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Opinión | Ya empezamos, por Antón Losada

Mauricio, desplazado por un general

Los errores de protocolo comenzaron en la sede de Casa África, en la calle Alfonso XIII, quizás porque había demasiados enterados sueltos opinando a la vez. Oficialmente, el protocolo correspondía aplicarlo al alimón al Gobierno de Canarias y al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero fue más que elocuente la actuación de los jefes de protocolo de Pepa Luzardo y José Manuel Soria, fieles a su estilo hasta el final. Tanta orden y contraorden derivó, como primera consecuencia, en que los Reyes y sus invitados estuvieran de espaldas a los fotógrafos cuando se descubría la placa inaugural del edificio de Casa África. Pero donde realmente se armó una pelotera de considerables dimensiones fue en el Paraninfo, donde vimos a un desairado José Carlos Mauricio abandonando la sala al tiempo que mascullaba algo así como que un general le había obligado a desplazarse. Como en los viejos tiempos comunistas, pero sin Brigada Políticosocial.

Los errores de protocolo comenzaron en la sede de Casa África, en la calle Alfonso XIII, quizás porque había demasiados enterados sueltos opinando a la vez. Oficialmente, el protocolo correspondía aplicarlo al alimón al Gobierno de Canarias y al Ministerio de Asuntos Exteriores, pero fue más que elocuente la actuación de los jefes de protocolo de Pepa Luzardo y José Manuel Soria, fieles a su estilo hasta el final. Tanta orden y contraorden derivó, como primera consecuencia, en que los Reyes y sus invitados estuvieran de espaldas a los fotógrafos cuando se descubría la placa inaugural del edificio de Casa África. Pero donde realmente se armó una pelotera de considerables dimensiones fue en el Paraninfo, donde vimos a un desairado José Carlos Mauricio abandonando la sala al tiempo que mascullaba algo así como que un general le había obligado a desplazarse. Como en los viejos tiempos comunistas, pero sin Brigada Políticosocial.