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Lecciones básicas a Bento y a Antona

Más cerca de Soria que de Bravo de Laguna situamos a la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, que estos últimos días ha vuelto a lucirse por la peculiar manera que tiene la doña de sacar la lengua a paseo. No hace mucho indignó a buena parte de la parroquia con sus consideraciones acerca del precio de los billetes aéreos Canarias-Península, que a la señora no le parecen caros. Por aquellos días dijo también que el informe del comité MaB sobre las prospecciones petrolíferas no es de la Unesco y que carece de valor porque no se votó. Ole. Ahora, en su titánica y casi inútil defensa de los peores presupuestos del Estado para Canarias, la delegada ha vuelto a derrapar. Porque, ante la evidente dificultad para encontrar una razón aparentosa con la que justificar la cuchillada proferida a Canarias por el Gobierno donde se sienta su José Manuel Soria, la doña tiró por la inventiva y atribuyó a Zapatero haber sido el que empujó a Bentejuí al risco y el que, por supuesto, se cargó los fondos para las políticas activas de empleo que el pobre Rajoy quiere restituir pero no le dejan. La delegada cree que como esas políticas están transferidas a Canarias, es Canarias la que ha de financiarlas, olvidando el nada baladí principio que dice que a una transferencia le sigue su dotación presupuestaria, salvo que toda la fiscalidad que se recaude en Canarias se quede en Canarias. No estuvo tampoco mal del todo, en esta ceremonia del disparate, el número dos del PP canario, Asier Antona, que proclamó al mundo que Canarias no necesita más dinero, que con ese que nos manda San Mariano ya nos vale. Lo que, traducido a los manuales contables, viene a significar que lo que mandaba Zapatero cuando el PP gobernaba en Canarias era la releche. A su lado, un posibilista Alarcó pedía a la ciudadanía no ver los presupuestos “con visión localista”, como los acababa de ver el tercer portavoz sentado en la misma mesa: “Hay una partida simbólica para las viviendas de Las Chumberas”. ¡Esas bocas!

Más cerca de Soria que de Bravo de Laguna situamos a la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, que estos últimos días ha vuelto a lucirse por la peculiar manera que tiene la doña de sacar la lengua a paseo. No hace mucho indignó a buena parte de la parroquia con sus consideraciones acerca del precio de los billetes aéreos Canarias-Península, que a la señora no le parecen caros. Por aquellos días dijo también que el informe del comité MaB sobre las prospecciones petrolíferas no es de la Unesco y que carece de valor porque no se votó. Ole. Ahora, en su titánica y casi inútil defensa de los peores presupuestos del Estado para Canarias, la delegada ha vuelto a derrapar. Porque, ante la evidente dificultad para encontrar una razón aparentosa con la que justificar la cuchillada proferida a Canarias por el Gobierno donde se sienta su José Manuel Soria, la doña tiró por la inventiva y atribuyó a Zapatero haber sido el que empujó a Bentejuí al risco y el que, por supuesto, se cargó los fondos para las políticas activas de empleo que el pobre Rajoy quiere restituir pero no le dejan. La delegada cree que como esas políticas están transferidas a Canarias, es Canarias la que ha de financiarlas, olvidando el nada baladí principio que dice que a una transferencia le sigue su dotación presupuestaria, salvo que toda la fiscalidad que se recaude en Canarias se quede en Canarias. No estuvo tampoco mal del todo, en esta ceremonia del disparate, el número dos del PP canario, Asier Antona, que proclamó al mundo que Canarias no necesita más dinero, que con ese que nos manda San Mariano ya nos vale. Lo que, traducido a los manuales contables, viene a significar que lo que mandaba Zapatero cuando el PP gobernaba en Canarias era la releche. A su lado, un posibilista Alarcó pedía a la ciudadanía no ver los presupuestos “con visión localista”, como los acababa de ver el tercer portavoz sentado en la misma mesa: “Hay una partida simbólica para las viviendas de Las Chumberas”. ¡Esas bocas!