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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

El llamado a ser contratista

Lejos parecen haber quedado aquellos tiempos en que todo tenía que pasar por las manos del Zorro. Nos referimos, claro está, al movimiento empresarial canario que él controlaba de aquella manera tan estrambótica, mayormente consistente en crear asociaciones, federaciones, agrupaciones, confederaciones, organizaciones, sindicatos, logias o cualquier otra figura que le otorgara epígrafes y votos que aglutinar. Aquello dio lugar a que personas sin más curriculum que su lealtad inquebrantable al Zorro fueran colocadas al frente del movimiento empresarial con el siempre muy loable objetivo de contribuir al engrandecimiento del aglutinador. Juan Socorro es uno de estos personajes, un lugarteniente del Zorro llamado a ocupar parcelas de poder exclusivamente por su relación con él. Socorro era -recordarán ustedes- la persona que Suárez Gil quería poner al frente de la dirección de las obras de remodelación de la nueva sede de la Cámara, en Triana, 89.

Lejos parecen haber quedado aquellos tiempos en que todo tenía que pasar por las manos del Zorro. Nos referimos, claro está, al movimiento empresarial canario que él controlaba de aquella manera tan estrambótica, mayormente consistente en crear asociaciones, federaciones, agrupaciones, confederaciones, organizaciones, sindicatos, logias o cualquier otra figura que le otorgara epígrafes y votos que aglutinar. Aquello dio lugar a que personas sin más curriculum que su lealtad inquebrantable al Zorro fueran colocadas al frente del movimiento empresarial con el siempre muy loable objetivo de contribuir al engrandecimiento del aglutinador. Juan Socorro es uno de estos personajes, un lugarteniente del Zorro llamado a ocupar parcelas de poder exclusivamente por su relación con él. Socorro era -recordarán ustedes- la persona que Suárez Gil quería poner al frente de la dirección de las obras de remodelación de la nueva sede de la Cámara, en Triana, 89.