Yo antes de estudiar Derecho me dediqué a la música”
En el negociado que aún le da de comer abrían el año judicial; él daba por clausurado el verano con un recital en una terraza de la playa de Salinetas, en Telde (Gran Canaria). Podría considerarse el debut artístico del juez Salvador Alba Mesa si no fuera porque de repente reveló que “antes de estudiar Derecho me dediqué a la música” durante “mucho tiempo” y de hecho se pagó algunos estudios gracias a la música. Parecería imposible pensar que alguna vez cobró por este desempeño si no fuera porque lo él lo dice: la judicatura le debe a la música la presencia en ella del magistrado Salvador Alba.
Lo que sí parece claro es que este juez debutaba ante el público de la terraza donde ha pasado estos últimos tiempos bastantes horas: La Gabarra, en Salinetas, el barrio donde muchas familias de la ciudad de Telde tienen su segunda residencia para pasar los agradables meses del verano. Una de esas familias es la de los Soria, con cuyo primogénito, José Manuel, se pudo ver al juez cantante en alguna ocasión en esta terraza, propiedad de un pariente de la esposa del exministro, María del Carmen Benítez.
Con seis delitos por banda, vistiendo camisa de lunares y vaqueros negros, calzado con unas deportivas, al juez Salvador Alba se le notaba distendido la noche de este viernes en La Gabarra, con un público que calificó de “amigo” y que siguió con mucho cariño las evoluciones del artista en la zona acotada como escenario. Allí lució Alba sus dos guitarras, una acústica y una eléctrica, ambas conectadas a un pequeño altavoz-amplificador y a un sampler para interpretar una muestra del repertorio que el cantante seguramente acostumbra desplegar en reuniones familiares y de amigos. Un abigarrado y castigado repertorio fundamentalmente compuesto por piezas de los años ochenta con Los Secretos (Por la calle del olvido, Déjame…) como banda de clara referencia, sin renunciar a composiciones menos guitarreras como Que yo no quiero problemas, de David de María, y exquisiteces como Sufre, mamón, de los Hombres G, en cuyo reciente concierto en Gran Canaria pudo verse al matrimonio Alba-Lorenzo disfrutar en una de sus primeras filas.
Ninguna de las interpretaciones de Salvador Alba en La Gabarra de Salinetas pudo ser reconocida por la aplicación Shazam. Seguramente el año que viene, al término del verano, la ejecución de ese repertorio pueda ser mejor captada. Cantada.
El recital de Alba se produce muy pocas semanas después de que él mismo decidiera publicar en YouTube dos piezas que aparentan tener todos los ingredientes de ser de su propia creación. Y en el preciso instante en que se considera nuevamente protegido por la Fiscalía General de Canarias, a cuyo amparo ha podido presentar una denuncia ante el Consejo General del Poder Judicial contra la magistrada que lo investiga en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).
En la música parece haber encontrado un refuerzo para su autoestima. El público, no tanto.
En el negociado que aún le da de comer abrían el año judicial; él daba por clausurado el verano con un recital en una terraza de la playa de Salinetas, en Telde (Gran Canaria). Podría considerarse el debut artístico del juez Salvador Alba Mesa si no fuera porque de repente reveló que “antes de estudiar Derecho me dediqué a la música” durante “mucho tiempo” y de hecho se pagó algunos estudios gracias a la música. Parecería imposible pensar que alguna vez cobró por este desempeño si no fuera porque lo él lo dice: la judicatura le debe a la música la presencia en ella del magistrado Salvador Alba.